Crítica de Desconocidos por RocioML

Redactada: 2024-02-29
Hacía mucho que una película no me tocaba así de dentro. He visto historias que me han flipado, otras que me han removido la conciencia, algunas que me han hecho pensar... pero hacía mucho que no veía una película que me engullera en su emoción y cuya atmósfera me envolviera hasta meterse en lo más hondo de mis pensamientos y sentimientos. Desde que la vi no he sido capaz de quitármela de la cabeza.

‘All of us strangers’ es, ante todo, una película con un estado de ánimo muy concreto: la soledad. Es una película que habla del vacío, de las carencias emocionales, de esa soledad no deseada pero buscada para evitar sufrir más. Es una película que rezuma una tristeza de espíritu naif porque hay un niño dentro de Adam que nunca ha terminado de crecer, que es frágil y tiene temores muy profundos, que vive como si esos monstruos que tememos en la infancia siguieran apareciendo cada vez que apagamos la luz.

En el primer encuentro entre Adam y Harry, nada más empezar la película, se palpa en ambos esa necesidad de ser rescatados pero a la vez su incapacidad para pedir auxilio de forma tradicional. Se percibe esa frustración que supone esperar que los demás se den cuenta de lo jodido que estás, del agujero tan enorme que tienes en mitad del pecho, para que te salven sin tener que pedirlo, y que nunca llega. Son dos personajes que necesitan importarle a alguien para no tenerle nunca más miedo al silencio ni a los vampiros de la puerta. Para ser capaz de quedarse a solas con sus pensamientos y no temer por el estado emocional al que estos les puedan llevar.

Hay algo latente durante toda la película que hace que esta transite todo el rato entre la luz y la oscuridad, entre lo sensible y la locura, entre lo físico y lo onírico. La fotografía es bellísima, es una película tremendamente estética y cuidada, y la música, tanto la incidental creada por Emilie Levienaise-Farrouch como la banda sonora, son una exquisitez tan bien elegida, con tanto significado, que te hacen viajar a través de las emociones constantemente. Nunca 'Always on my mind' de Pet Shop Boys nos apeló tanto tan adentro y jamás volveré a escuchar a Frankie Goes To Hollywood sin pensar en Adam y Harry ni podré oír 'The Power of Love' sin emocionarme. Y esa es la magia del cine y la magia de las historias contadas desde la verdad. Porque todos cargamos con fantasmas, bien sea en forma de recuerdos dolorosos o bien en forma de anhelos que nuestra mente recrea para sentirnos menos solos. Porque quien no ha sentido que una pérdida importante llegó demasiado pronto a su vida ha sentido que su forma de sentir, de querer, no encajaba en el mundo, o ha sentido que no ser como los demás le impedía vivir su infancia o su adolescencia con la misma libertad que el resto.

Hay un componente queer en la película que, si bien no es limitante para que personas heterosexuales puedan conectar con ella porque, como digo, aborda muchísimas temáticas universales, sí que creo que vincula de una forma muy directa con ella a quienes forman parte del colectivo, porque en lo queer, en lo gay concretamente, hay también mucha soledad y mucho vacío. Mucha barrera emocional, mucha valentía para desinhibirse sexualmente pero mucha cobardía para abrirse a alguien, para entregarse y comprometerse emocionalmente. Hay muchos Adam en el mundo que tienen el mismo miedo a dejar pasar a otros, románticamente hablando, y eso deriva en una espiral donde las relaciones se vuelven más solitarias y que la película también refleja, aunque intente aportar esperanza en ese sentido.

También pienso que habla de esa soledad de las grandes ciudades. Nunca llego a tener claro si realmente en ese edificio no vive nadie más que Adam y Harry o si esa es su percepción de lo que les rodea. Y es tan humano y tan real sentirse tremendamente solo en grandes capitales donde no para de transitar gente, que la manera en la que ellos experimentan su contexto es también muy identificable para todos aquellos que habitan en lugares muy poblados pero donde el susurro constante de voces y sonidos se convierte en ese ruido blanco que tan solo te lleva a querer aislarte aún más de todo.

La verdad es que a mí me ha tocado muy hondo, y aunque la forma en que está planteado el guion te obliga a estar con el cerebro todo el rato alerta intentando descifrar lo que está ocurriendo exactamente, al final, cuando entran los títulos de crédito, todo el castillo de naipes sobre el que se estaba sustentando tu entereza se viene abajo y te notas resquebrajar por todos lados. Es una apisonadora emocional, pero al mismo tiempo es sanadora, es luminosa, es cuidadosa con cada trocito de corazón que no te ha roto, simplemente te ha quitado el celo que lo sujetaba. Y nada de esto hubiera funcionado igual sin unos protagonistas absolutamente brillantes. Que Andrew Scott no esté en los Oscar es un auténtico robo. Que esta película no esté en los Oscar es un auténtico robo, en general. Para mí podría haber entrado en varias categorías, pero lo de Scott y Mescal es impresionante. Qué química, qué capacidad para transmitir la complejidad de las emociones de sus personajes, para resultar creíbles a cada momento y para conmover al espectador desde la mirada. Los dos secundarios también están maravillosos, pero el magnetismo de los protagonistas traspasa absolutamente todo.

Para mí es una joya de película y la demostración de que con muy poco se puede llegar a mucho. Es una película para sentir y dejarse invadir por sus emociones desbordantes. Id a verla, por favor. Y si no está en vuestra ciudad buscadla donde sea, pero no os la perdáis
Guion
5 ✮
Banda sonora
5 ✮
Interpretación
5 ✮
Efectos
0 ✮
Ritmo
5 ✮
Entretenimiento
5 ✮
Complejidad
0 ✮
Sentimiento
5 ✮
Duracion
5 ✮
Credibilidad
0 ✮
Fotografía
5 ✮
Dirección
5 ✮

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