Redactada: 2020-09-29
La década de los años 60 fue una época gloriosa para la industria del cine de Hollywood. El séptimo arte gozaba de un éxtasis de producciones, nuevos géneros, estrellas con un impacto mediático que transgredía fuera de la pantalla y toda una ciudad donde se recogían todos estos ingredientes: Los Ángeles. En 1963 nació Quentin Tarantino en Knoxville, Tennessee. Dos años después, se mudaba con la familia a la ciudad de las estrellas, el escenario que cambiaría la vida del futuro realizador, la del cine y la de millones de personas. La novena y penúltima película de Tarantino ha dicho por activa y por pasiva que una décima sería la última de su carrera- es una carta de amor serena, nostálgica y madura a toda aquella época. El resultado es sólido, bajo una expectativa de magnitudes exageradas, fruto de la icónica figura del director y los actores que le acompañan en esta aventura.

Érase una vez ... en Hollywood disfruta de varios ingredientes de altísima calidad, cocinados a fuego lento, que presentan un plato cinematográfico de nivel pero distinto al que nos tiene acostumbrado Tarantino. Leonardo DiCaprio y Brad Pitt co-protagonizan el viaje entre estudios, decorados y bulevares cargados de pósters de películas. Encarnan un actor venido a menos, Rick Dalton y su doble de acción, Cliff Booth, en el ecosistema de Hollywood, una industria selvática donde sobrevivir después de estar en la cresta de la ola es un esfuerzo titánico. Su relación, actor-doble de acción, es otro apartado nostálgico de un modo de cine que Tarantino quiere rendir homenaje. En este escenario de estrellas, Tarantino nos presenta la actriz -real- Sharon Tate (Margot Robbie), vecina del protagonista, que juega un papel irregular en la trama.

Los dos actores representan el fin de una era, de una manera de hacer cine que todos aquellos que participaron y la disfrutaron miran atrás con nostalgia, cigarrillo en mano y un resoplido de horror para dar paso a los nuevos años 70: hippies, drogas, una moral desenfrenada. En este contexto, Tarantino introduce de una manera irregular a Charles Manson y su "familia", que cometerían varios asesinatos en masa. Con Hollywood de trasfondo, estas dos tramas arrancan paralelas hasta reencontrarse en un final made in Tarantino. Gags, cine dentro del cine, rodajes y vida de estrellas entre vestuarios son otros de los ingredientes con marca de la casa que los espectadores disfrutarán. Las expectativas, sin embargo, son mucho más altas que el resultado real que se encontrará el espectador.

Es por eso mismo que el nuevo film del director de Knoxville es el más sereno, maduro y casi romántico -a una manera de hacer, disfrutar y ver cine- que ha hecho nunca en su carrera. El in crescendo es mucho más lento de lo que nos ha tenido acostumbrados, ciertas escenas se alargan sin recrearse y la ambientación es adictiva. El apartado técnico de la novena obra de Tarantino es sensacional, un trabajo de orfebrería absoluta, elevada al máximo gracias a una persona: DiCaprio. El actor merece, sin lugar a dudas, la nominación a cualquier premio por esta película. Como los buenos vinos y el artista renacentista con quien comparte nombre, Leonardo nos regala una vez más sus dotes interpretativas, como un camaleón, como un monstruo cinematográfico que se come la pantalla cada vez que se pone ante la cámara de Tarantino. Brad Pitt es la pareja perfecta, en buena sintonía, con una química que arrancará sonrisas al público.

El papel de Margot Robbie en esta película es un misterio. Sin ella, el guión y la trama podrían funcionar perfectamente. La expectativa gira sobre ella en la temática de los Manson pero la interpretación final correrá a cargo del mismo Tarantino y todos aquellos que juzguen la película. No le encuentro otra explicación que la de ser un cebo de un mago que te engaña, haciéndote creer que la trama irá por un lugar y acaba marchando hacia otro. El toque final que nutre esta película para pasar del notable es la banda sonora. Quentin Tarantino es un maestro en el apartado sonoro pero este homenaje a la música de los años 60, a las canciones que sonaban en las radios -que bien vertebra el sonido radiofónico, los coches, los locales-, es sensacional.
Guion
4 ✮
Banda sonora
5 ✮
Interpretación
5 ✮
Efectos
5 ✮
Ritmo
4 ✮
Entretenimiento
4 ✮
Complejidad
3 ✮
Sentimiento
5 ✮
Duracion
4 ✮
Credibilidad
5 ✮
Fotografía
5 ✮
Dirección
5 ✮

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