Marvel - The Punisher

Prometía ser la serie más violenta de todo Marvel y, desde luego, no decepcionó. Tras el reguero de sangre dejado a su paso por 'Daredevil', Frank Castle volvía a la carga con un spin-off mucho más visceral, sin concesiones y en el que poder dar rienda suelta a su implacable sentido de la justicia, pero ofreciendo, además, nuevos matices que hacían que su trasfondo se despegase, al menos hasta cierto punto, del que nos había mostrado hasta el momento. No porque no se mantuviera su pasado traumático, sus motivaciones personales o su particular —y salvaje— cruzada contra el crimen, sino porque ahora, y a diferencia de los cómics, comenzaba a cuestionarse tanto el porqué de sus actos como, de igual modo, las consecuencias que implicaba el hecho de apretar el gatillo. Un Frank mucho más humano cuya cruenta guerra personal, ramificando sus interminables cicatrices más allá del campo de batalla, no dejaba de ser sino el reflejo de quien ha perdido el contacto con una realidad que hace ya mucho, quizás demasiado, que decidió darle la espalda para siempre.

Ese cambio de tono, si bien podría entenderse casi como una traición a la esencia misma del personaje, acaba revelándose como una más que interesante licencia creativa que es la que servirá, de algún modo, como el principal catalizador de todo su arco narrativo. Jon Bernthal, añadiendo esas nuevas capas a su registro interpretativo, vuelve a hacer suyo a un antihéroe marcado por la culpa, el dolor y esa necesidad casi patológica de encontrar en su bestial uso de la violencia, tan catártico como desmedido, una forma de redención que él mismo, en el fondo, sabe inalcanzable. No se trata, por tanto, de la clase de orgía gore que podríamos haber esperado de primeras —aunque tiene sus momentos—, sino más bien de una historia donde las muchas aristas de nuestro protagonista, navegando siempre en esas aguas sombrías que oscilan entre la justicia y la obsesión, irán enredándose entre dilemas morales, conspiraciones y ocasionales destellos de brutalidad. El Castigador, en definitiva, como símbolo no solo de esa retribución despiadada que ya conocíamos, sino también, y muy especialmente, de una justicia tan rota como el hombre que la ejecuta.

Siempre me he sentido atraído por este antihéroe malote sin ninguna clase de poder, siendo un humano frío y calculador en busca de venganza, de ahí su nombre, utilizando cualquier método, aun siendo poco ortodoxo para conseguir su finalidad, hacer justicia. Historia cruda y dramática con pausadas cargas de acción, como la de todos los punisher.

Jon Bernthal se lleva todo el peso con su claro papel protagonista, después de su aparición estelar en la serie «The Walking Dead».

Recomendable.

Presentado en la segunda temporada de 'Daredevil', el superhéroe más oscuro de la saga 'The Defenders', 'The Punisher', obtiene su propia serie de dos temporadas con tramas independientes.

'The Punisher' es un personaje muy interesante, pues no busca justicia, sino venganza, y tampoco busca entregar a los criminales a la justicia, sino asesinarlos sin remordimiento. Esto se mantiene en la serie, ofreciendo un personaje duro y a la vez atormentado. Pero, aunque el protagonista sea oscuro, la serie no lo es tanto, mostrando un entorno común al resto de las series de la saga, y con unas subtramas dramáticas poco interesantes, desluciendo el resultado final.

Con dos temporadas independientes, la primera se centra en seguir vengando a su familia y en destapar una conspiración en el ejército; mientras que en la segunda veremos a The Punisher involucrarse accidentalmente en resolver quien intenta asesinar a una joven, a la vez se le presenta un nuevo enemigo. Personalmente me ha parecido mucho más interesante la segunda, ya que a la primera le falta ritmo.

'The Punisher' es la más adulta y la más violenta de las series de la saga, y la que más gustará a los que busquen acción.