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Últimas Críticas de RocioML en CINE

Desconocidos

Desconocidos
Crítica de RocioML hace 4 semanas

10
Hacía mucho que una película no me tocaba así de dentro. He visto historias que me han flipado, otras que me han removido la conciencia, algunas que me han hecho pensar... pero hacía mucho que no veía una película que me engullera en su emoción y cuya atmósfera me envolviera hasta meterse en lo más hondo de mis pensamientos y sentimientos. Desde que la vi no he sido capaz de quitármela de la cabeza.

‘All of us strangers’ es, ante todo, una película con un estado de ánimo muy concreto: la soledad. Es una película que habla del vacío, de las carencias emocionales, de esa soledad no deseada pero buscada para evitar sufrir más. Es una película que rezuma una tristeza de espíritu naif porque hay un niño dentro de Adam que nunca ha terminado de crecer, que es frágil y tiene temores muy profundos, que vive como si esos monstruos que tememos en la infancia siguieran apareciendo cada vez que apagamos la luz.

En el primer encuentro entre Adam y Harry, nada más empezar la película, se palpa en ambos esa necesidad de ser rescatados pero a la vez su incapacidad para pedir auxilio de forma tradicional. Se percibe esa frustración que supone esperar que los demás se den cuenta de lo jodido que estás, del agujero tan enorme que tienes en mitad del pecho, para que te salven sin tener que pedirlo, y que nunca llega. Son dos personajes que necesitan importarle a alguien para no tenerle nunca más miedo al silencio ni a los vampiros de la puerta. Para ser capaz de quedarse a solas con sus pensamientos y no temer por el estado emocional al que estos les puedan llevar.

Hay algo latente durante toda la película que hace que esta transite todo el rato entre la luz y la oscuridad, entre lo sensible y la locura, entre lo físico y lo onírico. La fotografía es bellísima, es una película tremendamente estética y cuidada, y la música, tanto la incidental creada por Emilie Levienaise-Farrouch como la banda sonora, son una exquisitez tan bien elegida, con tanto significado, que te hacen viajar a través de las emociones constantemente. Nunca 'Always on my mind' de Pet Shop Boys nos apeló tanto tan adentro y jamás volveré a escuchar a Frankie Goes To Hollywood sin pensar en Adam y Harry ni podré oír 'The Power of Love' sin emocionarme. Y esa es la magia del cine y la magia de las historias contadas desde la verdad. Porque todos cargamos con fantasmas, bien sea en forma de recuerdos dolorosos o bien en forma de anhelos que nuestra mente recrea para sentirnos menos solos. Porque quien no ha sentido que una pérdida importante llegó demasiado pronto a su vida ha sentido que su forma de sentir, de querer, no encajaba en el mundo, o ha sentido que no ser como los demás le impedía vivir su infancia o su adolescencia con la misma libertad que el resto.

Hay un componente queer en la película que, si bien no es limitante para que personas heterosexuales puedan conectar con ella porque, como digo, aborda muchísimas temáticas universales, sí que creo que vincula de una forma muy directa con ella a quienes forman parte del colectivo, porque en lo queer, en lo gay concretamente, hay también mucha soledad y mucho vacío. Mucha barrera emocional, mucha valentía para desinhibirse sexualmente pero mucha cobardía para abrirse a alguien, para entregarse y comprometerse emocionalmente. Hay muchos Adam en el mundo que tienen el mismo miedo a dejar pasar a otros, románticamente hablando, y eso deriva en una espiral donde las relaciones se vuelven más solitarias y que la película también refleja, aunque intente aportar esperanza en ese sentido.

También pienso que habla de esa soledad de las grandes ciudades. Nunca llego a tener claro si realmente en ese edificio no vive nadie más que Adam y Harry o si esa es su percepción de lo que les rodea. Y es tan humano y tan real sentirse tremendamente solo en grandes capitales donde no para de transitar gente, que la manera en la que ellos experimentan su contexto es también muy identificable para todos aquellos que habitan en lugares muy poblados pero donde el susurro constante de voces y sonidos se convierte en ese ruido blanco que tan solo te lleva a querer aislarte aún más de todo.

