Siendo de Blumhouse no esperaba nada especialmente terrorífico, pero esperaba otra cosa.

Es cierto que he leído que tenía escenas tirando a gore que decidieron eliminar y regrabar para bajar la clasificación por edades y que eso la había hecho más terrorífica, al jugar más con la tensión y el mal rollo que lo explícito. Por ejemplo, había una escena donde se veía ***contenido con spoilers*** y la quitaron.

Y a ver, la muñeca en sí misma da todo el mal rollo y es siniestra, no hace falta ni que abra la boca ni que se cargue a nadie para ello, yo si me la encuentro en medio del pasillo bailando me muero ahí mismo, pero no, de terror no tiene nada, ni siquiera sustos, que pensé que tendría alguno al menos.

Y además tarda en arrancar lo bueno. Que entiendo que tienen que desarrollar la relación con la niña y todo eso, y juega con lo peligrosa que puede ser la sobreprotección, así como el darles juguetes o tecnología a los niños para desentenderse de ellos, y ni hablemos del peligro de las IA, pero aquí venimos a ver a la muñeca dando caña, y es bastante decepcionante hasta que llega la última parte, ahí sí viene lo bueno.

Con esto no quiero decir que no sea entretenida, cumple bastante bien en ese sentido, pero esperaba más terror, o algún susto, o más mal rollo que el que da la muñeca por sí sola. Simplemente esperaba otra cosa y me ha sabido a poco.

Con un Chucky desaparecido para ensangrentar la pequeña pantalla, una Annabelle en letargo tras un escaparate de la colección Warren, era hora de que el cine de género estadounidense inventara un nuevo muñeco asesino capaz de imponerse en el lugar dejado vacante. En la línea del Chucky 2.0 del reboot de 2019 (pero con un diseño mucho menos feo), esta sucesión asesina la asegura ahora M3GAN, un prototipo de muñeco de alta tecnología que su inventor, una especie de Tony Stark del diseño de juguetes, decide probar con su sobrina abandonada a su cuidado tras una terrible tragedia. Dotada de unas capacidades evolutivas bastante asombrosas para satisfacer las necesidades de un niño, M3GAN irá obviamente más allá de sus indicaciones iniciales con un comportamiento cada vez más radical hacia quienes considere obstáculos entre ella y el bienestar de su joven dueña...
Admitámoslo, "M3GAN" sólo merece la pena verla por su estrella robótica en sí misma. A través de su falsa apariencia de niña pequeña, del descubrimiento de sus crecientes habilidades, de su aleatoria forma de moverse o de la sensación de peligro tras sus inquietantes miradas, la única presencia aberrante del muñeco androide en la vida cotidiana (y en algunos escenarios) es el principal factor de un mínimo de incomodidad dentro de un largometraje que claramente se esfuerza en enfatizar su evidente falta de audacia.
A través de la ultra tópica relación madre-hija sustituta o del caricaturesco entorno profesional en el que interfiere este elemento perturbador, "M3GAN" se limitará básicamente a repetir su simplista leitmotiv: la tecnología no puede sustituir la presencia de un ser humano. El último acto tendrá al menos el mérito de ser un poco más accidentado aunque, también en este caso, los acontecimientos se sucederán sin sorpresa para acabar en un epílogo que cristaliza en sí mismo la escasísima dosis de inventiva de la película.
Gerard Johnstone monta una obra tan prematura e inofensiva que induce tanto al bostezo que te hace sentir que se te cae la mandíbula. El director no toma riesgos, salvo incluir algunos toques humorísticos (lo justo para despertarnos de nuestro letargo). Con su clasificación, esta película de pseudo-horror para preadolescentes será olvidada tan rápidamente como fue vista.
Las dos actrices principales interpretan muy bien la evolución de los sentimientos y la relación entre la sobrina y su tía, pero sin el nivel de locura que la película habría necesitado.
En resumen, un muñeco loco no hace necesariamente una buena película, y menos loca. Por muy avanzada que esté tecnológicamente, M3GAN habría necesitado los hilos de un titiritero realmente bueno por encima de ella para establecerse como una asesina icónica de su especie. Aquí, a pesar de sus cualidades intrínsecas como juguete fuera de serie, sólo es objeto de una primera prueba poco concluyente.

Esperaba una película más definida, pero al final no es ni comedia ni terror. Se toma demasiado tiempo para entrar en materia sin haber creado tensión para la ambientación. Uno de los problemas que he encontrado es que ningún personaje me ha generado empatía, ni Gemma ni Cady me han gustado, por no hablar de la vecina o el niño acosador.

Más o menos entretenida.

M3gan es una película de comedia, ciencia ficción y ¿terror?

Una especialista en robótica que trabaja para una empresa de juguetes da con un nuevo producto que parece que será el juguete definitivo: M3gan, una muñeca robot con una inteligencia artificial capaz de aprender y analizar situaciones. Está claro que no puede salir bien.

Es una película que ha bebido mucho de Chucky, con su comedia y sus momentos de cine slasher, añadiendo el tema de la robótica. Lo cierto es que la he visto con ganas, se ha hablado muy bien de ella y viendo la muñeca y tal, tenía buena pinta, pero me he llevado un chasco. Creo que la película tenía mucho potencial, pero tarda demasiado tiempo en arrancar, y marea muchísimo la perdiz con la historia tía-sobrina. Hemos venido a ver una muñeca robot psicópata, lo demás sobra. Y cuando por fin arranca, vuelven a meternos más de una trama que de verdad que no interesa, y creo que al final patina un poco.
Hay anunciada una secuela, espero que la aprovechen mejor.