Redactada: 2023-01-11
Il magnifico straniero o Per un pugno di dollari ( que al final y en el último suspiro lo cambiaron) encabeza el cambio generacional que iva a sufrir el clasico western americano.
Allí en su país ya lo habían explotado hasta la saciedad y aquí en Europa se subvencionan las producciones, y al género le hacía falta un cambio radical de imagen, así que coge maletas que vamos alli donde está la pasta. Será por eso que se le llamó spaghetti western.
Apostaron por la dirección a un desconocido Sergio Leone, pero experto en 2as unidades ( Quo Vadis, Ben-Hur). A un joven actor americano famosillo por aparecer en la serie Rawhide (aquí Látigo) llamado Clint Eastwood. Le buscaron un rival acorde a las miraditas y escogieron con acierto a Gian María Volonté.
Para rematar los fichajes consiguieron que Ennio Morricone se uniera al equipo técnico al mando de la banda sonora. Con poca experiencia en el campo pero enorme talento triunfó y consiguió una enorme fama y prestigio.
Solo por él he vuelto a ver ésta película ya que a mi las pelis de vaqueros, ni fu ni fa.
Los créditos iniciales recuerdan a otro maestro en esa faceta como Hitchcock y serán acompañados por unos silbidos que se convirtieron en marca de la casa.
No exenta de polémica la cinta fue acusada de ser una copia de la obra de Kurosawa 'Yojimbo'. Y los tribunales le dieron la razón al Nipón.
Pero yo digo, si Kurosawa rinde pleitesía al cine de John Ford, y Leone a su vez a Kurosawa y a su vez a Ford, donde reside el problema. Entonces Tarantino sería pobre.
Fue un éxito inesperado. Leone consiguió darle un giro de 360° al género, Eastwood desbancó a todos los clásicos pistoleros de otras épocas con una recia y seca interpretación, sobre las miraditas tratadas con rímel prefiero no hablar.
Pero insisto, sin la banda sonora dudo que se hubiese llegado tan lejos.
Encaja a las mil maravillas en cualquier escena. Incluso en algunas ocasiones aparece antes la banda a la imagen creando ambiente. Y esas flautas traviesas, el silbido y la sobriedad orquestal recordando las grandes producciones orientales la hacen única, aunque después en títulos posteriores se perfeccionarian hasta convertirse en auténticos clásicos.
Lo más flojo, el guión que de tantas balas gastadas tiene unos cuantos furacos.
Y la excesiva chulería de casi todos los personajes le da un toque grotesco que le sobra. Pero había que inventar el término del Seispesetas.
En mi afán por cambiar títulos yo a ésta la hubiese titulado El hombre del Poncho, mejor ni me mires.....
Y Charles Bronson rechazó el papel , menos mal.....
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Sentimiento
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Duracion
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Credibilidad
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Fotografía
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Dirección
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