Redactada: 2024-06-18
Llevaba más de cuarto de siglo ignorando a esta película.
Motivos, no soporto a los payasos fuera del circo , y Roberto “Benigni" es uno de los grandes. Pero darle el poder absoluto de creación y ejecución no creo que esté al alcance de cualquiera, te llames como te llames.
De hecho creo que no ha hecho muchas cosas más este señor, aparte de un Penocho muy Penocho. Solo lo salva su excéntrico y alocado taxista en el film de Jarmush Night on Earth donde le mete caña a la iglesia sin contemplaciones.
Segundo, el tema a tratar, es uno de mis preferidos de la historia y ver una visión comicopayasil solo se lo permití a Charles Chaplin , pero es que Charlot no llego a ese nivel de socarronería y baratismo.
Esta fábula por llamarla de alguna manera es una bobada detrás de otra durante la primera hora de película, en la presentación de personajes y la trama se le ven las descaradas costuras.
Calca con frivolidad dirán los detractores o rinde homenaje como dirían los admiradores , yo me quedo con los primeros porque la similitud de situaciones las hemos visto mil veces, Chaplin, De Sica , Louis De Funés , hasta Bennie Hill ,la chulería de Adriano Celentano y el simplismo de Álvaro Vitali haciendo de Jaimito. Se le notan las influencias sin hablar del gran perjudicado, F. Fellini y su Amarcord que son la base de esta primera parte bobalicona y simpática que pretende sensibilizar corazones con una vulgar sonrisa. Estas influencias marcan la falta de carácter a la hora de reforzar el guión y cualquier cosa sirve siempre que nos lleve un poquito más lejos. Algo fresco y original, o con carisma, como los anteriores lo tuvieron. Pero no, Benigni solo hace el payaso para masas.
A la hora pretende cambiar el tercio, porque si no, en que se hubiese convertido esto, en otro engendro como Borat, aunque este no llegue a la falta de respeto en ningún momento.
Pero cuando por lógicas circunstancias le obligan a encerrar al personaje en un campo de trabajo junto con la familia pierde el rumbo y a base de titubeos nos lleva por un mal camino, porque por muy farandulero y simpaticón que te creas, hay cosas de las que no vas a sacar jugo y toca sacar los pañuelos, aunque sea solo en el tramo final.
Y un final de chichinabo demuestra que nadie necesita al payaso para contar una historia, porque la hará insulsa y simplona.
Y menos mal que a los Monty Phyton no los ha tocado, o eso creo, aunque hubiese hecho bien en echarle un ojo a cualquiera de sus obras, comprobaría que se puede uno reír de la historia simplemente dándole la vuelta.
Solo una cosa me ha hecho reír, el Manifiesto de la raza que hay en el colegio que reza : Libro e moschetto = fascista perfeto . He visto claramente un nuevo eslogan para los aficionados al caballo y al trabuco que últimamente campan por toda Europa.
Para colmo del síndrome Carlsberg, le dan un Óscar al mejor actor ( hechadle un vistazo al careto de sus competidores al anunciar al ganador, memorable), y todos los premios habidos y por haber con esta interpretación, y aquí yo me bajo de este burro, que ya le he dado demasiado. Sin olvidar el show con discurso improvisado que se marca el amigo cuando se lo dan.
Tambien le dieron el Óscar por pelicula extranjera y por la banda sonora, buena pero en exceso repetitiva.
Una y no más.


Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Duracion
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Fotografía
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Dirección
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Valoraciones en tu crítica:

Comentarios

PTG 111
Comentario de Mithos2018 hace 10 meses
Lo mejor que tiene es la banda sonora pero a veces llega a ser cansina por abuso de la misma salvo alguna variación puntual, es demasiado endulzada quiza la lista de schindler lo trata mucho mejor.
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