Críticas de Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades

El título ya despista un poco en esta película de tinte onírico y existencial en la que se mezclan la vida y la obra de Silverio Gama, periodista y documentalista mexicano afincado en Los Angeles.
Luis, el presentador de Supongamos, da su propio parecer sobre lo que estamos viendo cuando encuentra a Silverio en la fiesta. y el padre en la conversación en el baño dice que la vida está hecha de un encadenamiento de situaciones sin sentido. ¿Cuál es la intención de Iñárritu al incluir esto?
Me gusta la fotografía y la atmósfera que tiene, hay algunas escenas realmente bellas, pero, por supuesto, es complicada de interpretar, da trabajo. También es curioso el recurso de usar las voces aisladas de un tema como banda sonora, como hace con In the cage, de Genesis o Let's Dance, de Bowie.
Vemos a un hombre que tiene cosas por resolver, la relación con sus progenitores, con sus hijos (incluido el fallecido prematuramente), con su esposa, consigo mismo,.. y de eso trata básicamente todo esto.
El principio de la película en el tren se repite al final con otro desarrollo, menos onírico pero no por ello menos surrealista, donde todo parece indicar que lo que hemos estado contemplando ocurre en la mente del protagonista durante el coma. Pero en este tipo de películas nunca se sabe. Sensaciones encontradas.

Esta vez no le compro el pescado a Iñárritu. Últimamente parece demasiado centrado en dar saltos mortales a nivel técnico y este caso creo que se olvida de darle al espectador algo que pueda engancharle o al menos resultar entretenido. Hay recursos técnicos que son excepcionales, al igual que su fotografía durante toda la película, algo que ocurría también en Birdman, pero, a diferencia de aquella, esta es tremendamente aburrida. La he tenido que fraccionar porque era incapaz de engancharme a la historia.
Es un poco la sensación de que el director nos habla desde su púlpito y nos mira por encima del hombro; y lo hace con razón en cuanto a su forma de hacer un cine visualmente bueno y diferente, pero aburre (y cabrea en algunos casos) al espectador.

Bardo, afk en base ฅ૮– ﻌ– ა

• Un reconocido periodista y documentalista, «Silverio», experimentará un viaje trascendente y existencial cuando se ve obligado a regresar a su país natal por trabajo. •

En esta auto ficción del director «Alejandro Gonzales Iñárritu», nos muestra como su alter ego «Silverio» se adentra en un viaje onírico introspectivo dónde, a través del uso recurrente de la metáfora, pretende reflejar los aspectos más significativos de su vida.

Mediante sus vivencias podemos observar diferentes inseguridades, miedos y traumas que condicionaron su vida – El síndrome del expatriado. La perdida de un bebé. El padre ausente. La ansiedad social. El miedo a ser rechazado por sus orígenes… – mientras nos va dejando pequeñas miguitas de pan – El Xoloitzcuintle es el alebrije que guía el alma de «Silverio» hacia el otro mundo – que nos acerca a desvelar el secreto de esta historia. Sin embargo, lejos del hecho de que es predecible, hay una serie de parábolas que no hacen referencia alguna a sus vivencias – La batalla en el Castillo de Chapultepec o La controvertida escena del Zócalo – y están introducidas con calzador solo para generar polémica.

A todo esto, se le añade una excesiva duración de aproximadamente tres horas, termina haciendo de su visionado una experiencia anodina, densa y non grata para el disfrute del espectador.

૮ – ﻌ–აฅ He visto obras mejores.

Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, es una película dramática del cineasta mejicano Alejandro González Iñárritu.

La película sigue a Silverio, nuestro protagonista, un periodista de mucho renombre internacional, en su viaje de regreso a casa, el cual resulta ser de descubrimiento existencial.

