Críticas de Series

Esto toma un rumbo bastante extraño, un poco delirante y algo rebuscadillo, pero viendo las temporadas anteriores, no me extraña para nada. Creo que va pidiendo a gritos terminar ya, por la falta de buenos argumentos para continuar.

Solo la recomiendo para verdaderos fans de la serie o para quien quiera verla terminar, por lo demás no merece la pena.

Cuatro sórdidos capítulos de interesante drama familiar y otros problemas sociales que crea una trama interesante que te mantiene en tensión,, Grandes actuaciones de Emily Watson y Ben Chaplin. Acompañados de muy buenos actores secundarios
Una gran serie con un gran final. Altamente recomendable.

Serie documental del un caso particular de captación de sectas que en un momento dado por el morbo copó portadas y que poco a poco se fue apagando por falta de interés.

Patricia Aguilar una chica de dieciocho años de Elche con una familia normal, un día de buenas a primeras desaparece y cuando da señales de vida a su familia se encuentra en Perú con otras personas y ella en una actitud completamente diferente y rechazando a su familia biológica.

Buena narración de la historia, de como se movilizaron los padres para recuperarla (muy curiosa y bastante hábil la prima para encontrar su paradero y con quien estaba), de cual fue la experiencia de ella en Perú, también está el testimonio de otras personas que convivieron con ella y de sus rescatadores. Se agradece que la historia esté tan bien contada y con detalles que van al grano sin regodearse ni dar vueltas a un argumento solo por meter minutos de más.

De primeras no entiendes que motivó su huida, luego lo entiendes más aunque te siga chocando las formas tan extremas.

Es un caso poco habitual y bastante extraño, pero real, y eso es lo que le hace atractivo, como una chica normal termina en una "secta" en Perú con una vida completamente diferente a la que llevaría en España.

Es entretenido y curioso el caso, faltan algunos testimonios más que me hubieran gustado escuchar pero me imagino que no han querido colaborar en el documental.

Totalmente recomendable por lo bien narrado que presentan el caso al espectador.

Se va notando el desgaste ya se me están haciendo un poco pesados los capítulos, y lo de la guerra de Secesión me provoca una pesadez...

Espero que en la ultima temporada que se vuelvan para Escocia y le den un buen final.

Esta serie es la muestra de un buen reparto no garantiza una buena historia,

Empieza muy bien, un secuestro un tanto sui generis que parece que va a dar mucho juego y se queda ahí en un primer buen capitulo piloto.

A partir de ahi no deja de ser un telefilm de fin de semana de antena 3.

Claire Danes, tu antes molabas...

Se abren varios frentes durante los años de los grandes objetivos de los Reyes Católicos: la derrota de Portugal, la conquista de Granada, el viaje de Cristóbal Colón, la expulsión de los judíos o la instauración de la Santa Inquisición.

Se presenta a una Isabel menos idealizada que en la primera temporada, más enamorada de Fernando que viceversa como se ve en las múltiples infidelidades y bastardos. También se intuye un poco el destino de los dos hijos mayores de los reyes.

Esta época, aunque indudablemente interesante, me gusta menos que la de la juventud y llegada al trono (de forma poco legítima) de Isabel y los destinos de sus hijos.

La parte que más me ha gustado de la temporada es la que gira en torno a Boabdil, Mulay y Zoraida, y las intrigas palaciegas de Aixa.

En cuanto a la pobre Juana, la Beltraneja, me da lástima. No sólo le robaron el trono sino que una catástrofe natural se llevó su tumba al mar. Si había alguna forma de saber si era legítima o no, se la llevó el viento.

La verdad que me esperaba más de esta serie, vaya por delante que no conocía la adaptación ni la novela y quizás la esperaba de otra manera, de una forma más bélica, más batallas a lo grande y cosas por el estilo. Aún así me ha gustado porque tiene otros puntos muy a su favor, como las puestas en escena, ese arte visual que presenta, el conocer más sobre una determinada cultura, etc.

