Crítica de Toy Story 4 por MrPenguin

Muchos fans de la saga nos llevamos las manos a la cabeza cuando supimos que había una nueva secuela en camino, sobre todo teniendo en cuenta que 'Toy Story 3' supuso un broche perfecto tanto para la historia de Andy como para la de los juguetes. La pregunta entonces estaba clara: ¿era necesaria otra película? Mi respuesta: en principio no, aunque la magia de Pixar ha logrado convencernos de que a Woody y compañía todavía les quedaba algo importante que contarnos.

Y, más allá de su espectacular animación —la mejor de la saga de lejos—, creo que parte de la clave de que esta película haya funcionado tan bien es que sabe golpear en el corazoncito, en la nostalgia y en la fibra sensible de todos aquellos que éramos niños cuando salió la primera 'Toy Story' a mediados de los 90 y que ahora somos adultos. Si en la anterior entrega los juguetes comprendían que Andy había crecido, ahora son ellos mismos los que se dan cuenta de que han crecido, que han cambiado y que ya no son los mismos, llegando incluso a cuestionarse su propia existencia y función como juguetes. El tiempo pasa para todos y, al igual que Andy y los juguetes, nosotros también hemos crecido y cambiado y podemos empatizar con la evolución de Woody y con esa sensación de que nada es para siempre.

Como puntos menos positivos, creo que hay muchos momentos que se parecen demasiado a otros de las tres anteriores y que algunos personajes secundarios tienen poco protagonismo. Está claro que el mensaje gira en torno a Woody, pero se echa de menos al pobre Buzz y a otros personajes. Además, el final de la 3 me sigue pareciendo más redondo como final de la saga, pero aun con todo creo que 'Toy Story 4' es una gran película que gustará a todos esos seguidores de la franquicia que vieron con ilusión 'Toy Story' en su día y que soñaron, aunque solo fuera por un momento, que sus juguetes tenían vida propia.