Una habitación cúbica, una escotilla en cada uno de sus seis lados y un hombre que despierta en dicho lugar sin saber dónde está, cómo ha llegado hasta allí ni con qué objetivo. Así era el misterioso comienzo de 'Cube', una de las películas más icónicas —a la par que infravaloradas— de los 90 y la propulsora de todo un subgénero (el de extraños que son reunidos con algún fin en un determinado lugar) que posteriormente sería explotado hasta la saciedad ('Saw' y derivados, por ejemplo). Sin embargo, 'Cube' siempre supo mantenerse a cierta distancia de sus futuras imitaciones, en parte por su críptica resolución —objeto de numerosas críticas— y en parte por el constante halo de incertidumbre que se encarga de ir avivando el interés por la historia. Cada vez que los personajes cruzan una escotilla se encuentran con otra habitación aparentemente idéntica a la anterior, dando así lugar a un gigantesco laberinto del que escapar será tan complicado como intentar descifrar el porqué de su propósito.

Todo ese aire tan enigmático, más allá de servir para mantener intacta la atención del espectador, servirá para ir aumentando la tensión entre los personajes y, del mismo modo, para ir desvelando su verdadero ser. El hecho de que no sepan nada el uno del otro y que aun así deban colaborar entre ellos irá creando una extraña dinámica de realidades opuestas; una donde es necesario cooperar para intentar salir del cubo pero siempre anteponiendo tus propios intereses a los ajenos. Tan irremediable es confiar en los demás como inevitable desconfiar de todos, lo cual es aprovechado por la película para llevar a los personajes al límite, poner a prueba su condición como seres humanos y realizar una más que interesante exploración sobre lo frágil que puede ser cualquier sistema moral en las condiciones adecuadas.

En cuanto a su polémico final, ***contenido con spoilers*** .

Claustrofóbica, extraña y sugerente, 'Cube' no es desde luego una película para los que quieran respuestas fáciles ni explicaciones lógicas, pero sí para los que busquen algo diferente y que haga pensar. Un peculiar rompecabezas no apto para todos los gustos, complejo como un gigantesco cubo de Rubik y profundo en su metafórica representación de la sociedad contemporánea y su inevitable dinámica de llevar a los individuos de una habitación a otra —la casa, el colegio, la oficina— sin rumbo fijo ni objetivo aparente. Y es que, al final, la vida es un cubo, y los cubos, cubos son.

La película me estaba gustando mucho hasta llegar al final, ***contenido con spoilers***

Al volver a verla no me ha parecido tan buena como cuando la vi por primera vez, aún así la sigo teniendo en alta estima, además, en su momento fue muy muy buena.

Según empieza, ya empieza fuerte, potente. Rápidamente empieza a verse cómo son los personajes en realidad.

Duración, de las buenas, una hora y media, al grano, haciendo una peli más potente, sin irse por las ramas, algo que hoy en día es demasiado habitual.

Traiciones, alianzas, habilidades necesarias...Juegos de números...