Produce vergüenza ajena y asombro ver a un elenco de lujo embarcado en una delirante historia de: ¿espías? ¿infiltrados? ¿C.I.A.? ¿F.B.I.? ¿guerra sucia? Es imposible saberlo. El dislate es de tal magnitud que sepulta ignominiosamente el gran trabajo interpretativo de Bridges, Lithgow, Shawkat y Brenneman.
Debí sospechar lo peor al ver que la habían cancelado con la T2. Lo que no me pude imaginar es que les cancelaran el proyecto casi a mitad del último capítulo, con lo que el despropósito general alcanza dimensiones épicas nunca vistas. Ya no se trata de un final "abierto". Es que han capado la serie por las bravas (y supongo que despidieron a todo el mundo, claro).
Y sin embargo, los actores son tan potentes que nos convencen de que están contando una intensa historia de relaciones humanas fuera de lo común. Tienen tal magnetismo que les acompañas hasta el final-aborto esperando ver como resuelven sus problemas psicológicos y familiares.
Pero parece que a los guionistas les debía resultar aburrido el thriller psicológico y se lanzaron a un argumento de acción bélica-postbélica que, en la mayoría de las escenas, produce sonrojo. Habiendo referentes como "Homeland" o "Oficina de infiltrados", las situaciones y los giros de guión imposibles e inverosímiles se suceden sin descanso, convirtiendo un argumento de conflictos psicológicos en una alarde de lo peor de las series B americanas con héroes de capacidades sobrehumanas y enemigos patéticos, siempre dispuestos a morir con deshonor.
Ver trabajar a estos actores es un lujo, pero inmersos en una trama imposible y sonrojante, no merece la pena.
Menos mal que la cancelaron.

El mundo de "Los Javis" es único. Basculan sin problema de lo más chabacano y cutre a lo más sublime y emotivo. Supongo que hay que quererlos u odiarlos. No dejan término medio (ni te dejan indiferente).
En una película larga pueden estructurar ideas y equilibrar formas. En capítulos de 30 minutos el desmadre es absoluto.
En "Paquita Salas" creo que podemos encontrar lo mejor y lo peor de su universo personal. En cada uno de los capítulos hay una o dos escenas geniales, emotivas y redondas y también escenas deplorables que invitan a cortar con la serie.
Hay que reconocer el enorme talento que tienen para construir un falso documental, con medios y cortos planos, hablando a cámara. Los actores (¡todos!) se lucen. Eso es parte de la "magia" de "Los Javis".
Tiene mérito haber conseguido la cantidad y calidad de "cameos" que hay en esta pequeña serie. A algunos (pocos) se los ve fuera de sintonía, pero la mayoría se meten en ese universo y se lucen cómodamente. Aunque la lista es grande, creo que es de justicia resaltar la traca final con el cameo de Juan Echanove: simplemente enorme.
Por supuesto, sin el "pegamento" de Brays Efe y su talento interpretativo, yo creo que el invento no funcionaría.
Así pues: A riesgo de odiar la propuesta a mitad del primer capítulo y mandar la serie al carajo, creo que merece la pena verla íntegra, aunque solo sea por las perlas que hay en cada capítulo.

Lo primero que me viene a la mente al comentar esta serie es que es ¡sorprendente!
Bajo un envoltorio de comedia disparatada y sin pretensiones estéticas o formales, se esconde un argumento de ciencia ficción especulativa del más alto nivel. Y en este terreno no se anda con milongas: los guionistas van a saco. Desarrollan sin parar ideas y alternativas sorprendentes alrededor de la eternidad (aunque sea artificial), la muerte y la resurrección (naturales o artificiales) y las posibles relaciones "humanas" entre vivos y muertos ("descargados"). Y a cada planteamiento nuevo (y hay más de uno por capítulo) le dan una solución sorprendente, construyendo un argumento delirante que se sostiene por si solo. Bueno, por si solo, no. Mucho hacen los actores que, sin ser monstruos de la interpretación, se lo toman en serio sólo lo justito y despliegan una empatía contagiosa que hacen verosímiles las propuestas más insólitas.
Al principio parece que el formato de 20 minutos nos va a meter en una comedia al uso ("sit-com" o similar), pero enseguida aparecen elementos de ciencia ficción pura que se van desplegando sin pausa hasta que se agotan y colapsan. Cada capítulo es una nueva propuesta y las respuestas son, en general, muy aceptables.
Lo complicado es combinar mentalmente propuestas distópicas muy audaces con situaciones de comedia fácil, resueltas de manera banal. Pero el cóctel funciona. Por lo menos hasta la T3, en la que el embrollo es de tal magnitud que los guionistas ya no saben por donde salir, y colapsa todo hasta la T4, que es un puro disparate.
Aunque el guión no es muy exigente con los actores (los personajes son planos y previsibles) creo que es de justicia resaltar el trabajo de Allegra Edwards, en su papel de "niña pija mediocre y maciza" y, sobre todo, el fantástico trabajo de Owen Daniels, con el montón de personajes de IA desdoblada, cada uno con algún matiz de personalidad distintivo.
Por supuesto hay que poner en un pedestal los efectos especiales que, inmersos en situaciones triviales, pueden pasar desapercibidos. Una vez más, en la T4 todo se va al traste.
Es una pena que esta serie se haya planteado como una comedia trivial de corta duración, cuando las especulaciones distópicas que plantea (y su resolución gráfica)
merecerían una serie como Star Trek que, en el fondo, es mucho menos arriesgada en su especulación. Pero claro, en ST el argumento y los personajes son lo principal.

