Crítica de Por un puñado de dólares por Turok

¡Qué película, amigos! Por un puñado de dólares es una obra maestra del spaghetti western que no decepciona en ningún momento. Con Clint Eastwood en el papel del icónico pistolero sin nombre, esta película es una montaña rusa de acción, violencia y aventura que te mantiene pegado a la pantalla desde el primer disparo. Desde el momento en que el forastero llega a San Miguel, un pueblo controlado por dos bandas rivales, la tensión se siente en el aire. La trama es simple pero efectiva, y Eastwood no decepciona como el justiciero solitario que se mete en problemas y salva el día.
A destacar también la épica banda sonora de Ennio Morricone, y sus notas inconfundibles que te transportan directamente al salvaje oeste. Las escenas de tiroteos están muy logradas para la época y están ejecutadas de manera que saben mantener la tensión en todo momento, algo muy característico de Sergio Leone. Además, sus tomas largas y lentas de los personajes sirven para aumentar todavía más esa tensión palpable. Y no podemos olvidar los famosos primeros planos de los ojos de Eastwood, que se han convertido en un icono del cine y en la fuente de cientos de gifs animados para que la gente reaccione en Twitter.

Y vale, sí, es cierto que Leone copió descaradamente la peli Yojimbo de Kurosawa, pero bueno, Kurosawa también admitió haberse fijado muchísimo en el western americano para sus obras, así que bueno. El cine es así. Mal por Leone por copiarse sin atribuirle méritos a Kurosawa, pero que queréis que os diga, le salió un peliculón.