La verdad es que a mí me ha tocado muy hondo, y aunque la forma en que está planteado el guion te obliga a estar con el cerebro todo el rato alerta intentando descifrar lo que está ocurriendo exactamente, al final, cuando entran los títulos de crédito, todo el castillo de naipes sobre el que se estaba sustentando tu entereza se viene abajo y te notas resquebrajar por todos lados. Es una apisonadora emocional, pero al mismo tiempo es sanadora, es luminosa, es cuidadosa con cada trocito de corazón que no te ha roto, simplemente te ha quitado el celo que lo sujetaba. Y nada de esto hubiera funcionado igual sin unos protagonistas absolutamente brillantes. Que Andrew Scott no esté en los Oscar es un auténtico robo. Que esta película no esté en los Oscar es un auténtico robo, en general. Para mí podría haber entrado en varias categorías, pero lo de Scott y Mescal es impresionante. Qué química, qué capacidad para transmitir la complejidad de las emociones de sus personajes, para resultar creíbles a cada momento y para conmover al espectador desde la mirada. Los dos secundarios también están maravillosos, pero el magnetismo de los protagonistas traspasa absolutamente todo.

Para mí es una joya de película y la demostración de que con muy poco se puede llegar a mucho. Es una película para sentir y dejarse invadir por sus emociones desbordantes. Id a verla, por favor. Y si no está en vuestra ciudad buscadla donde sea, pero no os la perdáis

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La memoria infinita

La memoria infinita
Crítica de RocioML hace 1 mes

9
‘La memoria infinita’ es un díptico sobre la importancia y el significado de la memoria, tanto en su acepción para recordar quiénes somos y de dónde venimos como en su vertiente expositiva, como material divulgativo, en este caso sobre la historia de un país. Así, la historia principal, que ocupa la mayor parte del metraje, es la relación de Augusto y Pauli, un matrimonio formado por un reputado periodista y una popular actriz. Ambos son una pareja envidiable, que se quiere, se cuida y tiene una de esas conexiones que traspasan la cámara y nos hacen suspirar por encontrar algo así alguna vez en la vida, pero a él hace unos años le diagnosticaron alzhéimer y desde entonces viven luchando contra el paso del tiempo, que irá agravando inevitablemente su situación.

Mientras se nos va mostrando, mediante imágenes cotidianas del matrimonio (algunas incluso grabadas por la propia Pauli al sucederse en plena pandemia) la relación y su deterioro por la enfermedad, el documental intercala material de archivo donde vemos parte del trabajo periodístico desarrollado por Augusto en esos años oscuros de Chile, en plena dictadura, que posteriormente recogería en un libro llamado "Chile. La memoria prohibida". Los libros son una parte fundamental no solo para la memoria del país, sino para la memoria de Augusto. Son su ancla, su legado. Por eso, en algunos de los momentos más duros del documental, su mente siente el miedo de perderlos y clama por ellos como si estuviera perdiendo la vida misma.

Maite Alberdi tiene una sensibilidad única a la hora de inmiscuirnos en la intimidad de esta pareja sin traspasar jamás ni la línea del morbo ni la línea que pudiera repercutir en la imagen de Augusto en lo que fueron sus últimos años de vida, tras fallecer en mayo del año pasado a causa de la enfermedad. El documental, además, sin pretenderlo acaba reflejando muy bien las consecuencias de la pandemia a nivel mental, porque si bien al inicio vemos que la enfermedad del alzhéimer sobrevuela a Augusto pero, en líneas generales, es capaz de mantener cierta independencia y conversar con normalidad con su mujer, después somos testigo de cómo el aislamiento forzado que supuso el COVID acelera su demencia a pasos agigantados.

