
Jennifer Connelly
Emma Murdoch
Al despertar solo en un extraño hotel y habiendo perdido la memoria, John Murdoch se ve envuelto en una peligrosa búsqueda de su identidad en una ciudad donde la noche parece nunca terminar, mientras es perseguido por las autoridades como el autor de una serie de sádicos y brutales asesinatos.
No estaría de más calificar Dark City como la obra maestra de la filmografía de Alex Proyas, dado que la película, aunque en última instancia bastante desconocida, es una referencia imprescindible de la ciencia-ficción. Pero antes de empezar, es imposible no mencionar los paralelismos entre Dark City y la película de culto Matrix, estrenada un año después: sí, existen similitudes entre estas dos grandes obras en cuanto a universos (con muchas facetas), y podría decirse que el largometraje de Proyas fue un precursor en este sentido. Sin embargo, para mí la comparación se detiene ahí, porque es innegable que estas dos joyas de la ciencia ficción son, en última instancia, disociables en todos los sentidos, y cada una deja su propia huella a su manera. Por ello, Dark City se inclina más hacia lo fantástico, y esto se refleja en su atmósfera tan especial: uno se ve literalmente arrastrado a este ambiente oscuro y nocturno, ya que la historia se desarrolla en una ciudad sumida en la noche eterna. El tono es, por tanto, más bien lúgubre, con una banda sonora hecha a medida que hace más pesado y cautivador un entorno así. También podemos rendir homenaje a la más que encomiable producción visual, que, a pesar de los estragos del tiempo, nos adentra en el corazón de esta ciudad tan oscura como enigmática. Cabe destacar el excelente y original estilo gráfico de Dark City, más que satisfactorio en cuanto a su forma; sin embargo, el contenido no queda en absoluto superado, oh no, la película brilla con la misma intensidad gracias a su guión adelantado a su tiempo. En definitiva, Dark City es atractiva de principio a fin, y además consigue ir más allá de su premisa inicial (la parte fantástica, digamos) para ahondar eficazmente en otros temas (el amor, entre otras cosas, y sobre todo, tan bello como desesperante dentro de un mundo así); el resultado es un ritmo fluctuante, que se atreve con algunos momentos más tranquilos a medida que avanza la historia... y se aclaran los muchos elementos de la trama. Y, antes de concluir, merece la pena alabar la calidad de las distintas interpretaciones, que tienen el mérito de hacer entrañables a los personajes aunque no se profundice demasiado en ellos (pero eso responde a la lógica del guión, así que no hay que lamentar demasiado la ausencia de figuras que salten a la pantalla); en resumen, hay que quitarse el sombrero ante el trío Sewell/Hurt/Connelly, mientras que Kiefer Sutherland consigue dar la talla. En conclusión, Alex Proyas marcó en 1998 un hito en la ciencia-ficción/fantasía, gracias a un guión realmente innovador, un planteamiento visual atípico pero excelente y un reparto tan sorprendente como brillante. La única crítica que se le puede hacer es que Dark City se habría beneficiado de explorar un poco más su intrigante universo.
La verdad es que no tengo muy claro qué acabo de ver. He leído por ahí que la comparan mucho con ***contenido con spoilers*** , y aún tengo pendiente entenderla, así que por ahí vamos mal. Lo que está claro es que es una versión más de ***contenido con spoilers*** . Hasta ahí vale, y eso me gusta y es lo que le da la nota.
La mezcla entre película neo noir de detectives con ciencia ficción no me gusta, ya lo siento. Prefiero o una cosa o la otra, o una película de detectives e investigación, o cosas extrañas y sacadas de otro mundo o de otro tipo de investigaciones. De por sí la ciencia ficción y yo no terminamos de congeniar, y aquí siento que se vienen un poco arriba. Es confuso todo, entiendo, teniendo en cuenta lo que dije más arriba, ***contenido con spoilers*** , pero en el momento es muy extraño. Aparte siento que no explican ***contenido con spoilers*** . Si sí que lo explican, es que definitivamente he desconectado.
El reparto está muy bien, aunque Kiefer Sutherland de por sí no me gusta demasiado y su papel aquí menos aún, pero Rufus Sewell siempre es bien, y sube el nivel con Jennifer Connelly y William Hurt aunque sean secundarios. Pero esos escenarios totalmente falsos, esos efectos malísimos... Me estaban doliendo los ojos y el alma, cuesta mirar. Siendo 1998 cuando se hizo la película, me cuesta pasar eso por alto, cuando hay películas anteriores con mejores efectos, y siendo una película de ciencia ficción se pide un mínimo en ese apartado, pero sólo falta ver por dónde han pegado las maquetas de papel de la ciudad.