Básicamente la película es una sucesión de escenas de carácter simbólico. Todo es muy raro y complejo de entender y seguir. Yo por ejemplo, no he entendido la mitad.
Realmente no sé si esto ha sido drama, comedia, ciencia ficción,.... es una película de elevado nivel técnico, el apartado visual es excelente, pero tiene un desarrollo que me ha resultado soporífero.
Al menos nos avisan desde la primera escena que esto va a ser un viaje extraño, con ese desnacimiento, el bebé no está preparado, pa dentro otra vez, o luego la escena de sexo oral, ojo cuidado xD
Es fácil desconectar y difícil reengancharse. Cierto es que luego todo (o casi) coge sentido, pero no merece la pena la espera, ni la película.

He leído que en cierto modo es autobiográfica, y eso explicaría algunas escenas como la del aeropuerto , pero si es así, una extraña vida la de este señor xD.

Si lo hace Spielberg, porque no lo voy a hacer yo??
Pero mejor, vamos a liarla....
Eso debió pensar Iñarritu al saber que King Midas tenia previsto hacerse una autobiografía camuflada.
Iñarritu contra todos, contra si mismo y contra cualquier cosa que se mueva.
Bardo es una comedia que no hace gracia, ni la pretende. Aunque posiblemente a él si que se lo parezca. Pasado, presente y onírica se enfrentaran en una odisea surrealista no apta para todas las mentes, ni para todos los momentos.
A un artista no se le exige, se le disfruta.
Es un apátrida, que como muchos artistas con cierta integridad necesitan expresar su arte allá donde estén, sin rendir culto ni pleitesías, ni a orígenes, ni a capitales y menos besar banderas.
Vamos a fantasear que nuestra vida es perfecta y disfrutamos del éxito merecido y con pleno reconocimiento. Un buen ejemplo de falsa verdad, pero es lo que gusta vender. Para después despotricar y desprestigiarla con animo de lucro. No te encumbro para alabarte, sino para después hundirte en el pozo bien profundo.
Y González Iñarritu necesita casi 180 minutos para desarrollar su critica a todos, incluso a si mismo. Y hay que darle un tratamiento especial, porque como la buena literatura sudamericana esta crónica rescata la mejor esencia de la palabra escondida.
Toca analizar bien el contexto. Nada está porque si, todo tiene una razón aunque esté embadurnada de fantasía.
Daniel Giménez Cacho lo hace genial, pero Iñarritu se atraganta en sus propias ensoñaciones y pretende volvernos locos o que hagamos una extensa tesis sobre su obra. O demostrarnos que él tiene razón, pero a "esa" nadie se la va a dar porque si.
Una tremenda fotografía nos va a permitir viajar en primera clase y entrar en su pretenciosa imaginación clasificada con dos rombos.
El director se viste en ocasiones de Fellini, de Bergman y de algún maestro más que se me haya escapado, pero es que hay muchísima información y referencias, pero la quijotera no me ha dado para tanto.
Se pone los guantes de boxeo para enfrentarse a la critica antes de recibir los ataques y nos presenta una crónica de una muerte anunciada, sin matar a nadie de momento. Quizás a algún espectador que no sabia donde se metía.

Yo le he intentado dar una oportunidad a esta película, de verdad que sí. Durante varios días consecutivos me la he puesto con la intención de verla entera y lo único que he conseguido ha sido dormirme en el intento. Y es que encima dura 3 horas.

Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades (ya el titulito se las trae) tiene como protagonista a Silverio, un periodista y documentalista mexicano. ¿De qué va la película en sí? Pues ni idea, la verdad. Me ha parecido un conjunto sinsentido de momentos de la vida de Silverio a cada cuál más surrealista. Que si va volando por el desierto, que si habla sin mover la boca, que si mete a un bebé de vuelta al vientre de su madre, que si la gente se empieza a morir de repente a su alrededor...

Si no le he dado menos nota aún ha sido porque tiene muchos planos secuencia y a mí eso me encanta.

Iñárritu es un pedazo de director pero tiene un puntito a veces de, no se, digamos pedantería, que ya mostraba en Birdman y ahora en esta, que hace que no me atrape. Sigue la moda últimamente de películas de grandes directores que son muy personales.

Quiere abarcar muchos temas como en una serie de sketches que al final, en su conjunto queda de forma irregular, porque algunos destacan mas que otros.

