
Jason Momoa
Arthur
Al no poder derrotar a Aquaman la primera vez, Black Manta, todavía impulsado por la necesidad de vengar la muerte de su padre, no se detendrá ante nada para derrotar a Aquaman de una vez por todas. Esta vez Black Manta es más formidable que nunca y ejerce el poder del mítico Tridente Negro, que desata una fuerza antigua y malévola. Para derrotarlo, Aquaman recurrirá a su hermano encarcelado Orm, el ex rey de la Atlántida, para forjar una alianza improbable. Juntos, deben dejar de lado sus diferencias para proteger su reino y salvar a la familia de Aquaman, y al mundo, de una destrucción irreversible.
Con cada estreno de 2023 de los restos de DCEU asemejándose al último suspiro de un pez flotando sobre un montón de chatarra al sol, era casi apropiado que finalmente llegara a su fin hoy con su icónico superhéroe de las profundidades marinas: Aquaman.
Al mostrar a Arthur Curry revolcándose en un charco de agua putrefacta y su propio vómito, la escena post-créditos de "The Flash" había puesto el listón al menos tan alto como un reportaje sobre la elaboración del surimi para quitarme las pocas esperanzas que tenía en esta secuela.... Pero seguía cruzando los dedos para que James Wan y su escamoso Momoa ofrecieran un pequeño último aguante acuático a este Universo DC ya muerto y enterrado bajo el peso de todas las aristas encontradas en la última década. Se que es bastante querido pero, por mi parte, tengo que admitir que, al margen de los vuelos de fantasía de su director tras la cámara y de la riqueza colorista del mundo y el bestiario de 'Aquaman', la primera aventura en solitario de Arthur Curry me decepcionó un poco. La que protagonizó con sus compañeros de la Liga de la Justicia subió el nivel en la versión del director's cut, pero aún le costaba establecerse como un personaje realmente interesante tras su simple complexión colosal, sus tatuajes y sus muchas pintas de cerveza. En definitiva, la última cabeza que iba a morder con El hombre que susurraba a las branquias de los peces no era por el superhéroe como tal, sino más bien por su director, que sin duda aún era capaz de unas cuantas secuencias inspiradas en la marea negra que arrastró al resto del DCEU. Y esa es, una vez más, la única cualidad destacable que se puede encontrar en la muy (pero que muy) exigua mariscada que ofrece "Aquaman y el Reino Perdido", en la que sólo destaca este mundo de los mares (y bastante tierra esta vez), mucho más rico que la mayoría de los que se vislumbran en las otras películas del DCEU en cuanto a la gama de coloridos entornos que se ofrecen y la diversidad de criaturas que allí dormitan (aunque ya empecemos a ver claramente los límites en cuanto a imaginación), así como ciertas secuencias impulsadas por el dinamismo de la cámara de Wan para ofrecer fases de acción que intentan ir más allá de la masa del género (hay una gran persecución de un submarino, por ejemplo, o una fase de infiltración bastante impresionante en una base enemiga en planos secuencia). Por desgracia, éste será el único gran esfuerzo reseñable en una secuela floja en casi todos los demás aspectos, y aún más insípida por un montaje digno de un atún cortado en un bar de sushi de mala calidad, en el que está claro que se ha hecho todo lo posible por eliminar las olas de exceso de ambición y ofrecer una montaña rusa superheroica final sin ambición vertiginosa (Por cierto, probablemente no habrá tormenta en torno a la presencia de la sensual Amber Heard, su Mera ha sido visiblemente recortada al máximo cada vez que abre la boca, reduciéndola a un géiser- florero persiguiendo constantemente a su hijo). Incapaz de ir más allá de la trama de la primera película y convertir sus restos en un trampolín para algo nuevo, la película opta por el camino fácil y se repite centrándose una vez más en la dinámica de estos dos hermanos enemigos, pero no demasiado, invirtiendo su equilibrio de poder para enfrentarlos a los malvados designios del vengativo alborotador Black Manta (que no ha cambiado nada en cuanto a motivaciones obsesivas) y a una amenaza aún mayor que, como se verá, nace de la rivalidad entre los dos hermanos. .. Como la familia de Aquaman ha crecido, la paternidad y el peso de la responsabilidad van a mezclarse, obviamente, con una historia teñida de mensajes ecológicos tan sutiles como un montón de icebergs arrojados a un estanque para una aventura con un falso ritmo bastante sorprendente, estrechamente ligado al de su fallida fase introductoria que intenta jugar con la cotidianidad humana/rey de Aquaman y con la que, al final, toda la película parece no saber cómo arreglárselas, convirtiéndose en una caricatura de lo peor que puede hacer una película de superhéroes, a veces centrándose mucho más de lo debido en los chistes malos, a veces agitándose vanamente de la forma más desvergonzada para disimular su escasez.
Por supuesto, se podría decir que he visto cosas peores en la ya larguísima lista de películas superheroicas de los últimos años pero, tras un triste año 2023 tanto para los competidores de Marvel ("Ant-Man y la Avispa: Quantumanía", "The Marvels") como para sus coleguitas de esta crepuscular era DC ("Shazam: Furia de Dioses", "The Flash", "Escarabajo Azul"), "Aquaman y el Reino Perdido" no hace más que confirmar la terrible pérdida de aliento de la que ha sido víctima el género en los últimos tiempos y se convierte en la encarnación misma de un largometraje innegablemente apresurado, que a nadie podría haber importado menos, ni a un público cada vez más hastiado ni a las mentes maestras que ya han dirigido su atención hacia horizontes quizás más prometedores de Gunn/Safran.