Me llamó la atención principalmente esos primeros capítulos, como vas conociendo a cada personaje, en esta serie tiene varios personajes llenos de carisma, de los que gusta de ver en cuanto aparecen. También, como vas conociendo la historia, lo que pasa en este lugar, que bien podría verse en estos días, de otra forma obviamente, pero con el mismo objetivo que es el poder, el gobernar por encima de todo y de todos.

Vemos que por motivos de un personaje en concreto que no es de la zona, se puede apreciar el choque cultural, y se ve esas diferencias en cuanto al honor, las relaciones de pareja, la vida, la muerte....

Es una serie en general entretenida, diferente y que podría merecer la pena echarle un vistazo y deleitarse con los detalles y filosofía de vida que presenta.

Para terminar, creo que de lo mejor es uno de sus personajes, interpretada por Anna Sawai, y su ya inolvidable "Mariko-sama".

El problema de esta temporada es que muchos de los trucos ya los hemos visto en la primera.

Curiosa mini serie de animación que le puse a mi hija de dos años y a los cuatro minutos, me estaba pegando sartenazos (en que hora le compré la cocina de juguete) y con razón... Que le pusiera la princesa Sofia, Frozen o Elena de Ávalor...que coraje le estoy pillando a estas cuatro...

Pero volviendo a la mini serie hay que ser un tarado mental para crear una historia cuyos personajes principales son un huevo crudo, tal cual lo estás leyendo, un huevo crudo y un pollito (con dientes). El pollito está obsesionado en encontrar a la madre de ambos y convence al huevo crudo de que le siga en tan singular aventura. Shakipiyo, el pollito y Gudetama, el huevo crudo, tendrán que vivir diferentes aventuras en el mundo real para conseguir, su objetivo. Durante su curiosa aventura conocerán a diferentes huevos (cocidos, podridos, vamos en sus muchísimas formas) y seres humanos....lo más surrealista de la serie....

La historia aunque parezca estúpida y surrealista, está muy bien creada, con dos personajes muy diferentes, Shakipiyo, un pollito que no se detendrá ante nada, valiente, obstinado y que se preocupa por su "hermano" Gudetama, un huevo crudo que es perezoso, sin ganas de hacer nada en la vida, que casi no le sale la voz de la yema y que se ve "obligado" a seguir a Shakipiyo en su disparatada aventura.

La trama desprende mucha ternura, momentos surrealistas y de vez en cuando te sacarán una sonrisa confusa de estar flipando con lo que estás viendo.

La gran ventaja que tiene es que es una mini serie de diez capítulos donde suelen estar entre diez y quince minutos por capítulo, se podría ver como si fuera una película.

No se si recomendarla, porque a la que se la recomendé se puso a sartenazos conmigo, a mi no me ha parecido una maravilla pero es entretenida de principio a fin.

Aunque ya contaba con una adaptación televisiva bastante bien valorada por el gran público, la novela más exitosa de James Clavell regresa de nuevo a la pequeña pantalla y lo hace, casi 45 años después, con la ambiciosa 'Shōgun', un apasionante viaje al Japón feudal del siglo XVII y a su convulso escenario de conspiraciones, intrigas políticas y luchas de poder. Las traiciones se suceden, los señores feudales mueven sus cartas y el país nipón, atravesando un notable período de inestabilidad, se encuentra al borde de la guerra civil. El contexto daba pie a una épica producción llena de batallas y, de hecho, no fueron pocos los que calificaron la serie como la nueva 'Juego de Tronos' tras sus primeros episodios, pero lo cierto es que 'Shōgun' va por un camino bastante diferente. No por ello necesariamente mejor ni peor, pero sí más alejado de cualquier atisbo de componente bélico para, en su lugar, centrarse en las dudas, temores y maquinaciones de los personajes desde el complejo entramado sociopolítico del Japón de la época.

