Hasta aquí, ahora sí que me planto. Las primeras tres temporadas, dentro de que era mamarracheo puro, que era la típica serie de adolescentes que van de fiesta en fiesta, niños pijos, sexo, drogas y nada de rock&roll, estaban bien, si desconectabas la neurona en determinados momentos, había misterio, en cada temporada había que averiguar quién era el culpable de algún asesinato... No era nada original, pero se dejaba ver.

Pero poco a poco el argumento ha ido importando cada vez menos, el reparto original se ha ido marchando para dar paso a una nueva generación que no hace más que ampliarse y cambiar, y esto ya no hay por dónde cogerlo. Ahora el colegio importa incluso menos que antes, y ya es decir, las fiestas son día sí y día también, el desfase es un no parar y el trailer de la temporada 6 si se descuidan un poco directamente es de una película porno. De hecho, sólo he visto un capítulo de la temporada 6 y es lo que me ha hecho plantarme por fin, después de dos temporadas preguntándome por qué seguía viendo esto, pero me ha dado tanto asco de principio a fin que ya, hasta aquí.

Y es que me parece muy bien que quiera ser una serie transgresora, inclusiva, abierta... incluye sexualidades varias, identidades varias, no tiene miedo de experimentar y mostrar... Pero hacer un capítulo entero insistiendo con lo inclusivo que eres e insistiendo sobre la identidad de una persona te quita toda la inclusividad y la poca credibilidad que te quedaba. Y ni hablemos de la lógica de que aparezcan día sí y día también personajes nuevos, de todas partes del mundo también para dejar aún más claro lo abiertos que somos, y que de la nada todos sean de la misma clase, cuando nunca antes habían existido ni aparecido por ninguna parte... Todo muy normal.

Lo más gracioso es que el señor Netflix, que tantas series buenas ha cancelado, dice que no le ve síntomas de agotamiento a esto y que como mínimo cree que pueden hacer unas diez temporadas. Claro que sí.