Muchos fans de la saga nos llevamos las manos a la cabeza cuando supimos que había una nueva secuela en camino, sobre todo teniendo en cuenta que 'Toy Story 3' supuso un broche perfecto tanto para la historia de Andy como para la de los juguetes. La pregunta entonces estaba clara: ¿era necesaria otra película? Mi respuesta: en principio no, aunque la magia de Pixar ha logrado convencernos de que a Woody y compañía todavía les quedaba algo importante que contarnos.

Y, más allá de su espectacular animación —la mejor de la saga de lejos—, creo que parte de la clave de que esta película haya funcionado tan bien es que sabe golpear en el corazoncito, en la nostalgia y en la fibra sensible de todos aquellos que éramos niños cuando salió la primera 'Toy Story' a mediados de los 90 y que ahora somos adultos. Si en la anterior entrega los juguetes comprendían que Andy había crecido, ahora son ellos mismos los que se dan cuenta de que han crecido, que han cambiado y que ya no son los mismos, llegando incluso a cuestionarse su propia existencia y función como juguetes. El tiempo pasa para todos y, al igual que Andy y los juguetes, nosotros también hemos crecido y cambiado y podemos empatizar con la evolución de Woody y con esa sensación de que nada es para siempre.

Como puntos menos positivos, creo que hay muchos momentos que se parecen demasiado a otros de las tres anteriores y que algunos personajes secundarios tienen poco protagonismo. Está claro que el mensaje gira en torno a Woody, pero se echa de menos al pobre Buzz y a otros personajes. Además, el final de la 3 me sigue pareciendo más redondo como final de la saga, pero aun con todo creo que 'Toy Story 4' es una gran película que gustará a todos esos seguidores de la franquicia que vieron con ilusión 'Toy Story' en su día y que soñaron, aunque solo fuera por un momento, que sus juguetes tenían vida propia.

Continúa la aventura de los juguetes más famosos de la gran pantalla.

Después de Toy Story 3 pensábamos que iba a ser la última película de esta franquicia, con ese final que a más de uno hizo llorar, pero como en casi todo, en estos últimos años, quieren “exprimir” un poco más, hasta sacarle el último “jugo”.

Desde un principio, al ver las primeras escenas, el director nos da a entender de que ésta sea “posiblemente” la última de la franquicia, aunque también parecía que iba a ser la tercera y mira en el 2019. Lo bueno de todo es que nos siguen contando la historia por donde se quedó en la anterior y no es ningún tipo de “Reboot” en el que normalmente termina destrozando la saga principal.

La trama principal intenta jugar con las emociones como lo paso en la anterior entrega e incluso trayendo personajes que un día desaparecieron, pero solo queda en eso. Si, te puede gustar más o menos, pero no llega a ser lo que un día fue “el final de la saga” en donde realmente sentías pena. En esta llegas a sentirla en algunas escenas en las cuales no llegas a empatizar tanto como en otras ocasiones y sobre todo en la escena final, pero que era inevitable que ocurriera, ya que te lo están dejando caer en todo momento durante la película.

Como estamos acostumbrado en las películas de Pixar, la animación sigue manteniéndose y eso se agradece. Con escenas espectaculares aunque sea solo unos simples juguetes que puedes hablar y moverse por cuenta propia.

Y para traer nostalgia solo necesitamos escuchar la intro con su ya más que conocida canción, que hará que te venga a la mente la primera entrega de toda la saga.

En resumidas cuentas, es una película que te gustará y verás con mucho entusiasmo para ver cómo le irán a los juguetes en su “nueva casa”, pero no llega al nivel de la anterior, aunque no será porque no lo intentan, pero por culpa de la escena que todos recordamos como la despedida y que algunos personajes nuevos, no llegan a empatizar todo lo que deberían, hace que esta entrega sea de lo más normal.

Me ha gustado mucho, pero tengo sentimientos un poco encontrados.

Por un lado se puede ver la evolución de la animación a la largo de todo 'Toy story' y cómo se han ido superando. Ésta última está a un nivel espectacular y, aunque en su momento lo sentí por 'Klaus', no me extraña que ganara el Oscar.

Woody se topa con una mezcla del mito de la caverna y el síndrome del nido vacío. Se ve que no ha podido olvidar a Andy con una sustituta. Le entiendo, Andy siempre tuvo debilidad por él y Bonnie es un poco irritante, hizo la promesa de cuidarlo por Andy, pero no la ha cumplido.

Así que Woody encuentra una segunda oportunidad junto a su antiguo amor. Encontramos una explicación a la desaparición de Bo Peep en la tercera parte, y es el personaje que ha cambiado más drásticamente, mucho más empoderada e independiente. Supongo que más acorde con la época, pero no parece el mismo personaje.

De los nuevos personajes, Gabby me ha gustado, parece una muñeca de verdad (esos párpados, esos ojos) y su historia es interesante. Pero la trama se centra demasiado en Forky, que no es tan interesante, y eso provoca que haya faltado la relevancia de los juguetes secundarios que sí tenían la segunda y la tercera parte.

El final es triste y bonito, no tanto como en la anterior, pero lo es. Y si después de 'Toy story 3' no pensaba que hubiera continuación, ahora no estoy segura porque Woody y Buzz no pueden separarse.

Una saga que ha sabido mantener el nivel y superarse, han encontrado argumentos muy buenos relacionados con el existencialismo de los juguetes.

Hasta el infinito y más allá.

Mira que el trabajo visual de la 3 ya era excelente, pero el nivel que ha tocado pixar con esta película me parece ya insuperable, es que ha sido visualmente hiperrealista en gran parte del film.

Siguen siendo la mejor saga de animación, no bajan el nivel. La 3 me sigue pareciendo la mejor, pero con esta dan un paso de reinicio de la fórmula, que puede que les dure muchos años mas.

El Óscar está claro.