Redactada: 2025-10-22
“Terror en Amityville” uno de esos clásicos del cine de terror que, pese a los años, sigue manteniendo su capacidad de inquietar. La película adapta un libro basado en hechos supuestamente reales, una historia que durante décadas ha dado lugar a rumores, debates y hasta procesos judiciales. La trama sigue a la familia Lutz, que se muda a una casa donde años antes otra familia fue asesinada por el hijo mayor. Pronto comienzan a suceder fenómenos extraños e inexplicables, que les hacen creer que la vivienda está maldita. Finalmente, la abandonan. El libro se publicó en 1977, y desde entonces expertos y autoproclamados especialistas han debatido sobre la veracidad de los hechos, incluidos los famosos Warren. ¿Estaba la casa realmente encantada o fue todo un montaje de los Lutz? Hay argumentos sólidos para ambos lados. Aunque el libro fue escrito por Jay Anson, la adaptación corrió a cargo de Sandor Stern, manteniéndose bastante fiel al original. La dirección estuvo en manos de Stuart Rosenberg, más habituado a los dramas, algo que se percibe en la película: pocos efectos especiales, pero sí una tensión cuidadosamente construida mediante el encuadre y un montaje pausado que permite respirar a cada escena. Los protagonistas, James Brolin y Margot Kidder, sostienen el peso de la historia. Exceptuando a la pequeña Amy, los niños tienen poca presencia; el verdadero foco está en la pareja, que sufre no solo la extraña atmósfera de la casa, sino también sus efectos psicológicos. Brolin pasa de ser un padre amable a un hombre taciturno y fatigado, con la mirada desencajada, anticipando de algún modo el icónico personaje de Jack Nicholson en “El resplandor”. Kidder encarna a una madre dulce y afectuosa que, poco a poco, ve cómo lo vivido deja huella tanto en su cuerpo como en su mente. La película atrapa. A lo largo de la historia se suceden sucesos extraños que mantienen la tensión y el interés, aunque el efecto de repetición puede resultar algo cansino: puertas y ventanas que tiemblan demasiado, visitantes que expresan su incomodidad… El film es fiel a los hechos relatados en el libro, aunque este incluía detalles como muebles que se movían, voces o pasos que podrían haber enriquecido la adaptación. El principal problema reside en la atención que se concede al sacerdote, cuya misión es bendecir la casa y enfrentarse a su jerarquía para ayudar a los Lutz, aunque finalmente no los encuentre. La acumulación de escenas con este personaje ralentiza la narración, y su presencia no resulta crucial. Es probable que el éxito de “El exorcista” motivara su inclusión, pero la película hubiera ganado centrándose más en la familia y sus enfrentamientos con los caprichos de la casa. El final se precipita, quizá demasiado abrupto, pero es en esta conclusión donde el film alcanza su mayor fuerza terrorífica, con efectos visuales bien resueltos. “Terror en Amityville” usa pocos artificios, pero cuando lo hace, lo hace con eficacia. Pese al paso del tiempo, la casa mantiene su poder evocador, al igual que su icónica fachada trasera… y la película.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Duracion
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Fotografía
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Dirección
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