Creo que esta serie se queda solamente en un alarde interpretativo de los actores protagonistas, sin una base argumental sólida, y con un montaje dentro de cada capitulo y entre ellos, bastante discutible.
Es muy difícil seguir la presunta trama que intenta ligar las experiencias de las personajes y, cuando te has perdido, solo queda disfrutar de la maestría que tienen para contarte cualquier cosa.
Como serie: nula.
Como ejercicios de interpretación: muy interesante.

Realmente mala.
Me resulta increíble que a estas alturas se puedan hacer producciones con temática western de tan infame factura. No hay por donde cogerla. Y es una pena porque la base histórica del argumento es muy interesante y desconocida: el asentamiento a sangre y fuego de los mormones en Utah, en el primer tercio del siglo XIX. Visualizar ahora como orate sanguinario a Brigham Young es, como mínimo, arriesgado. No sé si esta serie la permitirán en Utah.
Aparte de eso, el argumento es banal, mal construido, tramposo y con personajes, como mínimo, de opereta (del Oeste americano, claro). Cada línea argumental válida que plantea la serie, es sistemáticamente destrozada con acciones inverosímiles y personajes incongruentes. Por supuesto, a los productores les ha importado un rábano mantener la coherencia de escenarios, escenas e, incluso, planos. Lo del "raccord" debe ser de otra serie o película. Cuando ves que en un plano hace un tiempo invernal espléndido y en el siguiente hay una ventisca de aúpa, dentro de la misma escena, directamente desconectas. Lo del armamento es para morirse de risa. No Leone se atrevió a tanto despropósito.
¿Bajo presupuesto? Supongo, empezando por el sueldo de los guionistas, que supongo eran becarios en prácticas.
Es sangrante ver el plano de la pira funeraria con fuego encendido debajo cuando la india se aproxima con la antorcha para encenderla. Lamentable. Y hay muchas más.
Creo que no merece la pena perder el tiempo con esta serie infame. No aporta nada a ese período histórico y para dramones ya tenemos otras mucho mejores.

Estamos ante una serie realmente soberbia. Quizás no perfecta, pero con una trama y unas personajes principales memorables.
El comienzo desconcierta porque la pareja protagonista es claramente atípica, su comportamiento y actitud es, a veces, incomprensible y la situaciones en las que empiezan a verse involucrados resultan cuando menos artificiosas.
Pero los guionistas han creado un argumento policial, de intriga y de acción, tan bien trenzado que, al poco, te ves absorbido por los sucesos que cuenta.
Dejando a un lado la parte de violencia que se resuelve sin ningún escrúpulo con asesinatos (un poquito cargantes a la larga), empieza a prevalecer en el argumento la relación de la pareja protagonista, sus disensiones recíprocas y su confrontación a muerte con un entorno hostil y despiadado (narcotráfico) que les va a obligar a prescindir de principios morales y éticos para poder sobrevivir y proteger la vida de los suyos. El segundo eje de la historia es justo los dos hijos. Quizás sea la parte más desconcertante ya que juega al límite con la rebeldía adolescente y la incomprensión de los peligros que acechan a la familia. Justo el final (la última escena) pone una guinda inesperada en ese conflicto familiar.
Por la serie van pasando (apareciendo y muriendo asesinados, ahí es nada) diversos personajes. Unos potentes (soberbio el narco mexicano) y otros infames (el investigador), pero con todo el conjunto funciona y mantiene la intriga y la tensión hasta la ultima escena de la serie.
Se me ocurre que hay un cierto paralelismo argumental entre el personaje Marty Byrde y el Walter White de Breaking bad: genios en lo suyo y enfangados en la espiral de la corrupción narco, sin posible escapatoria.
Si Jason Bateman está soberbio en un personaje hermético pero que transmite emotividad con mínimos gestos, Laura Linney está inmensa como pareja infiel y madre involucrada en una espiral destructiva que defiende a su familia por encima de todo, y, de paso, descubre su "cara oscura".
En resumen: Serie muy buena, de obligada visualización.

