Críticas de Navigator, una odisea en el tiempo

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Para salvar a un poblado medieval de la peste negra, un niño visionario encabeza, junto a cinco hombres, un viaje ingenuo y fantástico a través del centro de la Tierra hasta llegar, desde la Inglaterra del siglo XIV donde se encuentran, a la Nueva Zelanda del siglo XX.

RESEÑAS Y VALORACIONES DE Navigator, una odisea en el tiempo

Crítico maestro
PTG 111
5 / 10
Vaya paranoia... Lenta, sosa, aburrida... la he terminado porque no me gusta dejar las cosas a medias, y eso ha motivado que le suba la nota hasta el 5, ya que tiene un interesante giro final que no me esperaba, pero por lo demás no la recomiendo.
Año 1348. Empezamos, en blanco y negro, conociendo a un grupo de mineros de cobre de un pueblo de montaña que viven asustados por la expansión del coronavirus... digoooo... de la peste negra, y siguen a un niño que tiene visiones a través de un túnel, porque según él, si ponen una cruz en lo alto de una catedral antes del alba, la peste no llegará a ellos. Y ahí se van, cargados de cobre a buscar una fundición al otro lado del túnel para hacer la cruz y una iglesia en la que ponerla. El problema es que al otro lado del túnel están en el 1988, ahora ya en color.
La idea de partida es interesante, pero se queda en nada, no pasa casi nada relevante por haber viajado más de 600 años al futuro, no se da una explicación de nada y al final todo es un sueño de Resines. Que el niño sea el que se contagie y tenga que morir es lo que no he visto venir, a pesar de lo del guante.
A lo mejor es todo muy simbólico y no lo he pillado porque no es una peli apta para ver a las 2 de la mañana.

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Crítico honorable
PTG 111
4.5 / 10
En plena Edad Media, cuando la peste ha empezado a asfixiar a Europa, el joven Griffin tiene una visión. Esta visión podría salvarlo a él y a los habitantes de su pequeño pueblo de una muerte segura. Un reducido grupo de hombres liderados por las visiones del muchacho, viajan a través de un túnel para colocar una cruz en la "Iglesia más grande de la Cristiandad".

Con esta premisa, la historia suena realmente interesante, pero a medida que va transcurriendo la misma se hace pesada y previsible. Desde la excavación del túnel hacia el otro mundo, donde se observa una perfecta organización y compenetración de los protagonistas en el uso arcaico pero efectivo, de una maquinaria digna de ingeniería mecánica del futuro, hasta las menos emocionantes “aventuras” que nuestro grupo de héroes llevan a cabo para cumplir su misión.
Destacable la interpretación del niño (Hamish McFarlane), aunque se pase toda la película hablando a gritos.

Me encanta la diadema de Searle (Marshall Napier), con la vela haciendo de linterna de minero, peligrosa pero efectiva.

Valoraciones en tu crítica:

Crítico leyenda
PTG 111
3.5 / 10
Un niño preocupado por la enfermedad que asola a su pueblo decide hacer caso a sus sueños, o visiones, e ir en busca del remedio, y si para eso hay que cruzar la Tierra, pues la cruzamos.

Como han dicho en otras críticas, extraña, y mucho, la total ausencia de choque cultural, estar rodeados de coches, pantallas y muchas cosas muchos siglos posteriores y que a nadie le resulten chocantes o, como mínimo, llamativas. Lo que más me ha gustado ha sido el contraste entre el blanco y negro y el color, no sólo para marcar las épocas, sino también las visiones, con el fuego como protagonista.

A destacar la actuación del niño.

Valoraciones en tu crítica:

✪ Crítico estelar ✪
PTG 111
4 / 10
Película acerca de cómo un grupo de hombres viajan, por accidente, desde una Inglaterra medieval asolada por la Peste Negra hasta la Nueva Zelanda del siglo XX mientras intentaban encontrar una forma de parar la pandemia.

