Redactada: 2024-01-07
Mr. Blot in Space, o Pan Kleks w kosmosie en polaco, pertenece a una saga. Ésta es de 1988, y hay al menos dos anteriores, pero no sé hasta qué punto habrá continuidad.
Aún no le veo el sentido a la historia tras 40 minutos de visionado. Iré directamente apuntando lo que ocurra en pantalla sobre la marcha, puesto que dura 2 horas y 20 minutos y no sé colocar las piezas en su sitio, a ver si cuando acabe tiene forma y por qué. Y para los que no hayáis podido disfrutarla. Aviso de SPOILER sin tachar, aunque en ésta no creo que nadie se queje.
Comienza con una intro musical en la que Mr. Blot canta sobre cuentos de hadas olvidados.
Luego, en un hogar para niños, esperan la llegada de un antiguo interno que ahora vive en Estados Unidos y ha triunfado en el mundo de la tecnología con su empresa MBM. A éste y a su pesado equipaje lo recogen dos tipos en el aeropuerto y, cuando llega, dice que echa de menos las navidades que pasó allí y a Santa Claus, y para actuar como él les regala un ordenador "de última generación".
Ya por la noche, el ordenador se enciende y despierta a los niños, que van a verlo y él anuncia que va a contar una historia que puede ocurrir 25 años en el futuro.
En este tercer inicio ya, hay una nave de unos productores o comerciantes de chuches de frutas, la Argo ¿1417? que tiene ciertos problemas, ha perdido el cargamento, mientras en el planeta Mango hay un tipo plateado, el Emperador, invitado de Manuel Caramello de Bazar, el Gobernador, que es muy golosón, y su esposa Linella y una chica que toca el arpa... Parece ser que han conseguido inventar una especie de teletransportador y van a usarlo para curiosear en los cargamentos de las naves y tomar prestados los que les interesen, en este caso, los dulces de la Argo. A cambio de su hospitalidad, el Emperador ha prometido al Gobernador nada menos que una hija, pero antes ha de encargarse de su enemigo mortal, Mr. Blot.
En una jungla, que luego resulta ser el Bosque de la Aventura en la Última Reserva Natural, está Melo el Risueño, un bicho que se despierta y ve en las noticias que han despedido al comandante de la “Flota estelar”, llamado Benson, por el robo de las chuches. Se pone a cantar, despierta a los monstruos gloto-avariciosos y a Mr. Blot, que vive por allí en un árbol y se lamenta de que los niños se hayan podido olvidar de él, imagino que refiriéndose a las películas anteriores.
Luego sale un colegio donde un robot pasa lista a los niños en el patio, falta uno, que se ha quedado dormido y es hijo del tío al que han despedido, y esa es la causa de que llegue tarde, pues su sistema despertador está conectado a un sensor que suena cuando su padre sale de casa, y como no ha salido... Total, que el robot se pone en contacto con él y le dice que se vaya para allá corriendo sin desayunar si hace falta. Mientras Groszek, que así se llama, se prepara, habla con su padre, con el que parece que a partir de ahora, como está sin curro, podrá pasar más tiempo, y coge su mochicóptero para volar hasta el cole, donde ha llegado el señor director, al que yo llamaría Calamaro pero los niños llaman Fregona debido a su mata de pelo, y cantando nos pone en situación acerca de la naturaleza de la escuela del futuro: despersonalización, disciplina, ver, oír, callar, no hacer preguntas, creerse a pies juntillas lo que les cuenten según les convenga y esas cosas... distópica, no?
Una vez dentro, vemos que en la cafetería ofrecen plancton en el menú, que cada alumno tiene su ordenador con diskettes de 5 y ¼ (se supone que cerca del 2013, jajajaj), que el tardón tiene una mejor amiguita llamada Agniewska, y que un alumno ha hackeado sin querer el ordenador del dire mientras hacía los deberes. Como la cosa se pone chunga y se la pueden cargar, piden ayuda al robot Bajtek y éste les aconseja que preparen un cuento de hadas dramatizado porque al dire le gustan mucho. Deciden preparar “La princesa y el guisante” y Agniewska encarnará a la princesa. Y debe de ser que lo hace muy bien, porque mientras ensayan, es la escogida para ser la hija deseada por el Gobernador, y la abducen con la máquina recién inventada
Para encontrarla, Gros, diminutivo de Groszek, tendrá que ir primero a la chatarrería a preguntar a una antigualla de robot por su paradero. Para ello se hace acompañar por la clase entera, que deben de ser los hijos de todos los mecenas que tuvo la peli, los 22 que quedan aparte de Agniewska y él. La chica, por cierto, no está muy contenta con su nuevo destino, aunque haya dulces y unos bichos raros que le hacen compañía. Y el Emperador comienza a exigir compensaciones al Gobernador, que si medio palacio para almacenar los cargamentos robados, que si espacios para pistas de aterrizaje para cuando robe naves enteras…
La expedición llega a un lugar vigilado para protegerlo de los Payers, que son rapiñadores de componentes electrónicos, pero como Gros es hijo de quien es, obtienen permiso para pasar con indicaciones incluidas. Parece que los robots no están en condiciones, pero aparece Silver, que le dice a Gros que necesita poderes cósmicos para rescatar a su amiga, y que solo Mr. Blot, que en el pasado le salvó de unos perreros de robots abandonados, los posee. Para llegar a donde está deberán usar las vías de transporte de plancton.