Es curiosa, tiene algo, y lo que es la idea está bien y es interesante, pero se me ha hecho muy pesada y muy rara, y si además es difícil de mirar no gana puntos precisamente.
Condenada al ostracismo por sus malos números en taquilla y eclipsada por el posterior éxito de 'Matrix' —estrenada apenas un año después—, lo cierto es que solo el tiempo ha otorgado su merecido estatus de film de culto a la infravalorada 'Dark City', título clave en la consolidación del cyberpunk moderno y, para muchos, la obra maestra de Alex Proyas ('El cuervo', 'Yo, robot'). La película, como su propio título sugiere, nos transporta hasta una sombría ciudad envuelta en una oscuridad perpetua; un anacrónico lugar perdido en el tiempo y el espacio en el que todo, empezando por su disonante arquitectura, parece hecho con pedazos de otras realidades. Caminar por sus calles es hacerlo por cualquier parte y por ninguna a la vez, como si todo resultase familiar y desconocido a partes iguales. Un incierto escenario en el que uno nunca sabe realmente dónde está y en el que nuestro amnésico protagonista, John Murdoch, despertará para hacernos partícipes de su propia confusión mientras, al mismo tiempo, intenta descubrir la verdadera naturaleza del mundo que le rodea.
Así, y envuelta en una decadente estética distópica con elementos de neo-noir, la película tenía todos los ingredientes para triunfar en las salas de cine, pero su profunda carga filosófica, sumada a una críptica narrativa y a un montaje que no da tregua (hay cambio de plano cada dos o tres segundos), le acabaron pasando factura y relegándola al cajón del olvido. Demasiado introspectiva para muchos y excesivamente densa para otros, 'Dark City' se erige como una arriesgada fusión de cine negro, thriller futurista y drama existencial; heredera del legado de 'Metrópolis' en su fantástica ambientación urbana y de 'Blade Runner' en su reflexivo trasfondo de ecos kafkianos y reminiscencias platónicas. Sin duda, una atrevida propuesta cuyo visionado puede convertirse una experiencia realmente desafiante, pero también en un más que interesante descenso hacia las infinitas complejidades de la identidad, de todo aquello que nos hace humanos y de nuestra forma de percibir y enfrentarnos a la realidad. Incluso cuando esta nos ha privado de toda luz y nos ha condenado a vivir en la ciudad de las sombras.
Compleja y oscura película como su nombre indica. Es muy compleja porque es un auténtico rompecabezas y nunca mejor dicho, un mundo oscuro donde conviven, seres del submundo que tienen que ser primos hermanos de Nosferatu y seres humanos en el que se encuentra nuestro protagonista John Murdoch interpretado por Rufus Sewell con una interpretación bastante buena hay que decirlo interpretando a un hombre atormentado porque no sabe quien es ni de donde viene y nos transmite esa angustia de falta de identidad. Durante toda la película intentara encajar todas las piezas del rompecabezas que es su vida, puesto que la película nos sitúa a un John Murdoch que se acaba de despertar pero no recuerda absolutamente nada de su vida y que se ve perseguido por estos primos de Nosferatu, el comienzo de la película es frenético pero tan frenético como difícil de entender lo que estás viendo, con un ambiente muy oscuro, de ciudad fría con callejones largos, pero al mismo tiempo a veces algo cutre, puesto que los edificios de la ciudad parecen de cartón piedra y en algunas secuencias se nota demasiado el croma...
Es una película de ciencia ficción por los cuatro costados, filosófica en su densa y compleja narrativa, con grandes crisis de identidad no solo por parte del protagonista si no de más personajes, y es de las películas que yo digo que te gustan o no te gustan, no hay medias tintas, se agradece en todo momento un ritmo vertiginoso en muchas ocasiones, más pausado en otras pero en ningún momento se hace lenta, la podrás entender mejor o peor pero plomiza no se me hizo en ningún momento.
Los demás actores del reparto complementan muy bien todas las situaciones de la narrativa, lo único que tengo la sensación que dentro de tanta oscuridad y entre los Nosferatus de turno se busca en Jennifer Connelly ese punto de luz y belleza que le falta a la película en todo momento puesto que su interpretación no me parece especialmente brillante.
A mi particularmente no me a gustado ni el final tampoco me ha sorprendido ni he visto giros de guion que me atrapasen demasiado, si fuera por mi no la recomendaría pero como he dicho o gusta o no gusta y puede que a ti concretamente te encante, para hacer que parezca una critica de más glamour le pondremos las típicas notas como que es una película de culto, que si es neo-noir, que si es la obra maestra de Alex Proyas...bla, bla, bla a mi no me gustó.
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