El blues de Beale Street pensaba que iba a ser bastante más musical por el título pero no tiene nada que ver, las típicas malas traducciones de los títulos, su título original sería "Si Beale Street pudiera hablar", una historia donde se envuelven a la vez varios géneros, el romántico donde el largometraje nos muestran una tierna historia de amor de un chico y una chica que se conocen desde su tierna infancia y como en modo de flash back nos muestran todo el proceso de su bonita historia de amor, pero esta película no es de color de rosa porque de fondo tiene una historia dramática, de racismo, de injusticia social y sobre todo de lucha ante las adversidades.

Porque a nuestro protagonista Alonso le acusan de violación y su novia, Tish, se encuentra de golpe y porrazo con su novio en la cárcel y ella esperando un bebé, cuando ellos son especialmente jóvenes.

Pero ella cree en la inocencia de su novio y hará todo lo posible junto con la ayuda de su familia para demostrar que le han acusado injustamente de violación.

El largometraje sabe combinar una bonita y tierna historia romántica de esta pareja y la lucha por una injusticia por demostrar que es una acusación por ser negro. Se puede decir que el director Barry Jenkins ofrece al espectador dos películas en una, donde por un lado muestra una lado dulce y otro amargo.

Me ha gustado especialmente la interpretación de KiKi Layne que interpreta a Tish, donde muestra un gran abanico de sentimientos.

Una bonita historia pero con un final que me hubiera gustado ***contenido con spoilers***

Totalmente recomendada para los amantes del género romántico por la bonita historia que ofrecen al espectador, pero para los que no son amantes de este género decirles que no es la típica historia empalagosa, que tiene muchísimo más que una simple historia de amor, toca más géneros en este largometraje, en especial la injusticia social y la discriminación racial.

Aunque tuvo menos reconocimiento que Moonlight, a mi me parece que está a ese nivel. Con una delicia de BSO, nos cuenta una historia dura, como le gustan a Barry Jenkins, con grandes actuaciones y una fotografía muy cuidada.