Han pasado unos años desde el final de la primera película, y ahí nos encontramos de nuevo con sus protagonistas, Connor y Garrett, interpretados por los primos Amell, Robbie y Stephen respectivamente. Y si había ciertas diferencias entre ellos anteriormente, teniendo en cuenta cómo acabaron las cosas y cómo le ha ido a cada uno de ellos en ese tiempo que ha transcurrido, esas diferencias son mayores que nunca, hasta el punto de estar enfrentados. Pero la aparición de un nuevo personaje puede que cambie las cosas.

La primera película no me apasionó, y dentro de que le vi varios fallos o carencias me resultó entretenida para pasar el rato, pero esta se me ha hecho muy cuesta arriba. El nuevo personaje, Pavani, se convierte en protagonista hasta el punto de que Connor y Garrett quedan bastante en un segundo plano en muchas ocasiones. Y aunque sigue habiendo gente con poderes, obviamente, eso también queda mucho en un segundo plano, apenas vemos demostraciones de ello, y de hecho hay un momento en el que Connor se está viniendo muy arriba y va a freír a Garrett y compañía y cortan la escena y queda totalmente anticlimático. No sé si es problema de falta de presupuesto para efectos especiales o qué, pero queda muy coja en ese sentido.

Básicamente esta segunda parte es la típica película de policías corruptos que hacen negocios con los supuestamente malos (aunque habría que ver hasta qué punto lo son o quiénes lo son en realidad), y están untados hasta las cejas y tienen a la ciudad engañada, utilizan métodos bastante cuestionables, y encima el jefe de policía, o quien sea, es de la misma condición que aquellos a los que tanto persigue, y este último punto es muy predecible porque es que la película es un cliché tras otro, desde el minuto uno sabes por dónde van a ir los tiros y qué va a pasar en cada momento, no sorprende lo más mínimo.

Y creo que eso juega mucho en su contra, sobre todo si vienes esperando una película de gente con poderes o algo más parecido a la primera película, y me ha resultado bastante lenta o simplemente aburrida, no ha conseguido captar demasiado mi atención, porque sentía que todo lo había visto ya. Tampoco ayuda que los Amell no sean los mejores actores del universo, y no tienen el tirón suficiente para aguantar o darle un buen empujón a la película.

En general bastante más floja que la primera, y por momentos sentía que ni sabían qué querían contar o que estaban dando demasiadas vueltas y demasiados cambios de bando, parecía que iban un poco como pollos sin cabeza.

No por ello no la recomiendo, aunque sólo sea por la curiosidad de la continuación, pero no me ha gustado demasiado, aunque partía con desventaja al no haberme encantado la primera.

Código 8 (Parte 2)

Una chica que lucha por buscar justicia para su hermano asesinado por policías corruptos.

De nuevo vuelven con esta película, esta vez en su segunda parte, la cual a mi parecer mejora muchísimo a nivel narrativo, desarrollo de personajes y demás, haciendo que la historia tengo mejor avance.

Es cierto que aún habiendo mejorado mucho el tema narrativo, le ha faltado esa chispa que la podía haber hecho mejor, no obstante, debo decir que me ha parecido mucho mejor que la primera. Esta vez el protagonista se ve envuelto de nuevo un tema serio que engloba entre policías, corrupción, venta de droga y demás. En este caso lo que fue el tema principal de la primera pasa a segundo plano, pues nuestro protagonista (esta vez sin pensárselo mucho) hace lo que cree mejor.

Pienso que la mejora, acaba siendo el hecho de haber aprovechado la trama argumental y no haberse puesto a dar tantas vueltas; ocurre esto, afecta a x personajes, y debe desembocar en esto otro.

En general mirárosla si queréis ver una secuela de la primera.

Código 8 (parte 2) es una película de acción e intriga, protagonizada por Robbie Amell y Stephen Amell.

Secuela directa de Código 8. Los mutantes siguen estando repudiados en este mundo en el que la policía parece tener más recursos. Nuestros protagonistas mutantes, se verán en la tesitura de tener que ayudar a una joven mutante también, para que no caiga en las garras de un sargento de policía bien reputado y sin escrúpulos.

Pues en líneas generales, la película ha sabido ver algunos de los puntos fuertes de la anterior entrega, y asentar en ellos esta secuela.
Ya no hacen falta presentaciones, ya no hay tanta investigación sobre la droga que hay en las calles (que sigue existiendo), ahora es más un juego del gato y el ratón para escapar de los robots que les persiguen, liderados por este policía.

Sigue sin haber descubierto el fuego que digamos, pero es más entretenida y seria, más madura o interesante al menos, con más ritmo en la misma duración del metraje.

Cogeré con relativas ganas una muy probable tercera entrega.