Es durísimo ver cómo esta maldita enfermedad va consumiendo la identidad de la persona, minándola a todos los niveles, destruyéndola y haciéndola sufrir sin paliativos. Y es durísimo ver a Paulina aguantar el tipo mientras parte de su vida también se va perdiendo y ella no puede hacer nada por evitarlo: tan solo puede estar, proteger y seguir queriendo a la persona que algún día fue, aunque ya no sea. En ese sentido, su papel a lo largo del documental me resulta heroico y un ejercicio de humanidad y amor que se convierte en lo más emotivo del mismo. Ojalá poder darle un abrazo y las gracias por la lección que nos ha regalado.

Y más allá del contenido, también quiero poner de relieve el detalle de cómo cada vez que asistimos a una crisis de Augusto la imagen se desenfoca. En parte pienso que para preservar cierta privacidad, pero en parte también para dejarnos claro cómo en esos momentos Augusto se estaba perdiendo a sí mismo. Cómo no es realmente él. Cómo se va difuminando poco a poco su identidad. Me parece de una belleza y una sutileza sublimes a la par que dolorosas. Eso es también el cine.

En definitiva, considero ‘La memoria infinita’ un documental imprescindible, no solo para acercarnos a la realidad de una enfermedad como el alzhéimer a quienes tenemos la suerte de no haberlo vivido de cerca por el momento sino también como guía para aquellos y aquellas que sí tienen un familiar que la sufra, a la vez que es un recordatorio de la importancia de mantener vivos nuestros recuerdos para que, incluso cuando ya no estemos, real o figuradamente, sigamos existiendo.

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Retorno a Seul

Retorno a Seul
Crítica de RocioML hace 1 mes

7.5
En ‘Retorno a Seúl’ nos enfrentamos a la historia de Freddie, una chica de origen coreano que fue adoptada desde su nacimiento por una familia francesa y ha desarrollado su vida allí y que, por azares del destino, acaba en Seúl, su ciudad de origen y decide, de repente y sin pensarlo mucho, intentar encontrar a su familia biológica.

Freddie es un personaje en apariencia aventurero, muy echado para adelante, con facilidad para entablar relaciones con otras personas, algo despreocupado y que parece tener una vida que le llena, pero en cuanto abre esa caja de Pandora que resulta ser la búsqueda de sus orígenes vamos a encontrarnos con una persona completamente rota, inestable y que ha construido alrededor de su propia existencia un castillo de naipes que empieza a venírsele abajo con mucha facilidad. La película lo que hará es mostrarnos las heridas que se pueden guardar en el interior de una persona abandonada por sus padres y las consecuencias que este abandono y la noción de ser una niña adoptada tiene en el desarrollo de tu personalidad y cómo te relacionas con el mundo.

Algo que pone mucho de relieve la cinta es el choque cultural. Freddie se siente francesa y sus costumbres son completamente europeas, por eso cuando llega a Seúl se sorprende de lo diferentes que son las cosas allí y se empeña con vehemencia en demostrar que ella no tiene nada que ver con sus compatriotas. En todo esto para mí hay un punto en el que creo que rechaza tan frontalmente todo lo que tenga que ver con la cultura asiática porque siente que ese lugar es el que la rechazó, del que fue expulsada de alguna manera, y por ello abrazarlo y aceptar su vínculo con él sería como perdonar unas heridas que tiene demasiado abiertas.

Y sobre esto pivota principalmente la película. Es una cinta de ritmo reposado, con escenas y planos largos, y sobre todo con un personaje protagonista al que comprendes y odias al mismo tiempo. Es errático, resulta caprichoso a veces; en otras tremendamente hostil, pero en el fondo también eres capaz de entender todo el dolor y el vacío acumulados y la mala gestión a la hora de afrontar la búsqueda de sus padres. Hablando de esto, mención especial a la actriz que da vida a Freddie porque es una novata Ji-Min Park y creo que hace un grandísimo papel a lo largo de los ocho años que abarca la historia, enfrentándose a un personaje complejo, destructivo y frágil que vive en una permanente huida hacia delante, arrasando con todo lo que se le interponga, incluido ella misma.

