Crítica de Star Wars: El ascenso de Skywalker por VanHellsing

Y aquí llegó el fin de la nueva trilogía, y casi casi el de Star Wars como franquicia también. Después de esto ha habido pocas cosas interesantes (Mandalorian y no mucho más) que Disney haya sabido hacer con la franquicia, y todo lo malo que ha venido desde entonces se veía ya en esta última parte de la trilogía: personajes que van y vienen, mucho fanservice solo para contentar a los fans aunque luego nada se sostenga argumentalmente y la sensación de que no saben qué historia quieren contar. Aquí tiene cierto pase porque la primera peli la dirigió J.J. Abrams, la segunda Rian Johnson (que hizo lo que le salió de la polla sin apenas respetar la peli anterior) y esta tercera le tocó a Abrams de nuevo, por lo que tenía que apañar el desaguisado como pudiera. Eso justifica un poco el desastre, pero hay que decir que Abrams tampoco se molestó demasiado en darle un final coherente a la historia. En lugar de utilizar algo, aunque fuera mínimo, de lo que Rian Johnson había hecho, Abrams vuelve a su idea inicial, ignora casi todo lo del episodio anterior y empieza a meter personajes, tramas y movidas nuevas que habrían necesitado un desarrollo previo antes de llegar a esta película (Lo de meter a Palpatine por la cara es un fumadón que no hay por dónde cogerlo).

Alguna cosa buena también tiene porque la peli no se hace aburrida, hay mucha acción y es bastante vistosa en cuanto a efectos y tal. Además pasan tantas fumadas que es imposible no estar pendiente de la historia para ver qué coño pasa a continuación, aunque claro, eso no es demasiado bueno a la hora de querer contar una historia coherente y con sentido.

Yo creo que el tiempo, aunque no hayan pasado tantos años desde que se estrenó esta peli y acabó la trilogía, ya la ha puesto en su sitio y ha quedado claro que no funcionó demasiado bien ni aportó casi nada relevante al lore de SW. Rey, Kylo Ren o Snoke son personajes que prometían mucho al principio y parece que han caido en el olvido, o al menos han dejado esa sensación generalizada de que no se les sacó todo el partido que se podía.

La trilogía fue claramente de más a menos, y lo mejor que podemos decir ahora mismo es que por suerte se acabó, porque si llega a ser una pentalogía no me quiero ni imaginar de cuántos porros se habrían fumado para escribir el guión.