Redactada: 2020-10-10
Puede que estemos hablando de una de las pocas, sino la única, película de David Lynch que entendí a la primera. Siento verdadero amor/odio por Lynch y por la forma en la que plantea sus películas, pues aunque me gusta el simbolismo y la ensoñación en el cine, en ocasiones pienso que deja muchas cosas a la interpretación y no sabe cerrar muchas de las tramas que abre. Sin embargo, este es un film onírico cuya simbología y trama van muy bien de la mano y no se presentan tan desdibujadas como cabria esperarse del estilo de este director.

Así, tras un concurso de baile en el que nuestra protagonista parece descubrir su vocación pasamos a un mundo de ensueño en el que nuestra joven actriz va a probar suerte en la gran ciudad cosechando algunos éxitos reseñables. Sin embargo, hay algo extraño, algo no va bien y pronto se nos muestra; de la misma forma que el hombre de la cafetería no sabe explicarse como sabe del horror que se esconde detrás de ese edificio, nosotros sabemos que la vida de Betty no es color de rosa. Cuando esta vida de ensueño termina, solo queda la triste realidad, un mundo sin glamour, de sueños rotos y carreras fallidas.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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