En definitiva es una película muy recomendable, aunque sea casi tan imperfecta como la propia Freddie. Tiene el poder de saber transmitir cómo se siente alguien cuya vida se ha construido bajo el contexto del abandono y la sensación de pertenecer y no pertenecer a ningún lugar; de caer en comportamientos tóxicos, de buscar permanentemente el cariño externo pero al mismo tiempo rechazarlo en cuanto parece que se puede volver estable... En psicología hay algo llamado "teoría de los apegos" que, sintetizando mucho, habla de cómo construimos desde la infancia nuestra forma de vincularnos con los demás. Dependiendo de nuestras experiencias en el entorno familiar en esos primeros años de vida desarrollamos un tipo de apego u otro y esto va a condicionar muchísimo nuestras relaciones de todo tipo a futuro. Bien, pues la película hace un trabajo excelente plasmando en pantalla lo que sería una persona con apego ansioso-evitativo, que es el tipo de apego más ligado comúnmente a niños/as que han experimentado la sensación de ausencia. Y me encanta ver un desarrollo de personaje tan trabajado y profundo en pantalla.

No es una cinta cómoda de ver, es una película que desata muchos nudos emocionales y no todos los cicatriza, por lo que deja un poso desasosegante, devastador. Y también tiene algún tramo un tanto irregular que le impide terminar de ser una obra incontestable, pero, sin duda, es muy recomendable (y la escena final te deja el cuerpo cortado por completo).

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Creatura

Creatura
Crítica de RocioML hace 1 mes

8.5
‘Creatura’ es una película que en su paso por salas no hizo demasiado ruido, pero que en su estreno en Filmin se convirtió en el estreno más visto de la plataforma en todo el 2023. Y personalmente me alegro, porque ‘Creatura’ es para mí de esas películas que merece la pena reseñar. De las que hay cosas que contar y confrontar. De las incómodas que plantean debate y profundizan mucho en por qué sus personajes son como son. En definitiva, de las que disfruto no solo de ver sino de comentar.

‘Creatura’ es una historia dirigida, protagonizada y escrita por Elena Martín, esto último en compañía de Clara Roquet, nominada al Goya a mejor guion en 2022 por 'Libertad', y juntas nos hablan de un tema que aún se comporta como tabú: la sexualidad femenina. Pero la sexualidad femenina desde el prisma no de la liberación sino todo lo contrario: desde la imposibilidad de ser disfrutada por culpa de unas convenciones sociales y una educación mal enfocada.

Contada en tres tiempos (infancia, adolescencia y adultez), la película nos presenta a Mila, una mujer en la treintena que se muda con su pareja al entorno rural. Es aquí, y en apenas 10 minutos de película, cuando descubrimos que Mila tiene problemas para disfrutar del sexo, pero ni siquiera es capaz de saber por qué. Y a partir de ahí se inicia una búsqueda genealógica de sí misma y de su propia sexualidad que nos irá llevando hacia atrás en el tiempo (siempre fusionándolo con el presente) e irá encajando las piezas del puzle que completan su construcción del placer y del deseo.

Se podría hablar mucho de esta película porque, aunque Mila es la absoluta protagonista, todos los personajes que aparecen en ella tienen su profundidad. Desde su padre o su novio, los secundarios más relevantes, hasta el chaval del pueblo que se convierte en su primer "amor" (si es que a eso podemos llamarlo así), pasando por su madre o su mejor amiga. Todos y todas ellos/as tienen una psicología desarrollada, lo cual enriquece mucho el viaje y facilita la empatía con Mila, que, a su vez, es un personaje tremendamente complejo e incomprensible en muchos momentos hasta para ella misma.