Esa misma complejidad, agravada por la delicada situación del país, encuentra un interesante punto de inflexión en la figura de nuestro peculiar protagonista: John Blackthorne, un marinero británico que naufraga en las costas niponas y cuyo total desconocimiento de la cultura local, tan distante para él como lo es la suya para los japoneses, supondrá uno de los principales atractivos de la historia. Ya no solo por las evidentes dificultades a la hora de comunicarse, sino porque, además, permite que la serie se adentre en la lejana idiosincrasia del país asiático para, entre otras cuestiones, abordar temas tan arraigados en la sociedad nipona como pueden ser el del rol de sumisión absoluta por parte de la mujer o el del tan cuestionable concepto del honor. Todo esto no quiere decir que no vaya a haber buenas dosis de sangre, muerte y destrucción, pero la guerra, lejos de ser un personaje más de la trama, actúa más bien como el lienzo sobre el que se irán dibujando los destinos de todos los peones de esta intrincada partida de ajedrez.

Una experiencia ciertamente inmersiva, cocinada a fuego lento y apoyada en un fantástico despliegue audiovisual que, además, demuestra un gran respeto a la hora de reconstruir con extrema fidelidad un marco histórico al que es inevitable no ser transportado. Vestigios de otra época condensados así en una serie pausada, introspectiva e incluso poética en su forma de capturar el sacrificio, la lealtad y la entereza que definían los valores de un tiempo ya pasado pero, gracias a producciones como esta, jamás olvidado. No es la típica historia de samuráis y, seguramente, tampoco lo necesite. Porque, si algo me ha quedado claro viendo 'Shōgun', es que no hay mayores batallas que las que uno mismo mantiene en su interior.

Un cadáver aparece en cuatro momentos diferentes de la historia, y cuatro detectives intentan darle un sentido a su asesinato.

Me ha gustado mucho. Cada línea de investigación iba por un camino diferente y ha sido divertido intentar entenderlas todas a la vez. Todo poco a poco se ha ido interconectando hasta que al final ha tenido sentido y los cuatro detectives han jugado un papel fundamental. Qué me gustan a mí los viajes en el tiempo.

Dicho esto: vamos con mis teorías.

Lo que más me fascina de la serie es la paradoja espacio-temporal. Mannix viajó al pasado porque su yo futuro se lo dijo desde el pasado y esto dio lugar a la descendencia de la que nacería el propio Mannix. Es decir, él existe porque existió, y existió porque existirá. Pero, al mismo tiempo, si él es la razón de su misma existencia, ¿cómo llegó a existir en primer lugar? Me encantan estas cosas.

Otra cosa que me ha gustado ha sido cómo han deshecho el embrollo. Habría sido mil veces más fácil volver al momento exacto de 2023 y simplemente desactivar la bomba antes incluso de que Mannix descubriera los diferentes detonadores, pero habría sido mil veces más aburrido. De esta forma, se crea una red de mensajes a lo largo de la historia que acaba cumpliendo su objetivo. No sé si me ha gustado más ver a Hillinghead sembrar la sombra de la duda en Mannix (gracias a Maplewood) o a Whiteman huyendo por su vida para entregar el disco a Hasan a través de las décadas.


Y una cosa que me parece curiosa es que el pobre Dafoe, que es quien inicia todo este drama, quede relegado a un segundo lugar y acabe siendo insignificante, tan insignificante que ni explican por qué apareció en 4 lugares distintos ni qué es de él en la nueva línea temporal. Mi teoría es que se esparció por el tiempo por culpa del disparo, porque su mente ya estaba fragmentada cuando entró en la máquina del tiempo.

Por último, mi teoría sobre que Maplewood aparezca en 2023 es que la inexistencia de Mannix no solo hizo que los protagonistas vivieran vidas más tranquilas, sino que propició que el progreso que él tanto buscaba se diera de forma mucho más rápida sin su secta dando vueltas por ahí. Por eso al final se ven los edificios de KYAL, porque el futuro llegó antes sin él. Es un buen golpe bajo para Mannix.

En fin, que si te gustan las series de resolver asesinatos con una importante trama de ciencia ficción y viajes en el tiempo esta es tu serie.

Temporada muy floja, que debería haber sido la última, pero aún hicieron una más. La serie ya no se sostiene y no tiene gracia, siempre es lo mismo. A por la ultima.