Redactada: 2023-03-05
La última película de Inarritu se ha estrenado en Netflix, con relativa indiferencia. Lo cual no es sorprendente cuando se ve el contenido, que claramente no gustará a todo el mundo. Inarritu realiza aquí una especie de película autobiográfica en gran parte de la misma y francamente irritante, ya que tenía todas las cartas en la mano para hacer una obra maestra, pero falla el tiro porque la película, aunque bonita, es larga y pretenciosa. Esta se centra en Silverio, un documentalista mexicano claramente calcado de sí mismo. Tras años en Estados Unidos, Silverio regresa a su país como el primer latinoamericano en recibir un prestigioso premio periodístico estadounidense. Esta es una oportunidad para él de reflexionar sobre muchas cosas.
Bardo es visualmente impresionante gracias al notable trabajo del director de fotografía Darius Khondji, aunque el uso exclusivo de un objetivo gran angular resulte en algo bastante curioso. Preciosa fotografía, jugando regularmente con objetivos anamórficos. Planos secuencia milimétricos. E ideas oníricas tan locas como inspiradas. La dirección es sencillamente magnífica, sin embargo, Inarritu hace muy larga la película con algunos raros destellos de ensoñación y surrealismo, 2h40 es demasiado para lo que tiene que contar, alarga los diálogos que no son muy interesantes. "Bardo" es una decepción, el trailer prometía algo bastante loco y estamos lejos de ello, es para mí su película menos buena. El guión es harina de otro costal. El balance de Silverio/Inarritu es un pretexto para abordar una gran variedad de temas: la relación entre Estados Unidos y México, la historia pasada y presente de México, la identidad cultural, la migración, la hipocresía de los medios de comunicación, el duelo paterno, la relación con los padres, etc. Una especie de batiburrillo de lo que debe estar pasando por la cabeza del director/guionista. La mitad de las 2h40 probablemente se podrían haber recortado sin desvirtuar la historia, con diálogos frontales que no aportan nada. Da la impresión de que Inarritu habla solo. Como la meta-secuencia en la que su protagonista responde a una burda crítica de su documental por parte de un colega, un burdo intento de desactivar futuras críticas a "Bardo". Bardo es, por tanto, una película muy bonita, llena de temas interesantes, pero escasamente emocionante, y muy egocéntrica.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Fotografía
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Dirección
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