Crítica de La princesa prometida por MrPenguin
Redactada: 2025-08-26
Érase una vez, en un tiempo y un lugar no tan lejanos, un niño enfermo condenado a permanecer recluido, víctima de la fiebre, en la insufrible monotonía de su habitación. Érase un abuelo que llegaba cargado de sabiduría, con un libro bajo el brazo y la absoluta certeza de que el mejor remedio contra el aburrimiento, lejos de cualquier medicina, suele encontrarse entre las fértiles páginas de una buena historia. La misma con la que Rob Reiner, inspirado en la novela homónima de William Goldman, nos invitaba al reino de Florin para narrarnos, no sin cierto aire desmitificador hacia el género, la fantástica odisea de Buttercup, una hermosa joven que, tras ver partir al amor de su vida —el siempre encantador Westley— en busca de fortuna, será obligada a casarse con el odioso príncipe Humperdinck. A partir de ahí, enredos, malentendidos y las suficientes sorpresas como para que lo que parecía una clásica historia de amor se convierta, quizás fruto de su propia magia, en uno de los relatos más especiales, ingeniosos y originales de todo el cine ochentero.
Lo realmente curioso es que 'La princesa prometida' no parece pretender ser solo un cuento de hadas y, al mismo tiempo, lo es por completo. Satiriza con sorna muchos de los tópicos más manidos del género —la princesa en apuros, el villano caricaturesco o los duelos sobredramáticos—, pero a la vez los honra con tanto cariño como para que todos y cada uno de sus inolvidables personajes, ya sea en esa figura de héroe trágico de Íñigo Montoya o a través de los ecos casi mitológicos —modernos reflejos de Orfeo y Eurídice— que desprenden Buttercup y Westley, queden inmortalizados en una de esas historias únicas donde todo, por paradójico que resulte, parece mágico y cercano a la vez. En uno de esos rincones seguros capaces de cautivarnos, transportarnos a otros mundos y hacernos sentir una vez más, al igual que ese niño que descubre un libro por primera vez, deseosos por saber qué nos aguardará tras la siguiente página.
Lo realmente curioso es que 'La princesa prometida' no parece pretender ser solo un cuento de hadas y, al mismo tiempo, lo es por completo. Satiriza con sorna muchos de los tópicos más manidos del género —la princesa en apuros, el villano caricaturesco o los duelos sobredramáticos—, pero a la vez los honra con tanto cariño como para que todos y cada uno de sus inolvidables personajes, ya sea en esa figura de héroe trágico de Íñigo Montoya o a través de los ecos casi mitológicos —modernos reflejos de Orfeo y Eurídice— que desprenden Buttercup y Westley, queden inmortalizados en una de esas historias únicas donde todo, por paradójico que resulte, parece mágico y cercano a la vez. En uno de esos rincones seguros capaces de cautivarnos, transportarnos a otros mundos y hacernos sentir una vez más, al igual que ese niño que descubre un libro por primera vez, deseosos por saber qué nos aguardará tras la siguiente página.
Guion
0 ✮
Banda sonora
0 ✮
Interpretación
0 ✮
Efectos
0 ✮
Ritmo
0 ✮
Entretenimiento
0 ✮
Complejidad
0 ✮
Sentimiento
0 ✮
Duracion
0 ✮
Credibilidad
0 ✮
Fotografía
0 ✮
Dirección
0 ✮
Valoraciones en tu crítica:
Todavía no hay comentarios
Comentarios