Película hasta las cejas de estereotipos ochenteros sobre pandillas de malhechores, en la que dicha pandilla se dedica a hacer lo que le da la gana, bueno, eso el "jefe", los demás se dedican a ser sus lacayos con cierto grado de falta de tornillos y autoestima.
Una película en la que los pandilleros son muy malos y el resto de la gente son pobres víctimas, aparece un misterioso conductor/vehículo que se dedica a reducir problemas en el lugar, con lo que las potenciales víctimas ahora son los pandilleros.

La película es mala, con sus escenas a toda velocidad que a día de hoy se nota que son de otra época, pero los pandilleros son ese tipo de malotes que es más apropiado reírte de ellos que otra cosa, para mí sin duda son el punto fuerte de la película, pero también, según como te la tomes, también son el punto flojo, y luego está Charlie Sheen, que no soy capaz de verle sin esperar que suelte algún chascarrillo o gag, pero esta peli no iba de eso.

En el final.... ***contenido con spoilers***

Dios, qué aburrimiento. Típica película ochentera para mal: predecible, estereotípica, aburrida... Muchas carreras de coches, a la tercera ya estaba tan aburrida que las iba pasando para delante. La trama no tiene casi ninguna chicha: un grupo de machirulos macarras (con todos los estereotipos posibles del típico macarra de las pelis ochenteras llenas de prejuicios) se dedican a correr con los coches y aterrorizar a las muchachas. El líder está literalmente obsesionado con una chavala a la que trata como si fuese su novia a pesar de que ella pasa de él. Es un reflejo bastante obvio de su época ya que el tío es un maltratador, acosador, secuestrador etc etc que la trata como si fuese su posesión pero nadie ve ningún problema sobre el que intervenir, incluido el sheriff que está detrás de la pandilla buscando ilegalidades para pillarlos. Ella y el resto de mujeres (dos contadas) de la peli no tienen ningún tipo de agencia propia, son como objetos sin personalidad que se van pasando unos a otros. Cringe máximo.

Para empeorar la cosa el protagonista es Charlie Sheen (que no soporto), que hace de piloto fantasma que llega a la ciudad para cargarse a la pandilla y cobrar su venganza. Si lees la sinopsis ya sabes exactamente el tipo de película que te vas a encontrar, de verdad que no tiene más. A veces parece simplemente una excusa para ir poniendo canciones de rock ochentero de fondo mientras corren coches y motos en escenas demasiado largas para que resulten entretenidas. Mira, yo entiendo que tenga sus fans, de verdad, pero es que en lo personal no rescato prácticamente nada de ella.

Genial para tener de fondo mientras te echas la siesta de sobremesa del domingo.

En El aparecido (o the Wraith), un misterioso hombre acaba con los malos malosos del pueblo con su supercoche (que, como han dicho por aquí, se parece sospechosamente a KIT).

A mí me hace gracia lo poco espabilados que son los malos de esta película. ***contenido con spoilers*** Es previsible a más no poder, porque se veía venir desde un kilómetro que ***contenido con spoilers*** .

La película es mala de narices. Si te gustan las carreras de coches igual le puedes dar un pase. Pero si no te gustan, ahórrate esta hora y media.

El aparecido o The Wright o El Iluminao que la hubiera llamado yo, porque ***contenido con spoilers*** .
Teclados a todo trapo y el primo de Michael Night enlutado en látex.
Le faltaban las lucecitas para acabar de emular a su coetáneo KITT.
No recordaba haberla visto con los colegas en noche de cine cutre.
Y es machista de narices.
Carreras ilegales mientras suena Secret Looser de Ozzy Osbourne con Jake E. Lee a las seis cuerdas y Randy Castillo a la percusión. Peazo banda.
Pronto aparecerá un pimpollo descamisado en moto de cross llamado Charlie Sheen.
Y le acompañará Sherilyn Fenn, nuestra querida Audrey en Twin Peaks.
Ahora le toca sonar a los Motley Crue y su genial Smocking in the boys room.
Puro Hard Rock para acompañar a este metraje. No podían faltar ni Robert Palmer con su Adicted to love y Billy Ídol con Steve Stevens rocanrolleando con su Rebel Yell.
Los diálogos del sheriff Lomis no tienen desperdicio y parece que Quebedo se los escribió en pleno énfasis espiritual.
Tampoco tiene desperdicio la banda del malo interpretado por el JR deJohn Cassavetes.
Sus apodos son lo más, Alcantarilla, Pollo, Cepillo, Mofeta, Minki y Obi. Seguro que Marsupial y Cenutrio también están en el reparto.
Para los momentos de tensión un techno industrial desfasadisimo para que los gritos y disparos sean lo de menos. Y para los momentos pastel nos ponen a la Bonnie Right.
Menudos contrastes.
Total, no hay guion, solo relleno entre carrera y carrera. El resto lo irán montando mientras transcurre la acción. Y al final todo se aclara, aunque estaba todo bastante claro desde sus inicios.
En fin, una pena por la banda sonora que no merece acompañar a tal cutrez.