Crítica de Creatura por RocioML

Redactada: 2024-02-15
‘Creatura’ es una película que en su paso por salas no hizo demasiado ruido, pero que en su estreno en Filmin se convirtió en el estreno más visto de la plataforma en todo el 2023. Y personalmente me alegro, porque ‘Creatura’ es para mí de esas películas que merece la pena reseñar. De las que hay cosas que contar y confrontar. De las incómodas que plantean debate y profundizan mucho en por qué sus personajes son como son. En definitiva, de las que disfruto no solo de ver sino de comentar.

‘Creatura’ es una historia dirigida, protagonizada y escrita por Elena Martín, esto último en compañía de Clara Roquet, nominada al Goya a mejor guion en 2022 por 'Libertad', y juntas nos hablan de un tema que aún se comporta como tabú: la sexualidad femenina. Pero la sexualidad femenina desde el prisma no de la liberación sino todo lo contrario: desde la imposibilidad de ser disfrutada por culpa de unas convenciones sociales y una educación mal enfocada.

Contada en tres tiempos (infancia, adolescencia y adultez), la película nos presenta a Mila, una mujer en la treintena que se muda con su pareja al entorno rural. Es aquí, y en apenas 10 minutos de película, cuando descubrimos que Mila tiene problemas para disfrutar del sexo, pero ni siquiera es capaz de saber por qué. Y a partir de ahí se inicia una búsqueda genealógica de sí misma y de su propia sexualidad que nos irá llevando hacia atrás en el tiempo (siempre fusionándolo con el presente) e irá encajando las piezas del puzle que completan su construcción del placer y del deseo.

Se podría hablar mucho de esta película porque, aunque Mila es la absoluta protagonista, todos los personajes que aparecen en ella tienen su profundidad. Desde su padre o su novio, los secundarios más relevantes, hasta el chaval del pueblo que se convierte en su primer "amor" (si es que a eso podemos llamarlo así), pasando por su madre o su mejor amiga. Todos y todas ellos/as tienen una psicología desarrollada, lo cual enriquece mucho el viaje y facilita la empatía con Mila, que, a su vez, es un personaje tremendamente complejo e incomprensible en muchos momentos hasta para ella misma.

Es también una película que en otras manos podría haber sido un drama oscuro sobrecargado, pero que sin embargo no pierde nunca la luminosidad, gracias entre otras cosas a que deconstruye toda esta malformación del deseo de su protagonista desde el amor. Mila no viene de una familia desestructurada ni que no la quiera, ni tiene una pareja abusiva o violenta. Todo su entorno es, a grandes rasgos, positivo, bienintencionado y afectivo, pero bebe de un mal endémico de esta sociedad (más pronunciado todavía en las décadas en las que se desarrolla parte de la película): el machismo.

Algo que tiene mucha importancia en la película es el vínculo paternofilial que construye con su padre a lo largo de su vida, marcado claramente por un par de momentos en su infancia, y de cómo esto influye directamente en la percepción del amor y del deseo de cualquier ser humano. Hay también escenas incómodas de ver o incluso de intuir, que están rodadas con muchísimo criterio y buen gusto, pese a lo confuso-casi-oscuro del sentimiento que nos queda dentro. Y también hay espacio para conectar con emociones muy reconocibles para muchísimas mujeres como son la vergüenza, el sentimiento de culpabilidad o la presión social para hacer según que cosas a determinadas edades. Todo esto siempre hablando del ámbito de la sexualidad. Los míticos "eres una puta" por disfrutar de tu cuerpo como cualquier hombre; los "qué van a pensar los demás" de tu madre cuando empiezas a vivir tu deseo; la prohibición sistemática de tu padre a que experimentaras el amor o, en general, tuvieras cualquier posibilidad de intimidad con cualquier chico en lugar de ayudarte a hacerlo de una forma sana y libre... Son situaciones tremendamente habituales en las familias que, vistas desde el plano de las consecuencias que pueden llegar a generar, diría que rozan el terror psicológico.

Y eso por no hablar de la masculinidad toxica del hombre que se siente poco hombre si no te hace disfrutar en la cama. Ese melón, ese personaje y esa escena darían por sí solas para todo un tratado sobre feminismo, pero el resumen es que hay que verla. Que la recomiendo muchísimo y es de las películas que más me han estimulado (mentalmente, no seáis malpensados) de todo el año pasado. Que quizá se tambalea en algún momento de su metraje, pero que para mí nunca termina de perder el interés y de hacerme reflexionar sobre muchísimas cosas. Buen guion, buenas interpretaciones, buena fotografía... Lo dicho, hay que verla.
Guion
4 ✮
Banda sonora
0 ✮
Interpretación
5 ✮
Efectos
0 ✮
Ritmo
4 ✮
Entretenimiento
5 ✮
Complejidad
0 ✮
Sentimiento
4 ✮
Duracion
5 ✮
Credibilidad
5 ✮
Fotografía
4 ✮
Dirección
4 ✮

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