Es también una película que en otras manos podría haber sido un drama oscuro sobrecargado, pero que sin embargo no pierde nunca la luminosidad, gracias entre otras cosas a que deconstruye toda esta malformación del deseo de su protagonista desde el amor. Mila no viene de una familia desestructurada ni que no la quiera, ni tiene una pareja abusiva o violenta. Todo su entorno es, a grandes rasgos, positivo, bienintencionado y afectivo, pero bebe de un mal endémico de esta sociedad (más pronunciado todavía en las décadas en las que se desarrolla parte de la película): el machismo.

Algo que tiene mucha importancia en la película es el vínculo paternofilial que construye con su padre a lo largo de su vida, marcado claramente por un par de momentos en su infancia, y de cómo esto influye directamente en la percepción del amor y del deseo de cualquier ser humano. Hay también escenas incómodas de ver o incluso de intuir, que están rodadas con muchísimo criterio y buen gusto, pese a lo confuso-casi-oscuro del sentimiento que nos queda dentro. Y también hay espacio para conectar con emociones muy reconocibles para muchísimas mujeres como son la vergüenza, el sentimiento de culpabilidad o la presión social para hacer según que cosas a determinadas edades. Todo esto siempre hablando del ámbito de la sexualidad. Los míticos "eres una puta" por disfrutar de tu cuerpo como cualquier hombre; los "qué van a pensar los demás" de tu madre cuando empiezas a vivir tu deseo; la prohibición sistemática de tu padre a que experimentaras el amor o, en general, tuvieras cualquier posibilidad de intimidad con cualquier chico en lugar de ayudarte a hacerlo de una forma sana y libre... Son situaciones tremendamente habituales en las familias que, vistas desde el plano de las consecuencias que pueden llegar a generar, diría que rozan el terror psicológico.

Y eso por no hablar de la masculinidad toxica del hombre que se siente poco hombre si no te hace disfrutar en la cama. Ese melón, ese personaje y esa escena darían por sí solas para todo un tratado sobre feminismo, pero el resumen es que hay que verla. Que la recomiendo muchísimo y es de las películas que más me han estimulado (mentalmente, no seáis malpensados) de todo el año pasado. Que quizá se tambalea en algún momento de su metraje, pero que para mí nunca termina de perder el interés y de hacerme reflexionar sobre muchísimas cosas. Buen guion, buenas interpretaciones, buena fotografía... Lo dicho, hay que verla.

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Anatomie d’une chute

Anatomie d’une chute
Crítica de RocioML hace 1 mes

9
‘Anatomía de una caída’ es una de estas películas que son puro cine en cada secuencia, tanto por la interpretación como por el guion, la planificación y la manera en la que va destapándose el núcleo, el verdadero epicentro de la historia. Me gusta muchísimo cómo da la vuelta al habitual cine de juicios y disecciona una relación de pareja y familiar con precisión cirujana, tomándose su tiempo y confrontando todos los puntos de vista al haber defensa y acusación.

Además, es muy interesante uno de los puntos donde pone el foco Justine Triet, que es cómo somos capaces de sobreanalizar cualquier cosa con tal de dibujar a la persona tal y como queremos, aunque no coincida con la realidad. Hay una frase en la película, que creo que aparece en el tráiler, en la que la protagonista le dice a su hijo: "no soy un monstruo", y es que ahí también veo una crítica a la facilidad con la que se puede vender una imagen concreta de una persona, seleccionando y poniendo de relieve las cosas que te interesen y metiendo bajo la alfombra el resto, que contextualizarían todo mucho más.

Hay también otro momento donde vemos cómo se está comentando el caso en un programa de televisión y uno de los colaboradores viene a decir algo así como: "puede que simplemente fuera una caída accidental, pero nos daría mucha más conversación que le hubiera matado ella", en otro dardo claro al amarillismo de la prensa y los medios en general cuando se trata de historias escabrosas, sin importarles que haya incluso menores de por medio.