No me atrevería a decir que la historia del desaparecido DCEU se merecía una bullabesa de primera para su epílogo, pero algo más agradable que una caja de palitos congelados del Capitán Pescanova algo más frescos habría sido bienvenido... ya que está película huele a pescado podrido.
Segunda entrega del superhéroe acuático, Aquaman. En esta ocasión el inicio es toda una parodia y daba la sensación que esto no iba a ir por buen camino, lo del humor en estas películas está bien, en ciertos momentos en modo de chascarrillo, pero un inicio de esa manera te baja un poco la adrenalina.
Para mí la película en líneas generales tiene el mismo nivel (regulero) que la anterior película, en esta ocasión dura poco más de dos horas, algo que se agradece, que no se alargue la historia sin necesidad.
La historia mejora porque en esta ocasión saben tomar un rumbo fijo, la venganza de Jesse Kane, con un peligro de fondo aun más amenazante, un rey fantasmagórico de un antiguo reino actualmente desaparecido, de ahí el título de la película.
El nivel de efectos especiales es muy alto al igual que la ambientación, sin duda, lo mejor de la película, pero me ha dado la sensación que la anterior entrega en este aspecto era mucho más espectacular.
El elenco en general sigue siendo el mismo, donde cada uno está a un nivel notable, la única pega es el exceso de humor forzado, si quiero ver una película de comedia veo otra cosa, pero de Aquaman lo que se quiere es acción, adrenalina, una historia decente (esto se queda a medias, porque tira de topicazos y clichés a punta pala) y buenos efectos especiales (esto lo logra con creces).
Últimamente por desgracia, las películas de superhéroes prima más la cantidad que la calidad, a nivel de historia, porque aquí solo se busca que los efectos especiales sean brutales sin hacer cierto esfuerzo en una trama medianamente decente...
En definitiva, se puede ver, pero al final se queda un una más del montón en el género de superhéroes.
Aquaman y el reino perdido es una película de 2023 que es la secuela de Aquaman, ambas dirigidas por el cineasta malasio - australiano James Wan y protagonizadas por un buen reparto encabezado por Jason Momoa, Amber Heard, Patrick Wilson, Yahya Abdul-Mateen II, Nicole Kidman, Dolph Lundgren y Temuera Morrison.
Lo cierto es que esta secuela es claramente inferior a su predecesora, que tampoco era un clásico del cine pero que te aportaba más en todos los sentidos (acción, argumento, humor, etc...), pero no por ello es que esta segunda entrega de Aquaman sea mala, ya que tiene un ritmo bastante constante, es medianamente divertida y la verdad es que para pasar un rato totalmente palomitero pues esta cinta cumple con su función.
Ahora bien si lo que quieres ver es la película de superhéroes definitiva pues esta desde luego no lo es.
Por lo que te recomendaré esta película solo si lo que buscas es un poco de entretenimiento sin complicaciones ni profundidades (que a veces es lo que necesitamos, entretenernos y desconectar...), pero no vayas a esperar que este sea uno de esos filmes que vayas a recordar en años venideros...
Aquaman y el reino perdido es una película de fantasía y acción, y segunda entrega de este super héroe de DC Cómics del universo expandido ya extinto, protagonizada por Jason Momoa y Patrick Wilson.
Un antiguo enemigo ha vuelto para cobrar su venganza empleando un arma que le proporciona poderes ancestrales. Para superar esta amenaza, Aquaman deberá un aliado donde menos cabía esperar.
Lo que tiene ver una película con pocas expectativas, que a veces no parece tan mala.
Creo que Jason Momoa no acaba de estar en su mejor momento, aunque lo intenta, por no hablar de Amber Heard, que sí, tiene toda la pinta de que le han recortado frases y en cierto momento, por ejemplo, se las han dado a Dolph Lundgren, otro que parece fuerísima de juego. Lo pensé en la primera peli y lo sigo pensando: vaya casting han elegido aquí. Como la pareja Temuera - Kidman....
Al menos Patrick Wilson sí da el pego. Menos mal, se salva uno y medio. Bueno, dos y medio, que olvidaba al villano de la función, Yahya Abdul-Mateen II, que vale, ese sí, porque su colega el científico me ha parecido otro que sobraba y que no aporta nada.
A nivel visual, más de lo mismo que en la primera película también, unos efectos visuales sobrecargados, que habrá quien le guste, pero se hacen muy raros de ver, no acaban de cuajar debajo del agua. Al menos sí me han parecido algo más convincentes en tierra firme.
El caso, es que la película me ha parecido entretenida, aunque también olvidable. Si no hubiéramos sufrido tal desgaste de súper héroes dentro del mismo molde, seguramente esta película no habría sufrido tantas críticas, pero igualmente sería el final de esta historia, porque aunque se me ha hecho amena, no hay demasiado que rescatar.
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