Por ejemplo la parte que mas me ha fascinado es la de cuando se empiezan a tirar al suelo concluyendo con la conversación de Hernán Cortes . Toda la película está rodada de 10 como él sabe, con esos planos secuencia, giros de cámara etc.. Y en esa escena en concreto me ha fascinado toda la ambientación.

En general, creo que es su peor película, por lo menos de todas las que he visto de él, aunque todavía me queda por ver Babel y 21 gramos. Por hacer comparaciones sin sentido, diría que es como el death proof de Tarantino, que no es mala pero no llega al nivel del resto.

Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades

Silverio, un reconocido periodista y documentalista mexicano radicado en Los Ángeles, quien luego de ser galardonado con un prestigioso premio internacional, se ve obligado a regresar a su país natal, sin saber que este simple viaje lo llevará a un límite existencial.

Hombre... la sinopsis te deja claro algo que el prota pasara por un viaje a un limite existencial, mira que hay películas que a veces sus guiones son una verdadera fumada y esta la incluyo en esa lista. Para empezar el guion intenta contar una serie de sentimientos, fases, emociones y pensamientos que pasa Silvenio, pero de verdad muchos de ellos se mezclan y no sepas diferenciar muy bien lo que ves real de lo que es inventado - siendo casi la mayoría de la historia una fumada de cosas randoms, escenas de él en modo niño cabezón o el de la escena de disparos que el soldado se va arrastrando cual serpiente -.

Hay muchos simbolismos que lo deja caer - el limbo, la muerte, la historia, la guerra, el dichoso oro que siempre andan nombrándolo para tirar puyitas o cosas por así - y no niego que intentar mostrar esto en una peli puede ser un buen intento de atraer a ciertos temas pero es que la manera en como han utilizado dichos conceptos transformándolos en una fumada muy grande, hace que la peli se torne extraña y sin mucho sentido, que para mi le sobraban muchas cosas haciéndola poco atractiva.

En general, lo siento pero este tipo de obras tan randoms son malas, dudo que vuelva a verla o recomendarla para verla.

'Bardo' es un enorme delirio rodado con una mano de lujo. Una (auto)exploración de Iñarritú, que no teme adentrarse en ningún terreno: identidad, familia, ego, profesión, amor, muerte y múltiples conflictos que emergen a cada paso que da. Difícil encontrar una película más estimulante escena por escena, una que te desafíe con set-pieces que la mitad de las veces son performances simbólicas que invitan a pensar en otros temas, todos ligados a la identidad mexicana del cineasta.

Una película excesiva sin duda, ¿pero qué mal hace el ejercicio ególatra de alguien tan bueno con la cámara? Él se mira a sí mismo, es su eje, el ombligo del mundo, ¿y qué más debería importar? Es tu película, permítete el lujo de fantasear con las escenas más absurdas que quieras mientras hablas de lo te apetece y plasmas tu visión en escenas deliciosamente compuestas y audiovisualmente tan disfrutables.

Quizás una nadería, sí, pero una nadería con más significado y calado que la mayoría del cine actual que vemos anualmente. Un sí reivindicativo por mi parte hacia una película que ha sido muy maltratada por la prensa y merece mejor suerte.

Historia onírica, surrealista y densa.

Alejandro González Iñárritu se enfadó con la prensa extranjera porque tildaron a su obra de pretenciosa y él les acusó de no haberla entendido. ¿Y no es eso pretencioso? Ya desde el principio yo me he sentido de acuerdo con esas críticas. Quizás es más una película dirigida a un público con una conexión con México.

Yo me he sentido desconectada de la historia, por otro lado, demasiado larga. Es verdad que al entender al final de qué iba tanto simbolismo y escena surrealista se comprenden estos recursos, y un nuevo visionado puede dar una perspectvia distinta. Pero no es una película que se preste a ello. La temática del Purgatorio se mostró de forma más emotiva, impactante y breve en un capítulo sublime de 'Bojack Horseman'.

La fotografía es bonita y nos regala algunos planos impactantes, pero no es suficiente.