Una vez allí, se encuentran con los monstruos, y Melo el Risueño los lleva ante Mr. Blot. Éste, encantado con su visita, les invita a desayunar algo que no sea plancton. Una vez satisfechos, le cuentan el problema y decide ayudarles. No sabemos por qué, pero enseguida sospecha del Emperador, o Gran Electrónico, o Su Electronicísima, y van a la Oficina de viajes inter-cuentos de hadas, donde averiguan el paradero del maloso, pero las líneas regulares, además de no funcionar bien, no llegan hasta Mango, y con enchufe del Director de la Oficina, van a ver a las hermanas Kasate, que alquilan naves. Se deciden por la Voltan II, que será pilotada por el padre de Gros, que ahora está ocioso y hay que sacarle de casa para que no se apoltrone demasiado. El director, o General Blister, le chiva al malo que la nave en la que viaja su enemigo Mr. Blot se dirige a Mango y fin de la primera parte.
En la intro de la segunda parte se cuenta que en el siglo XVII unos extraterrestres tuvieron que aterrizar de emergencia en China, donde los eruditos les ayudaron a arreglar la nave para que pudieran marcharse y a cambio les hicieron un regalo que se guardó en un arcón verde. Tras un incendio a principios del siglo siguiente, el arcón se trasladó de lugar, pero desapareció y no volvió a ser visto nunca más. Esto cada vez se enrevesa más.
Después hay un resumen de la primera parte en el que compruebo que he hecho bien mi trabajo, pero que podría haberlo copiado de aquí directamente, aún más resumido, arrrghh…
Como el viaje a Mango es largo, Mr. Blot les cuenta su historia a Gros y su padre. En la antigua China, él era un shogun, sobrino de un mandatario europeo, que vivía con el Emperador Ming y se encargaba de la seguridad del arcón verde, cuyo contenido jugaría su papel en un futuro lejano, pues la humanidad no estaba preparada aún, y fue deseo del Emperador que Blot se convirtiera en el Guardián del Sello Secreto, y así quedó a cargo del Doctor Pai Chi Wo, que lo convirtió en su pupilo y amigo. Por allí ya rondaban los enemigos, disfrazados de ¿?monjes portugueses??
Resulta que el padre de Gros también se cruzó en algún momento con el arcón. Cuando aún era capitán fue llamado a una misión en la que tenía que volar en helicóptero a una zona de accidente aéreo para recuperar el tesoro y su secreto. Cuando llega le atacan unos ETs con láseres, escapa y llega a la base, donde no hay protección militar y eso es raro, solo queda el conserje y Miss Sandy comiendo plátanos. Ella lo conduce a sus aposentos, y al quedar solo e intentar echar un vistazo al contenido del arconcito verde con forma de pagoda, irrumpen los ETs para robárselo, pero entre Miss Sandy y él logran vencerlos.
Al amanecer, le lleva el arcón a su superior, que le dice que el Primer Ministro, que es unicejo, les espera. Y ahí es cuando le entregan una medalla al valor y le nombran comandante.
En Mango, Agnieszka encuentra el famoso arcón entre las chuches robadas, que estaban a su disposición para cuando le entrara gusa. Aparece una bola espía y la niña le pone un espejo delante, con lo que la esfera se queda rayada con su propia imagen: “Oh, un artefacto esférico desconocido!”
Llega el momento del insomnio. Melo no puede dormir en la Voltan porque está muy nervioso. Agnieszka tampoco, y eso que no ha pegado ojo desde que llegó a Mango. Los papings le cantan una nana, pero a ver quién es capaz de dormirse rodeada de semejantes especímenes. El Gobernador le pide a su esposa que lo intente, y ella, ataviada cual Nina Hagen espacial, se marca un temazo que podríamos clasificar como nana-fusión. Parece que tampoco lo consigue, porque acto seguido, la niña y el Gobernador pasean por un invernadero donde éste le cuenta que Mango antes era un planeta habitado exclusivamente por pájaros, que fueron exterminados en un ataque exterior, y solo sobrevivieron los Papings por no tener alas ni plumas. Luego le canta sobre su árbol genealógico, que era muy extenso a lo ancho. También nos enteramos de que al malo se le puede vencer con la risa.
Cuando les queda una hora para llegar a Mango, el malo transporta a los ocupantes de la nave a un laberinto de videojuego, en el que va cargando plugins de enemigos para que les ataquen. Agnieszka quiere ponerse en contacto con Gros, pero el malo no abandona su maquinita ni para ir al baño, hasta duerme allí mismo. Y con esa idea le pone al coro de Papings en la puerta para que le duerman con su nana, que esta vez ¡sí funciona! La niña les saca del laberinto, y antes de que se espabile, Mr. Blot manda al Emperador a saber dónde con su propia máquina.
Ahora sí, es tiempo de otro temazo. O dos. O tres. El Gobernador agradece a todo el mundo como si estuviera en la Gala de los Goya, y la máquina infernal a partir de ahora se usará para limpiar basura espacial. Melo decide quedarse en Mango y montar una Academia de la Risa. Cuando vamos a averiguar por fin el contenido de la dichosa cajita, volvemos al Internado, donde los niños vencen a los dos malos amigos del Emperador, pero hace 25 años. Bueno, algo se dijo de un mapa y se vio como un Sistema Solar cuando la niña lo sacaba de la caja…
No puedo creer que haya llegado hasta aquí, y después de todo este batiburrillo, compruebo que he cogido un poco de cariño a este mundo tan particular. Por mi salud mental, no me volváis a hacer una de éstas, por favor. Eso sí, con esta parrafada, me caerá una buena recompensa, no?
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Fotografía
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Dirección
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Valoraciones en tu crítica:

Comentarios

PTG 111
Comentario de Pinwi hace 5 meses
Ojalá te hubiera leído antes de ver la película, habría atado muchos cabos.
PTG 222
Comentario de jdmorris hace 5 meses
@Pinwi

Jajajaja. Lo mío me costó.
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