Esto, es el futuro.
El mundo, tal y como lo conocemos, ya no existe.
La lluvia ácida la dejado la tierra yerma y envenenado las aguas.
Aterrorizada bajo la amenaza de guerras interminables, la humanidad lucha por sobrevivir entre las antiguas ruinas del mundo, sumido en un invierno perpetuo.
Este es el futuro.
Corre el año 1997.
Turbo Kid.......con está premisa tan interesante empieza esta odisea juvenil acompañados de la musiquita machacona con riffs metaleros de Stan Bush y su Thunder in your heart.
Unas maniobras en bicicleta trialera nos presentarán a nuestro protagonista, un púber aficionado a buscar entre los retos de la chatarra algo con lo que pasar el rato y sobrevivir. Y amante del personaje de cómics Turbo Rider.
Este mundo está lleno de frikis disfrazados con las vestimentas homenaje a pelis añejas, Madmax, Golpe en la pequeña China, Indiana Jones, Roller ball, Viernes 13 y bastantes más. Seguro que asaltaron alguna productora audiovisual.
Para que no viaje solo conoce en un parque a Apple una rubiasca una robot compañía con aires de Harley Quinn.
Y si el primer plan antes que la acción es echar unas meadas, pues bien estå aprovecharlas que luego nos falta tiempo.
Aunque los personajes andan un pelín sobrados de infantilismo, caen simpáticos y no son en exceso edulcorados.
Por casualidades de la vida nuestro inberbe adolescente pasará a ser todo un guerrero, aunque sea de pacotilla.
Bikes trialeras, desmenbramientos, litros de salsas de roja y musiquita de sintetizadores tope ochentera le sobran para no tener que necesitar un buen guión para desarrollarla.
Reconozco que la primera vez que la vi, no me gustó nada, y tras este segundo visionado tengo que reconocer que me ha entretenido y he pasado un buen rato.
Laurence Leboeuf está tremendamente cañona y es curioso ver a todo un clásico como Michael Ironside en este tipo de pelis cutres.
Recomendable para hechas unas risas entre colegas.

El trio de directores canadienses François Simard, Anouk Whissell, y Yoann-Karl Whissell, conocidos comúnmente como el trio RKSS (RoadKill SuperStars) consiguen llamar la atención y marcar un estilo propio con su opera prima 'Turbo Kid', una película apocalíptica de estética retro, basado en su el cortometraje 'T is for Turbo'.

Con una estética marcadamente ochentera, 'Turbo Kid' me atraía mucho, aunque el que fuera una película sangrienta me echaba para atrás. Por desgracia se confirmaron ambas expectativas. 'Turbo Kid' es una especie de 'Mad Max' versionado desde una visión nostálgica y retro, como si una película juvenil de los ochenta, a la que se añade mucha sangre.

Me ha gustado mucho el actor principal, el canadiense Munro Chambers clava perfectamente al típico protagonista joven que vive en un mundo cruel y pasa de ser un tirillas a ser el héroe. El veterano Michael Ironside también encaja perfectamente en el papel de villano.

Toda la estética de la película esta cuidadísima. Es una película hecha por y para amantes de la estética ochentera. El cinematógrafo Jean-Philippe Bernier dirige tanto la fotografía como la música de la película, para coordinar todo la parte artística. Su banda sonora, compuesta por Jean-Nicolas Leupi y Le Matos, es puro Synthwave. La mayoría de las pistas te transportan a la música de los videojuegos de los ochenta, y alguna de ellas parece que intente emular a Vangelis.

Una película que los nostálgicos disfruten. Yo la he disfrutado mucho, aunque me ha sobrado la sangre... y hay mucha. Próximamente, 'Turbo Kid 2'.

Me encanta. Ya empieza con el título retro y apartir de ahí solo te da más: nostalgia ochentera (sin existir yo mínimamente en aquella época xD), momentos entrañables entre los dos protagonistas y mucho gore, tanta sagre que casi hasta te salpica a través de la pantalla. A mí me sobra un poco el romance, con amistad entrañable habría estado bien pero tampoco me quejo.

Lo que querían hacer con esta peli lo han hecho muy bien.

Pues pensaba que aquí me iba a topar con otra horrorosa película, pero oye, no. O al menos casi no xD

La película nos plantea un mundo que se ha ido al traste, la forma en la que nos da a conocer a la sociedad me ha recordado un poco a Waterworld por estética del personal y por las costumbres (buscarse la vida de manera solitaria y tal). Además, el villano también se asemeja mucho, aunque en Warerworld sobra agua en el mundo y aquí falta.

El caso es que con esta impresión, y viendo que el gran protagonista era un muchacho, con su interés amoroso ñoño, me temía lo peor, una Waterworld juvenil o algo así, hasta que cortan la primera mano y sale el chorretón de sangre, entonces ya me la he empezado a tomar de otra forma.

Es una peli de 2015 que se le da bien parecer ochentera, con Michael Ironside que desde Desafío Total y V está entre mis secundarios favoritos, con un protagonista con estética de superhéroe retro, y unos amigos del prota que tienen su aquel pero son un poco meh. Además, la película por lo general flaquea entre escena gore cachondona y escena gore cachondona, pero a quien sabe esperar, le premia con un gran fin de fiesta con el que me he reído lo mío. En general, es pasable.