
Anya Taylor-Joy
Sandie
Thriller psicológico sobre una joven apasionada por la moda que misteriosamente puede entrar en la década de 1960, donde se encuentra con su ídolo, un atractivo aspirante a cantante. Pero el Londres de los sesenta no es lo que parece, y el tiempo comenzará a desmoronarse con sombrías consecuencias.
Es curioso que tenía esta película en pendientes desde que se estrenó prácticamente y hoy me ha dado por verla sin saber realmente gran cosa de ella y resulta de lo más apropiada para un día como hoy.
Eloise, o Ellie, es una chica humilde que vive con su abuela y tiene un gran sueño, que es estudiar diseño de moda en Londres, y allá que va dispuesta a cumplirlo. Pero no sólo tiene ese sueño, sino que también tiene una especie de don, aunque para mí es más una maldición, y es que ***contenido con spoilers*** . Su amor por la música que ha crecido escuchando gracias a su abuela y una nueva habitación hacen que cada noche, por algún motivo, se traslade a los años 60 y siga la vida de Sandie, una joven que también tenía un gran sueño, en su caso el de ser cantante. Pero no todos los sueños salen como nos gustaría, ni todos aquellos que nos encontramos en el camino nos tienden la mano, y los sueños de una y de la otra, en cada caso de una manera distinta, empiezan a convertirse en pesadillas.
Digo que me parece muy apropiada por ser hoy el día de la mujer, aunque lo que muestra Última noche en el Soho son las pesadillas de ser una mujer. Para empezar, si Ellie termina en ese lugar donde todo da comienzo, es porque ***contenido con spoilers*** , y es que, si entre nosotras nos hacemos eso, nos ponemos la zancadilla en lugar de ayudarnos las unas a las otras, mal vamos. Pero también vemos a dos mujeres intentando alcanzar sus sueños, y lo difícil que resulta, sobre todo siendo mujer y además en los años 60, claro que todo el mundo quería vivir una vida de ensueño y glamour, pero también había y siempre ha habido y habrá sanguijuelas que se aprovechan de esos sueños. Sandie ***contenido con spoilers*** , pero ahí está Ellie, dispuesta a ayudar, dispuesta a tenderle una mano, de mujer a mujer, cuando muchas otras personas habrían agachado la cabeza sin más.
Es cierto que ya de cara al final la etiqueta de terror va cobrando algo más de sentido, pero en realidad durante toda la película se siente ese terror, sobre todo si eres mujer, porque entenderás lo que se siente en la escena del taxi, lo que es sentir esas miradas, escuchar esos comentarios, tener miedo de salir a la calle de noche sola... Y eso sólo es el comienzo de la pesadilla. En general es un thriller psicológico, pero esas ***contenido con spoilers*** que aparecen cada vez más a menudo sí que dan un poco de mal rollo, aunque dan cada vez más miedo cuanto más vas comprendiéndolo todo. Y por eso me estaba cabreando que ***contenido con spoilers*** , algo que por cierto se ve venir desde el minuto uno de película, pero nada de eso, y por suerte el cabreo sólo ha sido momentáneo, porque me habría parecido un final horrible de ser así, se habría perdido todo el mensaje.
La mezcla entre presente y pasado me ha gustado, sobre todo cuando se fusionaban, como ya había visto en los tráilers, el montaje me ha parecido muy bueno, y la ambientación sesentera está muy lograda. La banda sonora ayuda mucho, por supuesto, y la mayoría de canciones me sonaban bastante y son de lo más pegadizas, y la fotografía también está muy cuidada, colores muy vivos y ese tono rojo, que te hace entrar en situación. Pero lo mejor de todo son las interpretaciones, Thomasin McKenzie está bastante bien, pero para mí quien se lleva toda la película es una increíble Anya Taylor-Joy, y también tenemos por ahí a Matt Smith, Sam Claflin muy brevemente y a Diana Rigg, a la que por cierto no había reconocido, en su último papel.
He elegido una película al azar de las que tenía por ahí con intención de entretenerme un par de horas y ha sido una muy grata sorpresa, aunque irónicamente agradable agradable no es, de hecho es incómoda. Es cierto que es una película peculiar y que al principio no estaba entendiendo nada, y hay cosas que quedan un poco en el aire, pero es una gran crítica hacia el machismo, la violencia hacia las mujeres y el acoso en general, y aunque se centra en los años 60, en realidad es algo que vivimos día tras día en la actualidad, por desgracia sigue siendo un tema muy presente.
Muy interesante la nueva propuesta de Edgar Wright, quien en esta ocasión abandona su característico tono de comedia gamberra para adentrarse en el thriller psicológico con 'Last Night in Soho', la historia de una joven provinciana que cambia la pequeña localidad rural de Redruth por el bullicioso Londres, donde intentará materializar su sueño de convertirse en diseñadora de moda. Lo que en principio parece un clásico cuento de ratoncita de campo en la gran ciudad, pronto se convierte en un misterioso viaje por la noche del Soho londinense de los años 60, escenario que el director utiliza para traspasar los límites de la identidad y del tiempo y sumergirnos así en un juego donde pasado y presente se funden en una sola realidad.
Como es habitual en el cine de Wright, el director demuestra su gusto por cuidar cada detalle al máximo a través de un maravilloso diseño de producción y una banda sonora repleta de temazos atemporales. Toda esta ambientación ayuda a que nos introduzcamos junto a los personajes en una época ya pasada y llena de contrastes, donde el glamour y el resplandor de las luces de neón conviven con la oscuridad y la sordidez de la parte más oculta de los suburbios londinenses. Unas magistrales interpretaciones de su dúo femenino protagonista —complicado decidir quién brilla más, si Thomasin McKenzie o Anya Taylor-Joy—, un ritmo ágil y un inteligente montaje ponen la guinda a una película que, si bien puede resultar predecible en alguno de sus giros, supone una experiencia absolutamente disfrutable de principio a fin.
Pues aquí me he topado con una grata sorpresa, lo único que sabía de esta película es que tenía que esperarme algo "diferente" y que se estampó en taquilla (cosa que su director dijo que era buena señal).
Dicho esto, la película tiene una estética cuidada, una Anna Taylor-Joy que seduce sólo con aparecer, y una trama que evoluciona poco a poco pero que va despertando interés hasta convertirse en un thriller que coquetea con el terror, con su giro final que me ha parecido correcto.
'Last Night in Soho' es un festival que te invita a dejarte llevar y disfrutar de su estilizada puesta en escena y su endiablado ritmo. El trabajo de Wright detrás de la cámara es estupendo y contar con un DP tan bueno como Jeong Jeong-hun ('Oldboy' y 'The Handmaiden') permite que el británico logre dar un salto de calidad muy notorio en la estética y la creación de imágenes. Me gusta mucho el juego con los espejos y las transiciones tan elegantes que logra. Elegancia que baña una película en la que Anya Taylor-Joy brilla como diva, aunque es Mackenzie la que lleva el alma de la película con una actuación sobresaliente, de lo mejor del film. Dicho todo esto, es cierto que su mayor problema es su guion. Un guion bastante convencional para el tipo de historia y cine al que hace homenaje. Sin embargo, Wright es el tipo de director que te invita a darle manga ancha y a disfrutar de la película, aspecto que me recuerda al cine de directores como Hitchcock o Guillermo del Toro. Así que, puesto que me ha dado uno de los ratos que más he disfrutado dentro de las películas de este año 2021, yo estoy dispuesto a entrar en su juego y dejarme llevar. Os invito a hacer lo mismo.
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