Crítica de Pompeya por AdrianStark

Hay que decirlo, el principal atractivo de esta cinta es Kit Harrington, al cual eligieron como protagonista porque tanto Juego de Tronos como su interpretación de Jon Nieve estaban en su mejor momento. Y ahí lo tenemos, con menos capas de ropa pero con el mismo corte de pelo y la misma expresión distante (No sabes nada, Milo), lo que demuestra que los rodajes de Juego de Tronos estaban muy recientes. Por todo lo demás no esperéis mucho rigor histórico, porque ya sabemos que en el cine “histórico” es lo primero que se sacrifica en pos del entretenimiento, cosa que sabiéndolo de antemano pues no debería asombrarnos. El vestuario y la panoplia guerrera a veces se confunden de época histórica (muy común cuando se trata la Historia de Roma en el cine), llegando a pecar en ocasiones de un “sentido de la moda” muy contemporáneo (algunos atuendos parecen diseñados por Versace), la reconstrucción de los escenarios a veces se presenta muy excesiva (la Pompeya de esta película parece incluso más bulliciosa que la Roma histórica), los personajes muestran motivaciones o actitudes también muy “actuales”. No obstante, se aleja del enfoque pausado (y en ocasiones tedioso) que solían emplear las películas del genero peplum, por lo que (a las malas) no se hace tan larga. Quizás la mejor baza de esta película es saber emplear los efectos digitales para dar rienda suelta a la catástrofe volcánica en toda su magnitud, pues por todo lo demás la trama y las subtramas ni se desarrollan bien…ni siquiera interesa que lo hagan.