Doctor Who

No suelo valorar series con un 10 y mucho menos si son tan longevas y, por tanto, tan sujetas a altibajos como en el caso que aquí nos ocupa, pero tampoco podía darle menos nota a una maravilla como 'Doctor Who', una de las producciones televisivas más icónicas e influyentes de la historia y, a título personal, mi favorita de todos los tiempos. Y eso que la primera temporada me pareció muy normalita, pero con el paso de los capítulos no tardé en caer rendido ante el carisma de su protagonista, el conocido como The Doctor, un ser alienígena que viaja por el espacio-tiempo a bordo de la TARDIS, una nave espacial con consciencia propia, inabarcablemente inmensa en su interior y con la apariencia de una vieja cabina de policía en su exterior. Limitado únicamente por los propios confines del universo y con la inestimable ayuda de distintos acompañantes, el Doctor irá visitando cuantas civilizaciones, épocas y planetas sean necesarios para resolver el problema de turno y evitar que la injusticia triunfe.

Un personaje muy asociado con la figura clásica del héroe, solo que, más allá de su intelecto superior y de la capacidad para regenerar su cuerpo, el Doctor carece de superpoderes y viaja armado solamente con su querido destornillador sónico. Como el propio Steven Moffat —guionista y showrunner— dijo en una ocasión: "Cuando concibieron a este héroe no le dieron una pistola; le dieron un destornillador para arreglar cosas. No le dieron un tanque o una nave de guerra, le dieron una cabina a la que pedir ayuda. Y no le dieron un superpoder, le dieron un corazón extra". Dos corazones para un ser que desprende humanidad por los cuatro costados pero que, por su condición de ente prácticamente inmortal, también arrastra oscuros secretos y una enorme soledad consigo. A fin de cuentas, ser inmortal no solo implica vivir para siempre sino también ver morir a todos los demás; una carga que siempre atormentará al Doctor y que, además, añadirá un profundo componente emotivo y filosófico a tanto viaje espacial.

Posibilidades infinitas para una experiencia única, diferente e increíblemente imaginativa; una en la que nunca sabes qué puedes encontrarte a continuación pero donde jamás faltarán las aventuras, los giros inesperados, algunas pinceladas de tensión y mucho humor británico. Y, aunque es cierto que ha tenido sus altibajos, siempre ha sabido reinventarse para dejarnos momentos inolvidables, conquistarnos con actorazos de la talla de David Tennant o Matt Smith y, de paso, mantener intacto su dinamismo, su magia y su espíritu inconformista. Lo último que puedo decir es que no os dejéis llevar por las apariencias y le deis una oportunidad a 'Doctor Who'; una serie que, al igual que la propia TARDIS, es muchísimo más grande por dentro de lo que aparenta por fuera.

"Doctor Who" (2005), moderniza y rinde homenaje a una de las franquicias de ciencia ficción más queridas de todos los tiempos. Serie bien producida y con buenos efectos especiales y grandes doctores, mi favorito es David Tennant, y que decir de esos enemigos, los Daleks con su grito de "¡Exterminar!", los Cybermen, el Amo, los Weeping Angels (mis favoritos). Y no sé el motivo del reinicio de las temporadas, pero seguiré viendo al nuevo doctor

Soy bastante whovian así que no puedo ponerle menos nota que un 10 a una serie que me gusta tanto, incluso con sus altibajos. Doctor Who es una de las series más míticas de la ciencia ficción, muy longeva (solo existe el parón entre la serie clásica que empezó en 1963 y fue cancelada a finales de los 80 y la moderna, que es esta) y con un lore amplísimo que entiendo que puede resultar inabarcable de primeras si quieres empezar la serie. No temas, lo único que tienes que saber es que el Doctor viaja en el tiempo y en el espacio en su TARDIS (una nave que por fuera tiene el aspecto de una cabina de teléfono azul), con acompañantes normalmente humanos (companions) y puede regenerarse, lo cual ha permitido que lo interpreten múltiples actores y una actriz hasta el momento. Con esta base vas que chutas puesto que la serie está hecha para que tú vayas descubriendo poco a poco los misterios del Doctor, sus enemigos míticos y su historia, y además con posibilidades de renovarse e introducir novedades constantemente.

El tono de Doctor Who es a menudo familiar, ligero y divertido. Es una serie de aventuras donde los capítulos suelen seguir una estructura simple: el Doctor llega a un lugar del universo, planeta extraño o tiempo del pasado o el futuro de la Tierra y tiene que enfrentarse a alguna amenaza o situación y ayudar a salvar el día, como quien dice. Esta es la base de los episodios, aunque suele haber tramas de fondo más largas y profundas, enemigos que vuelven una y otra vez y muchas sorpresas y revelaciones. Cada Doctor tiene su personalidad y particularidades, aunque es cierto que en el fondo el Doctor siempre es el Doctor, es decir, son distintos pero siempre con continuidad. El Doctor siempre va a querer ayudar, es un personaje carismático e inteligente que cree en lo bueno de la humanidad, en la esperanza, no es una persona cínica, a pesar de sus malas épocas y múltiples demonios.

Las características de la serie permiten que las posibilidades para explorar en Doctor Who sean prácticamente infinitas, abierta casi a cualquier escenario en cualquier época o lugar, abierta a emitirse de forma continuada, puesto que los intérpretes pueden marcharse de la serie, incluso en el caso de su protagonista, y el Doctor seguirá adelante con un nuevo aspecto. Esta es parte de su gracia, si eres una persona abierta de mente, pues la serie solo puede sobrevivir si busca constantemente renovarse. Es por eso que la serie tiene muchos altibajos.

La primera temporada de Eccleston parece un poco de prueba y a veces no sabes por donde pillarla, pero después llega la época de David Tennant como Doctor que suele ser la más celebrada y recordada, si te cuesta al principio aguanta hasta que llegues, hazme caso. Posteriormente llegó el jovencito Matt Smith, con Moffat como showrunner y, a pesar de que es un señor bastante rancio en ocasiones, introdujo novedades en la serie que fueron muy emocionantes al principio. Su última etapa por desgracia ya era un más de lo mismo y su fórmula no daba más de sí y chirriaba, una pena porque desperdició a un actor tan bueno como Capaldi en un Doctor que estaba de capa caída. La nueva etapa con la Doctora de Jodie Whittaker actual abre de nuevo múltiples posibilidades, si bien es cierto que la primera temporada es irregular y los companions son un poco flojos, la 12ª (la última en el momento que escribo esta reseña) es una de las mejores de los últimos años, hace uno de esos giros locos que expanden más el lore de la serie solventando además un conflicto con la serie clásica (uf, cuando hay esos detalles que unen la serie clásica con la moderna y nos vuela la cabeza, peak para quienes somos whovians). Una maravilla que vuelve a subir el nivel en una serie siempre cambiante.

Recomendadísima si te gusta la ciencia ficción y si tienes paciencia. Ojo, no es necesario ver antes la serie clásica, aunque tiene continuidad y sigue la cronología de Doctores, la serie moderna está concebida de manera que puedas empezar a verla y enterarte de todo. Es más, yo recomiendo empezar por esta y ya si te flipa igual te animas a ver la clásica, pero empezar por la clásica es seguramente abandonar Doctor Who antes de poder entrar en su universo; un universo siempre en expansión, emocionante, a veces contradictorio e irregular, pero siempre capaz de volarte la cabeza si tu cabeza es, eso sí, suficientemente flexible como para dejarte llevar y disfrutar sin intentar cuadrarlo todo. No lo intentes, de verdad, solo disfruta.