Crítica de Los miserables por Nuemiel

Redactada: 2023-07-14
Dentro del mundo del cine, hay géneros que no están hechos para todo el mundo. Así, hay personas a las que les encanta la ciencia-ficción y la fantasía, mientras que otras no. Unos se lo pasan en grande con una película de terror, mientras que otros prefieren olvidarse de sus problemas cotidianos con una comedia.
Recalco esto porque Los miserables es un musical puro y duro, de ahí que recomiendo que se alejen de esta película todos aquellos que sientan una especial aversión por cualquier cinta en la que sus personajes expresan sus sentimientos a través de distintas canciones. En algún momento eché en falta un ligero descanso entre las secuencias, un respiro ante semejante torbellino de emociones. Porque se canta prácticamente sin parar durante dos horas y media. Tenedlo en cuenta.

Nos encontramos ante la adaptación del exitoso musical de Alain Boublil y Claude-Michel Schönberg basado en el clásico de Victor Hugo. El cual han visto más de 60 millones de personas en 42 países y en 21 idiomas. Tras permanecer 27 años en cartel, sigue batiendo récords de taquilla.

Los miserables es el cuarto y más ambicioso largometraje de Tom Hooper, conocido por haber triunfado en los Oscar con El discurso del rey (2010). El realizador inglés pone toda la carne en el asador y trata de asombrar desde el mismo arranque, con una secuencia en la que Jean Valjean (Hugh Jackman) y un grupo de presidiarios arrastran un barco mientras el inspector Javert (Russell Crowe) observa desde una elevada posición. La pieza, como el resto del film, impresiona por la inspirada puesta en escena, el lujoso diseño de producción y la impecable labor de los actores.

El compromiso y la pasión de Jackman sobresalen en estos primeros compases, y aunque demuestra una gran calidad como actor, su personaje sufre varios altibajos de interés y puede resultar cargante; por el contrario, el papel de Crowe le permite ir de menos a más, culminando con una de las escenas más poderosas del film. Para mí, el mejor personaje masculino, ¡y tiene una voz preciosa!

Anne Hathaway interpreta a Fantine, una desafortunada joven que se ve obligada a vivir y trabajar en la calle para poder enviar algo de dinero a su hija. Ella protagoniza el mejor momento de Los miserables con la canción "I Dreamed I Dream", una escena que le hizo ganar un Oscar porque la actriz la borda. La energía con la que Fantine intenta barrer todo rastro de humillación, derrota y desesperación traspasa la pantalla, y Hooper, que si algo ha demostrado hasta ahora es inteligencia para aprovechar el talento de sus repartos, no corta el plano y deja que Hathaway se luzca con un tema que eriza la piel.

Este capítulo sirve también como presentación de la cenicienta Cosette (Isabelle Allen primero y Amanda Seyfried después), Éponine (Natalya Wallace y Samantha Barks) y los pícaros señores Thénardier interpretados por los siempre carismáticos Helena Bonham Carter y Sacha Baron Cohen, un dúo que funcionan de maravilla como contrapunto cómico entre el drama y la tragedia; Carter y Cohen no podrían hacerlo mejor.

El último bloque, quizá el más irregular, cargado de intensidad y épica, pero también de cierta cursilería y convencionalismo, presenta a Marius (Eddie Redmayne) y el grupo de indignados que se rebelan contra las injusticias y tratan de provocar una nueva revolución.

Como habéis podido comprobar, la película se beneficia de un reparto especialmente talentoso. De hecho, el director Tom Hooper confía tanto en sus intérpretes que no duda en que su rostro llene la pantalla en los instantes de mayor emoción. La actuación de Anne Hathaway sólo se puede tildar de maravillosa, mostrándose igual de brillante Hugh Jackman, a pesar de su buen hacer, he de admitir que Russell Crowe me impresionó mucho más.

El largometraje abarca distintas historias en las que se reflejan temáticas tan universales como la redención, el amor, el odio, la venganza, la pobreza o la rebeldía. Todas ellas se articulan alrededor de la huida de Jean Valjean y la interminable persecución por parte del inspector Javert. Por supuesto, no todos estos relatos poseen la misma intensidad, motivo por el cual el espectador se decanta claramente por algunos de ellos.

Pero esta arriesgada película no está exenta de tropiezos. Tanto el guionista como el director parece que no son conscientes de que no todo el público puede soportar durante más de 150 minutos canciones sin una sola línea de diálogo entre ellas. Con actuaciones que a veces resultan innecesarias y tramos acelerados con la cámara en primeros planos y encuadres torcidos.

Asimismo, flaquea el personaje de Cosette encarnado por Seyfried y la escena del final en la iglesia, que no resulta tan conmovedora como se pretende. No obstante, semejante circunstancia no provoca que Los miserables se haga pesada de ver (insisto, siempre y cuando uno no aborrezca los musicales). Cierto que hay pasajes más intrascendentes que otros... Por suerte hay un epílogo muy logrado que vuelve a dejarte al borde del asiento. No es perfecta, pero no le hace falta para ser disfrutada y recordada como uno de los mejores musicales del año.

Los miserables es robusta, emocionante, inspiradora, hermosa. Invita a soñar, a tener esperanza, y un canto al amor en todas sus formas. Tan desgarradora es la escena de Fantine, sola en la oscuridad, o Éponine bajo la lluvia, como la de Marius en el local vacío, recordando a sus amigos. Es una experiencia única que deja huella. Sin duda, esta película es todo un regalo para los amantes de los musicales.

Saludos ;)
Guion
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