Es imposible no reconocer en esta película la misma mano que hizo Birdman, por lo onírico, lo simbólico, la crítica envuelta en ficción... Si allí teníamos a Michael Keaton prácticamente interpretándose a sí mismo, aquí tenemos a Daniel Giménez Cacho siendo Alejandro González Iñárritu, también conocido como Silverio Gama.

A lo largo de la historia veremos pinceladas de hechos que marcarían a cualquiera, empezando por esa escena en el hospital, aunque la que me ha dejado muerta ha sido cuando están en la cama y de repente aparece la cabeza del bebé entre las piernas de la mujer, o la parte con el padre, que por cierto me ha recordado a Blonde por su significado, pero sobre todo estamos ante un mexicano regresando a México tras muchos años en Estados Unidos. Y eso es lo que marca casi toda la película, que camina entre dos mundos y en cierto modo no siente que pertenezca a ninguno de los dos, no es estadounidense pero está muy lejos de ser mexicano. Como el propio Silverio dice en un momento, no puede ponerse en la piel de sus compatriotas porque él es un "emigrante de primera clase", y aun así nos deja caer ciertos problemas que existen en México, empezando por la censura y el gobierno o la emigración en busca de un lugar mejor.

Así que más o menos entiendo todo lo que quiere contar, todo lo que quiere mostrar y el barullo que tiene dentro, pero la película es una auténtica locura con imágenes inconexas y un viaje y no en avión precisamente, pero sobre todo es larga hasta decir basta. Así que es un sí pero no. La idea no está mal, es el envoltorio el que no me convence.

El reconocido cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu ("Amores Perros", "Babel", "Birdman") realiza un viaje onírico por el México de su vida a través de la película "Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades", usando a un ficticio director Silverio, quien sirve para ser el reflejo del director.

Iñárritu utiliza un lenguaje visual único y audaz, aunque a la vez caótico, y desordenado. Realmente se puede considerar un trabajo muy personal y particular, que ha mi no me ha convencido. Con dos horas y media de duración se me ha hecho larga y lenta, además de usar un lenguaje y unas referencia muy locales, que han hecho que no conecte con la película ni con su sentido. Es cierto que se nota un claro homenaje a la cultura mexicana y una reflexión sobre la vida y la muerte, sobre la identidad y la memoria colectiva, pero no me ha convencido como la cuenta.

También es verdad que el reparto de la película es excepcional, destacando las actuaciones de Tenoch Huerta, Daniel Giménez Cacho, Ana de la Reguera y Luis Gerardo Méndez, quienes hacen buenas interpretaciones.

Hablando sobre la cinematografía, esta es impresionante, y consigue mostrar la belleza de la Ciudad de México y de la cultura mexicana.

Pero aunque sea técnicamente buena y cuente con un gran reparto, no puedo ocultar que ver "Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades" ha sido una experiencia tediosa.

Mira que me gusta poco Iñarritu. Al empezar la película a tope de surrealismo me hizo pensar: o me encanta o a la hora me voy a querer morir. La respuesta fue la segunda.

La película es un experiencia e Iñarritu es consciente de lo que hace en todo momento y así te lo dice a la cara en un momento de la película. Pero es que yo no quiero que me den ganas de morirme viendo cine. Visualmente es impactante y tiene su trasfondo político y social, y su baile entre metáforas que... no me compensa. Me voy a ver Shrek 2.

