Crítica de Las escalofriantes aventuras de Sabrina por Sandris

Lo bueno de ‘The chilling adventures of Sabrina’ es que sabes perfectamente qué es lo que vas a ver. Una serie adolescente llena de gags, azúcar, sangre, demonios, magia negra, a ratos gamberra y muy divertida. No deja de ser un remake de la gran sitcom de los 90 ‘Sabrina, cosas de brujas’ con la misma estructura, las tías Hilda y Zelda, y cómo no, el fantástico Salem. Pero si en algo destaca esta nueva revisión del clásico es en su tono oscuro, casi místico, recordando a los grandes escritores de la literatura de terror, en especial a Poe o Lovecraft. También pueden notarse detalles del cine de Wes Craven con esa atmósfera tan tétrica, sombría y trepidante que te atrapa al instante. Al principio todas esas mamarrachadas de instituto con sus amores y desamores me hicieron presagiar lo peor, pero la verdad es que conforme avanza la trama, la serie engancha (¡y mucho!). Cuando te das cuenta estás completamente inmersa en estos juegos de poder demoníacos, ansiando ver quién será el elegido o elegida para gobernar el infierno.
Como punto negativo evidentemente está la excesiva repetición de las tramas, haciendo que los episodios sean un poco densos y cueste bastante mantener la atención. Tampoco ayuda el brutal estiramiento que han hecho de la historia para exprimirla un ratito más. Pero a estas alturas de poco vale quejarse.
Se trata de una serie que no pasará a la historia por su calidad ni por lo que cuenta o cómo lo cuenta, pero tan pronto sale una temporada completa es imposible no maratonearla como si no hubiese un mañana. Eso también es algo especial.