A este respecto, la relación entre madre e hijo es una de las vértebras principales de la película y para mí el verdadero drama de la historia. Es dolorosísimo ver cómo ese vínculo cambia, permuta y ya nunca volverá a ser de la misma manera después de esa deconstrucción de la relación entre sus padres. Cómo marca todo esto al niño, la brecha que crea. Y también hay espacio para una reflexión sobre la "reinserción" cuando todos los dedos te han señalado. Ella defiende su inocencia a toda costa; nosotros no sabemos que ha pasado, pero con todo el juicio moral y mediático que se despliega, esa mujer nunca volverá a ser 100% inocente, incluso aunque jamás fuera culpable. Me venía a la mente la historia de Dolores Vázquez, a la que condenaron injustamente, fue a la cárcel, etc. y cómo lo más duro de todo fue que, aunque después se supo que no lo había hecho, su vida y su propia identidad ya estaban destrozadas para siempre.

Me parece una película tan bien pensada y tan bien escrita que tiene muchas capas que extraer y poder analizar. Es de esas para ver dos veces. Aunque es importante que nadie se lleve a engaños, que ya he visto algunos chascos por ahí: es una película lenta, contenida en la mayor parte del tiempo, más psicológica que física y que no te va a tener al borde del asiento nunca, pero si sabes prestarle atención y escucharla merece muchísimo la pena verla, reverla y recomendarla.

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La sociedad de la nieve

La sociedad de la nieve
Crítica de RocioML hace 1 mes

8
Que estamos ante la mejor película de Bayona no admite discusión. Si bien yo soy muy team 'El Orfanato', creo que las capacidades demostradas en esta arrasan con todo como el tsunami de 'Lo Imposible'. En 'La sociedad de la nieve' no solo vemos al Bayona más hollywoodiense, en el mejor sentido de la palabra, con unos presupuestos para las escenas de acción y para el diseño de producción que destellan y le dan la mayor de las calidades al producto final, sino al Bayona más comedido en su vertiente emocional, construyendo un relato que se prestaba sobremanera al drama casi amarillista y que logra mantener el equilibrio durante sus 2h20m de metraje.

Partiendo de un hecho real, como hizo en 'Lo Imposible', las diferencias entre esta y aquella son abismales. En la de 2012 para mí todo se jugaba a la carta de la espectacularidad del momento tsunami que nos hartamos de ver en las promos de Mediaset, por lo que llegamos anestesiados al cine y el resto de lo que nos encontramos para mí caía en un sentimentalismo barato que solo buscaba exprimir el clínex; pero en esta lo espectacular no solo se ha reservado más para la experiencia en salas (y también en casa), por lo que el efecto es mayor, sino que hay un recorrido, un viaje que contar detrás de la tragedia.

La escena del accidente está rodada de forma magistral. Sin necesidad de mostrarnos nada que hiera sensibilidades, cortando el plano cuando va a pasar algo que no quieres ver y generando angustia, terror y dolor solo a traves del sonido, el montaje y unos encuadres muy cerrados que provocan ansiedad. Es una de las escenas del año y, en general, la dirección de Bayona durante toda la película es sobresaliente, como vuelve a demostrar más adelante en otra de las escenas más agobiantes de la misma.

A nivel técnico, esas montañas cubiertas de nieve, esa inmensidad rodeando a los 29 supervivientes de la tragedia, ese sonido... Es lo que provoca que merezca la pena verla en cine más que en Netflix. Es una película hecha para introducirse en ella y sentir frío junto a ellos. Si tenéis la oportunidad de verla en sala, con un buen volumen, una pantalla gigante y la oscuridad del cine, ni lo dudéis. Y si la veis en casa, bajad persianas, apagad el móvil y olvidaos de lo demás porque solo así viviréis la experiencia que Bayona ha construido.