Esta película es un sinsentido, no hay por dónde cogerla. Son dos horas y media de autocomplacencia, absurdo y aburrimiento.
En un remedo autobiográfico, un director afincado en EE.UU. vuelve a su México natal antes de recibir un premio muy importante que no cree merecer, y empieza una especie de viaje rememorando y reflexionando sobre su vida, ... ¡pero es que mientras rememora y reflexiona se fuma algo porque esto no tiene ni pies ni cabeza!
Desde la primera escena en ese paritorio ya supe que no me iba a gustar la película, es sumamente rocambolesca, onírica, surrealista, cargante, condescendiente, aburrida, delirante, excesiva,... con algunos diálogos sobervios, eso sí, al igual que técnicamente perfecta pero que te llevan a la nada más absoluta.
Por su metraje y su tono se ma ha hecho eterna, no he logrado empatizar nada con ella, y aunque ha habido momentos en los que me llamaba la atención (la conversación con el hijo en la cocina me parece muy buena o la que fantasea tener con el padre fallecido, muy emotiva), al ser tan inconexa, una sucesión de escenas sin sentido lineal, enseguida perdía el hilo.
¿De veras para esto Iñárritu tardó más de 20 años en volver a rodar en México?
Lo único sobresaliente de la película es Daniel Giménez Cacho, siempre sobervio.
Supongo que si eres fan de Iñarritu te gustará. A mi, no.

La última película de Inarritu se ha estrenado en Netflix, con relativa indiferencia. Lo cual no es sorprendente cuando se ve el contenido, que claramente no gustará a todo el mundo. Inarritu realiza aquí una especie de película autobiográfica en gran parte de la misma y francamente irritante, ya que tenía todas las cartas en la mano para hacer una obra maestra, pero falla el tiro porque la película, aunque bonita, es larga y pretenciosa. Esta se centra en Silverio, un documentalista mexicano claramente calcado de sí mismo. Tras años en Estados Unidos, Silverio regresa a su país como el primer latinoamericano en recibir un prestigioso premio periodístico estadounidense. Esta es una oportunidad para él de reflexionar sobre muchas cosas.
Bardo es visualmente impresionante gracias al notable trabajo del director de fotografía Darius Khondji, aunque el uso exclusivo de un objetivo gran angular resulte en algo bastante curioso. Preciosa fotografía, jugando regularmente con objetivos anamórficos. Planos secuencia milimétricos. E ideas oníricas tan locas como inspiradas. La dirección es sencillamente magnífica, sin embargo, Inarritu hace muy larga la película con algunos raros destellos de ensoñación y surrealismo, 2h40 es demasiado para lo que tiene que contar, alarga los diálogos que no son muy interesantes. "Bardo" es una decepción, el trailer prometía algo bastante loco y estamos lejos de ello, es para mí su película menos buena. El guión es harina de otro costal. El balance de Silverio/Inarritu es un pretexto para abordar una gran variedad de temas: la relación entre Estados Unidos y México, la historia pasada y presente de México, la identidad cultural, la migración, la hipocresía de los medios de comunicación, el duelo paterno, la relación con los padres, etc. Una especie de batiburrillo de lo que debe estar pasando por la cabeza del director/guionista. La mitad de las 2h40 probablemente se podrían haber recortado sin desvirtuar la historia, con diálogos frontales que no aportan nada. Da la impresión de que Inarritu habla solo. Como la meta-secuencia en la que su protagonista responde a una burda crítica de su documental por parte de un colega, un burdo intento de desactivar futuras críticas a "Bardo". Bardo es, por tanto, una película muy bonita, llena de temas interesantes, pero escasamente emocionante, y muy egocéntrica.

Es un viaje existencial de Silverio, el cual no tiene mucho sentido ni es fácil de observar, puesto que todo tiene un motivo oculto, bastante complicado de ver, puesto que todas las vivencias son sufridas en un limbo de tortura en el que se encuentra después de quedar en coma, para librarse de su carga y poder pasar al otro lado (morir tranquilo).

No lo recomiendo, no es necesario y no enseña gran cosa esencial como para levantar esa curiosidad de visualización.

Siento admitir que no he pillado nada, no había necesidad de ser tan explícito y creo que busca que algunas escenas generen aversión para que así la película llegue más lejos con la polémica.

Leyendo más acerca del por qué o la motivación de Iñárritu, descubro, no sin sorpresa, que hay una necesidad de criticar a un sector que es más excéptico con su obra y me parece loable que utilice "su medio", que es el cine, para lanzar las respuestas. Pero creo que se ha colado, que se habrá quedado agustico, pero no todos tenemos culpa de ello.

Yo que se, que no a mi no me ha gustado.