Con esa trama la cosa pintaba interesante, pero en mi opinión falla en un punto básico de cualquier película de viajes en el tiempo (viajes grandes, si vas del lunes al viernes no cuenta): el choque cultural temporal. Si un tipo del siglo XIV acaba en nuestro presente y llega hasta una autopista por la cual no paran de pasar coches, lo normal es quedarse alucinando pepinillos. Sin embargo en esta película eso no pasa y el viaje temporal es meramente anecdótico e irrelevante.

Así pues, nos queda una película más centrada en ese problema de la pandemia y la búsqueda de una solución, con bastantes tintes religiosos y alguna crítica a la pérdida de ciertos valores con el paso del tiempo. Como dice otro compañero en su crítica, existe una película francesa, 'Les visiteurs', que en clave de humor nos presenta un concepto similar solo que mostrando mucho mejor esa colisión entre mundos tan diferentes (y además es mucho más entretenida, o eso me parece a mí xD).

Valoraciones en tu crítica:

Crítico honorable
PTG 111
6 / 10
A ver... incumpliendo uno de mis preceptos, voy a hablar de una película que vi hace bastante y de la que recuerdo poco de su argumento y desarrollo, pero de la que sí recuerdo bastante de mis sensaciones al verla. Tened en cuenta que hoy, después del tiempo transcurrido, soy otro, pues no queda viva ni una de las células que vieron la película y, por tanto, las células que ahora componen mi cuerpo conocen el filme solo por tradición oral, es decir, las células ya muertas se la fueron contando a las otras más jóvenes con las que coincidieron y así hasta llegar a nuestros días.
Navigator es una película que lo tenía todo para haber sido genial... bueno no tenía actores conocidos y era neozelandesa en los años ochenta... tenía casi todo para haber sido genial. El argumento contado (o leído en la caratula de una cinta de VHS tocha) lo lees y la alquilas comprando un buen paquete palomitas de microondas ...en 1988 creo que no tenía microondas en casa... la alquila tomándote una coca-cola. Pero conforme va avanzando el metraje y vas viendo su ritmo, su hechura... vas arrepintiéndote de no haber cogido la última de Van Damme, pongo por caso.
Calculo que si la veo hoy igual me gusta más, pero también calculo que no tengo ninguna gana de verla hoy. Así que dejaré que para mis células de hoy siga siendo leyenda.

Valoraciones en tu crítica:

Crítico maestro
PTG 111
5 / 10
Con 'The Navigator: A Medieval Odyssey' el director Vincent Ward quiso escribir una historia sobre cómo alguien medieval vería el mundo moderno.

El guión de Vincent Ward fue degenerando y lo en un inicio iba a ser una comedia, se convirtió en una aventura, que tampoco es un mal planteamiento. Si bien por un lado tiene un buen trabajo artístico y es una historia ingeniosa, el resultado tiene un ritmo que se rompe en muchas ocasiones, haciéndose lento. Y lo más importante, al final se pierde el sentido de la aventura. Sin comedia, la historia acaba convirtiéndose en una especie de epopeya metafórica religiosa, pero sin mensaje ni reflexión final.

Quizás si hubiésemos tenido la suerte que Vincent encontrase a un guionista adecuado, hoy tendríamos a un 'Les visiteurs' en versión humor británico.

El joven Hamish McFarlane hace un gran papel interpretativo, mejor incluso que parte del reparto adulto.

En la parte técnica destaca el vestuario, y sobretodo la fotografía. El director de fotografía juega con la oscuridad de la noche y la luz de la ciudad para buscar simbolismos, que se pueden encontrar en escenas como el descarado foco de luz sobre la torre de la Iglesia en contraste con la oscuridad de la ciudad, planos del bote contrapicado con el caballo blanco, el joven Griffin alzado en la Iglesia con el crepúsculo de fondo, y el último plano, con el ataúd flotando. En cambio la parte de la película rodada en blanco y negro es bastante pobre y sin definición.

Valoraciones en tu crítica:

0 10 5.2 14