Otro de los aspectos donde quiero hacer hincapié es en el maquillaje. El paso del tiempo, las pieles quemadas por el sol en plenos Andes, la falta de alimento, de higiene... Las caracterizaciones son otro de los puntos fuertes de la película, junto a la banda sonora de Michael Giacchino, que en esto de musicalizar accidentes aéreos tiene experiencia y se nota. Y las interpretaciones, si bien al ser un reparto excesivamente coral, lo que provoca que no destaque nadie en exceso, sí que son totalmente creíbles y están en su punto. Es evidente que, aunque tenemos la figura de un narrador que se erige en el protagonista de la historia, la intención fue todo el rato homenajear y poner de relieve a esta sociedad, este grupo de personas que solo se tuvieron los unos a los otros para sobrevivir en unas condiciones insostenibles. En ese sentido, la película traduce los conflictos morales en actos de humanidad por el bien del resto y subraya mucho el mensaje de que nuestra supervivencia pasa por la unión de grupo; no por la individualización.

Punto a favor también al hecho de querer ser fiel a lo sucedido y rodarla en español con actores latinoamericanos. Escuché a Bayona contar que le costó encontrar financiación por este motivo, lo cual dice mucho de lo que es la industria, pero me gusta que no se doblegara y fuera firme en su decisión. El tiempo pone todo en su sitio.

Y aunque llevo mil líneas alabando esta pelicula, no todo me ha llenado de igual forma. Siento que la historia esta algo alargada, la duración me acabó pesando un poquitín en algunos tramos y creo que hay un punto donde la trama pide avanzar y dejar de dar vueltas sobre lo mismo y a Bayona le cuesta pasar al siguiente nivel, pero mi mayor pega es que no sentí nada por ningún personaje.

Si bien siempre me he quejado del sentimentalismo barato en el cine de este director, el cual tampoco me llegaba en absoluto, aquí, pese a que está mucho más medido, lo agradezco y me gusta mucho más, sigue faltándome ese punto de conexión emocional con sus personajes. Me quedé muy fría en ese aspecto, ya no sé si por tanta nieve, pero aun siendo un relato muy focalizado en lo humano, no terminó de calarme, y para mí eso es algo que pesa mucho, sobre todo tratándose de la historia que se trata.

Aun así, la nota no miente y me parece una grandísima película. Estamos en los Oscars y más que merecidamente.

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Fallen Leaves

Fallen Leaves
Crítica de RocioML hace 1 mes

8.5
Me ha gustado muchísimo. Es un retrato de contrastes y claroscuros con un estilo muy peculiar de personajes y de diálogos, muy parcos y tajantes, casi teatrales, con una fotografía y un diseño de producción maravillosos, y un ritmo reposado pero siempre en continuo avance gracias a un guion muy preciso que combina de lujo la crítica social con el humor sobre una historia de amor y de patetismo entre dos personajes con muchas capas, en apariencia sencilla pero que esconde varios mensajes.

Además, ambos protagonistas me parece que están perfectos en sus roles y que logran la química que el tono de la película requiere. En general, creo que es una historia concentrada, de estas que vienen en frascos pequeños (apenas 80 minutos), aparentando minimalismo por la simpleza con la que los personajes afrontan sus vaivenes pero en realidad reflejándote un mundo y una vida decadente hasta el extremo, enmarcada en un contexto gris, casi desalmado, donde encontrar a alguien con quien compartir tus desgracias es el mayor soplo de esperanza para afrontar el futuro.

Y la peli al final va sobre todo de eso. Dentro de su retrato de la precariedad, de la soledad y del individualismo (temas absolutamente contemporáneos), encontramos un rayito de luz en la posibilidad de pasar nuestras penurias al lado de alguien que tan solo busca eso mismo. Decía el dicho que las penas con pan son menos penas; pues aqui Kaurismaki cambia el pan por la compañía y nos construye una película con muchísimo encanto que incluso referencia a Chaplin, tanto directa como indirectamente.

Quizá Kaurismaki no sea un director para todo el mundo, su estilo de diálogos es singular, sus puestas en escena muy teatrales y estáticas... pero a quien le gusten las películas donde se cuenta más con lo que se ve que con lo que se escucha, recomendadísima 100%.

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