Redactada: 2020-01-30
No sé si es que tengo un problema con la dirección de Marielle Heller o es que simplemente sus películas no me transmiten absolutamente nada. El año pasado, por estas fechas visionaba su anterior obra candidata al Oscar, '¿Podrás perdonarme algún día'?, la cual olvidé al instante de finalizarla. Algo parecido me ha pasado con 'Un amigo extraordinario' (terrible traducción todo se diga). No he visto nada extraordinario ni mucho menos reseñable. La obra es el típico film pretencioso que ansía motivar, empatizar a lo grande y convertirse en un clásico "sentimentaloide" de cara a los premios más importantes. La emoción está embotellada y encerrada en una fotografía inerte y descuidada que no llega a nada; la voz en off como narradora me pone de los nervios; las interpretaciones son buenas claro que sí, hablamos de Tom Hanks y Matthew Rhys, ambos han demostrado ampliamente sus aptitudes a lo largo de su carrera; pero la historia no cuenta algo que merezca la pena recordar. Y esto es lo que más me duele.
Un periodista con problemas paterno - filiales es el encargado de entrevistar a Mr. Rogers, el presentador de un querido programa infantil que trata a todos los niños como sus propios hijos. A partir de esta premisa ya sabemos qué tipo de película vamos a ver y cuál será el final. No hay lugar para la sorpresa. O te emociona o te deja frío. Jim Carrey, en la serie 'Kidding', borda este mismo papel. Y con eso me quedo.
Guion
Banda sonora
Interpretación
Efectos
Ritmo
Entretenimiento
Complejidad
Sentimiento
Duracion
Credibilidad
Fotografía
Dirección

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