Fallida y decepcionante. Demasiadas líneas argumentales mal tejidas. Algunas resultan atractivas (Alex y Spencer) pero el guión busca tantos giros que dejan de ser interesantes. La mezcla de lineas interesantes con otras muy malas desequilibra el conjunto y, dependiendo de la línea en la que te sitúe el montaje, esperas a ver qué pasa o desconectas mentalmente hasta la siguiente.
Quizás lo más recalcitrante sean los giros de guión inverosímiles, que convierten una serie potencialmente seria en otra chabacana y del montón. Muchas de las historias serían propias de un culebrón de tarde.
Por supuesto, el guionista ha obviado olímpicamente explicar, justificar e hilar mínimamente los avatares del rancho y su entronque con el contexto sociopolíticos de los años 20 en USA.
Si inicialmente parecía que esta serie iba a explicar los antecedentes y conectar con la secuela cronológica "Yellowstone", al final te das cuenta de que lo único que conecta es el estado de Montana, el rancho y el "condado fantasma" en Wyoming.
En ese desbarajuste argumental, esperar alguna definición seria de personajes sería utópico. Helen Mirren domina todas las escenas en las que participa, Harrison Ford se aprovecha de su experiencia aunque su personaje no funcione por blando e incoherente (e inadecuado para él), Brandon Sklenar y Julia Schlaepfer construyen una pareja memorable, que merecía una serie solo para ellos dos, Jerome Flynn cumple muy bien con su rol de gánster (o aprendiz) y demuestra sus tablas en la metamorfosis final. El resto son irrelevantes, y como son muchos, la serie queda muy desequilibrada. Mención aparte merece Timothy Dalton, digno dentro de un papel patético que quema todo lo que aparece en sus escenas. Por supuesto lo del colegio para indígenas es directamente bochornoso en su concepción, argumento, puesta en escena y resolución.
No me extraña que solo hayan rodado dos temporadas. Sin Alex ya no había futuro.

Cuesta conectar con esta serie. Como todas las parodias basadas en alguna temática o mundo concretos, si no los conoces y manejas sus claves, la mayoría de los chistes son incomprensibles. Le pasaba a Silicon Valley.
La presentación de los personajes entrelazada con imágenes (supongo que reales, ya que no conozco el videojuego), es muy dinámica, aunque al principio cuesta entender los roles.
Pero una vez que entras en su mundo, las historias, las personalidades y los giros de guión te arrastran. Como es lógico, no todos los personajes son igual de potentes, ni todos los intérpretes igual de buenos. Pero el nivel general es digno. Algunos capítulos son realmente malos y otros son realmente sublimes. O sea: una montaña rusa.
Pero, como son capítulos cortos, se deja ver bien, te hace desconectar de todo y, si conoces un poco el mundo laboral de la gran empresa, disfrutas de lo lindo viendo las caricaturas de todos sus elementos habituales: El creativo-Dios, el financiero sin escrúpulos, el/los/las programadores curritos y los geniales, el Gerente apocado, etc.
Yo la recomiendo pero siempre que conectes con la propuesta en la T1. Si no, no creo que sea buena idea seguirla.

Aunque el tema es interesante como distopía, la realización es tan lenta y se recrea tanto en los planos, encuadres y juegos visuales que pierde totalmente cualquier posible interés. El abuso en esta T1 de la voz en off explicando paso a paso lo que la protagonista ve, vive, experimenta y sufre es excesivo. En la novela original la reflexión de la protagonista es clave en la trama, pero en una película ese recurso no funciona. Además las las incongruencias visuales y ambientales son constantes, dificultando mucho entender aspectos clave de la historia. Veremos que depara la T2.