En el bando católico, Reza por el diablo fue el peor cierre posible a la cosecha 2022 de demonios que han llegado a poseer los cines. Ahora le toca a su primita judía inaugurar la cosecha 2023 con una respuesta igual de mala. Y es un espectáculo digno de ver, ¡quizás incluso más que su predecesora! Mientras que Reza por el Diablo al menos utilizaba el vago pretexto de su entorno de partida para intentar diferenciarse de la masa de infestaciones demoníacas de la gran pantalla (antes de abandonar rápidamente), The Offering ni siquiera hace el menor esfuerzo en este sentido, volviendo al clasicismo más caduco de este tipo de películas con un mosaico de remezclas de títulos más o menos honorables que la precedieron. Así pues, toma una pizca de la película Cadáver para traer un cuerpo al que poseer suavemente desde la escena inicial, añade una buena cucharada de La autopsia de Jane Doe para encerrarlo en una funeraria familiar en la que conviven un cuarteto de personajes con un conflicto estéril a punto de estallar. Rocíalo todo con una ambientación que intenta tomar ejemplo de La Vigilia (sin tener la habilidad ni el talento para ello) para crear un cambio de escenario religioso a través de los ritos y tradiciones del judaísmo y, como guinda del pastel, ni se te ocurra inventarte tu propio demonio, ¡vete a buscar al de la película "Poseídos" para trastocar todo este mundillo! No vaya a ser que te estallen las neuronas. El mérito de Oliver Park es que este demonio será tratado de una forma más fiel a su leyenda que en su anterior encarnación, pero como su modus operandi es lo más banal posible -y, además, se expone en los primeros minutos-, casi toda la película se reducirá a esperar a que los personajes descubran lo que nosotros, los espectadores, hemos sabido (o sospechado) desde el principio, con, por supuesto, un montón de visiones que se han dejado hasta la última pizca de originalidad en el infierno y unos sustos espantosamente innecesarios que fracasan constantemente a la hora de provocar la más mínima emoción con su burda ejecución. Y es que, además de sus más que previsibles sonidos enlatados, el largometraje es terriblemente parco en este terreno, prefiriendo concentrarse en la poco interesante turbiedad de su héroe principal y en su creciente culpabilidad a medida que le conduce de nuevo por un camino que le es negado, y cuyo destino tendrá poco misterio. Ni siquiera esperen mucho del acto final, donde las cosas se ponen un poco más frenéticas, el jueguecito de fantasía que reina gracias a su obstinado demonio cae por su propio peso en todo momento, sin que la aparición de un atisbo de oscuridad consiga cambiar el panorama y, lo que es peor, salvar lo precipitado y grotesco de sus momentos finales, donde la sensación de estafa demoníaca es claramente compartida por todos. Para alguien al que le gusten las películas de terror, la única pesadilla que emanará de este largometraje será la de haber perdido el tiempo como nunca mientras la veía. Ahora entendemos mucho mejor por qué este demonio prefirió esconderse detrás de una cortina en el cartel de promoción, todos habríamos hecho lo mismo en su lugar.

Si eres aficionada/o al terror sobre el Maligno, «La ofrenda» es tu película. Sin evidente casquería, sin acusados efectos especiales hasta bien avanzado el rodaje y con una filmación interiorista, el largo se aleja de golpes artificiosos, dedicándose mejor a presentar cierto suspense místico dentro de la ley judaica-religiosa más integrista. Con aval para esos aficionados/as. Producción austera y SENCILLA. .2️⃣/5. ..PICARD..