Redactada: 2020-10-10
El Gran Dictador más que una película es un ejercicio de ridiculización y burla hacia el fascismo, en la época en que más falta hacía. Con ella vemos la faceta más comprometida de Charlie Chaplin, que no se limitó a contemplar ajeno las dificultades de su tiempo sino que empleo su creatividad y su "don" para hacer reír para combatir el pesimismo que afectaba a la sociedad de los 40. Sin abandonar el campo de la comedia, Chaplin sabe plasmar toda la simbología de la que se había arropado el nazismo para ridiculizarla y representarla como estrafalaria mediante una riquísima parodia, inteligente y delirante. Aquí el autoritarismo del líder carismático se convierte en los berridos de un ser neurótico y desubicado, las temibles fuerzas paramilitares no son más que unos torpones descerebrados, la intrincada red de propaganda se muestra completamente ridícula, los líderes políticos quedan retratados como niños malcriados. A través de la figura del barbero vemos los atropellos a los que se ve sometida la población judía, pero por toda violencia que recibe más se resalta su bondad y humanidad, sale airoso y nos demuestra que a este enemigo se le puede vencer. El discurso final, hiela la sangre, porque desborda pasión y llega al alma, porque más que un guion escrito y recitado, es una proclama que hace (ya no solo el personaje) el mismo Chaplin para despertar a la razón de una sociedad que permitió el sinsentido del fascismo en Europa, para recordarnos a todos que somos humanos y no maquinas con cerebros y corazones de máquinas. Se dice que durante el rodaje de esta película el mismo Chaplin ensayaba los gestos característicos de Hitler para naturalizar su parodia, pasando largas horas frente a una pantalla hasta que le tomó la medida. Igualmente ha quedado a la posteridad que fue Hitler quien le plagió el bigote a Charlotte jajaja. En todo caso, es una película que se recomienda proyectar en las clases de Historia, y no es para menos, porque el ejercicio de la comedia, contrario a lo que se cree, no disminuye el peso o la seriedad de un problema, sino que lo presenta de otra forma, nos ayuda a perderle el miedo, nos permite superar los problemas y armarnos de valor para superarlos. Viendo como nuestro siglo XXI parece no haber aprendido nada del pasado creo que nos haría bien el revisionar esta joya del cine clásico.

Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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