Crítica de Joker por Sandris

Redactada: 2019-10-07
Y vosotros ¿qué máscara os habéis puesto hoy?

Estupor. Eso es lo que siento nada más salir de la sala del cine. Todd Philips nos ha regalado una de las experiencias cinéfilas del año, por no decir LA experiencia. Consciente de todas las alabanzas y críticas positivas que se han vertido estos días, he de decir que estaba un poco asustada ante lo que iba a encontrarme. Recordemos que este director es el responsable de filmes tan histriónicos como 'Resacón en las Vegas' o 'Starsky & Hutch'. Pues bien, 'Joker' supera todos los elogios que hayamos visto o escuchado. No es una película de superhéroes en la que todo sale bien y todos son felices y comen perdices. No. Es la historia de una sociedad que aparta a las personas diferentes, que las aísla, aparta a los enfermos o débiles y se ríe de ellos. Hasta la extenuación. Es la obra que refleja perfectamente la mayor enfermedad de nuestra sociedad: la pasividad ante el dolor ajeno, la ignorancia, la apatía. Una fantástica fotografía enmarca perfectamente la trama, acompañada de la acertadísima música de Hildur Gudnadóttir (atentos a la canción ''Bathroom Dance''). Pero el peso de toda la película reside en las interpretaciones. Y si hablamos de interpretaciones, tenemos que hablar del amo y señor. Del hombre con medio Oscar en el bolsillo y que confiere entidad propia a su personaje. Joaquin Phoenix. Un actor inconmesurable, que siempre transmite el máximo de sus capacidades, ya sea de malo malísimo en 'Gladiator', de espíritu sensible en 'Her' o de detective fracasado en 'Inherent Vice'. Phoenix dota a su Joker de emoción, simpatía, carisma, dolor, carácter, crueldad, pero sobre todo, realidad. Lo eleva a una categoría superior que hasta el día de hoy únicamente gobernaba el enorme Heath Ledger. Emotiva hasta la médula, pasamos de la risa al llanto en apenas unos segundos (¡y qué risa señores!), mientras se retrata el descenso a los infiernos de Arthur Fleck. Mención especial para los secundarios de lujo Robert de Niro y Frances Conroy.
Una obra imprescindible y seguramente el culmen del año 2019, sin desprestigiar al monumento fílmico de Bong Joon-ho, 'Parasite'.

"Antes creía que mi vida era una tragedia, pero ahora veo que es una comedia". Maravillosa.
Guion
Banda sonora
Interpretación
Efectos
Ritmo
Entretenimiento
Complejidad
Sentimiento
Duracion
Credibilidad
Fotografía
Dirección

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