Crítica de Más allá de los dos minutos infinitos por crique

Un apartamento, bueno dos, una cafetería, dos pantallas con cables muy largos, en la que una de las pantallas muestra el futuro y la otra el pasado. Eso es básicamente todo lo que hay en esta película.
Todo comienza cuando Kato, tras finalizar su jornada laboral en la cafetería de debajo de su apartamento, descubre que puede mirar dos minutos del futuro a través de su televisor, y precisamente desde el café de debajo, puede ver dos minutos en el pasado a través del monitor allí situado.
Esto es exactamente lo que desarrolla una historia loca llena de sorpresas e ideas creativas.
No esperes una gran actuación o una puesta en escena espectacular, pero tampoco es necesario.
A veces confusa pero muy bien organizada, la película respeta sus propias reglas y crea este increíble universo con infinitas posibilidades.
Los actores estuvieron muy bien, con un gran trabajo de cámara y todo muy bien organizado, contando con un presupuesto muy bajo y filmado con teléfonos móviles durante la pandemia. La prueba de que una película a veces no necesita mucho más.
La combinación de bucle de tiempo y una solo toma significa que varias escenas en la película se muestran una y otra vez porque la idea lo presupone. Esto también es parte de su encanto.
También se intenta explicar todo lo que pasa (lo de poner una pantalla enfrente de otra) , de una forma clara y sencilla.
Premisa muy interesante con todo el tema de líneas temporales y viajes en el tiempo, que hace que quede una película muy entretenida.

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Lo que más me ha gustado: Los saltos temporales siempre están bien, ya se tienen que hacer muy mal para que no sea algo interesante. Con solo 70 minutos, esta película pasa volando, es una alegría verla de principio a fin.

Lo que menos me ha gustado: Es verdad que los dos personajes del final cortan un poco la buena dinámica y parecen fuera de lugar, como si nos quisieran dar una buena explicación y les salió regular.

Título alternativo: Más allá de los cables infinitos.