Crítica de Una noche en Miami… por Migatoyyo

Al teatro y al cine le ocurre como al inglés que se habla en Inglaterra y al que se habla en Estados Unidos, son el mismo lenguaje pero luego no tienen nada que ver. Así cuando vemos adaptaciones de obras de teatro que son llevadas al cine, rara vez nos encontramos con una experiencia realmente gratificante.
"Una noche en Miami" surge de una pieza teatral firmada por Kemp Powers que "inventa" lo que pudo suceder en una noche significativa en la que cuatro de los iconos de la cultura afroamericana de los años sesenta y setenta coincidieron juntos. Además de la propia caracterización de unos personajes emblema, el interés se centra en como se posicionan y argumentan sus posturas en la lucha contra el voraz racismo de la época cuyos hechos más significativos son aludidos de forma indirecta.
Vista desde nuestra perspectiva esas alusiones queda lejanas y se diluyen desde la lejanía que nos lleva a conocer solo los hechos desde una atalaya muy superficial en la que nos escandalizamos de que se pudieran tratar así a las personas por ser de una raza diferente, sin mirarnos a nosotros mismos y ver cómo afrontamos hoy en día problemas no tan diferentes.
La película cuenta con un prólogo y un epílogo que se aparta del lenguaje teatral que resultan muy convenientes y le dan sentido a los parlamentos de los cuatro protagonistas y también la oportuna emoción que necesitaba la pieza para no quedar en un sesudo diálogo sobre la raza. Todos los actores están muy metidos en sus personajes y la película suena como una de las candidatas a recoger premios en los próximos meses, si bien no puedo evitar achacarle un cierto encorsetamiento originado por no acabar de romper con su origen teatral.
No obstante, es una opción muy válida para aquellos espectadores que gusten de las películas con un trasfondo social y buenos diálogos.