Crítica de La princesa Mononoke por MrPenguin

Mi película favorita de Studio Ghibli y posiblemente la más épica de su filmografía, un relato de aventuras sobre la lucha entre las fuerzas de la naturaleza y el ansia destructora del ser humano. El protagonista, Ashitaka, se verá envuelto en medio de esa guerra al llegar a la Ciudad del hierro, símbolo de la industrialización que amenaza al bosque defendido por San, la Princesa Mononoke, una joven criada por lobos. Pese a la existencia de estos dos bandos tan diferenciados, la película no muestra malos absolutos sino que mantiene un claro mensaje reconciliador, resaltando la importancia y la necesidad de encontrar el equilibrio entre la civilización y la naturaleza, rechazando la violencia entre semejantes y buscando la unión como remedio contra el odio, el único y verdadero enemigo de esta historia.

Como es habitual en las obras de Studio Ghibli, la banda sonora y la animación son de primerísimo nivel, rozando esta última la perfección con unos personajes y unos escenarios llenos de vida y color gracias a las técnicas artesanales de hacer cine que siempre ha defendido Miyazaki (salvo unos pocos minutos que incluyeron animación por ordenador porque no llegaban a tiempo al estreno, pero no se aprecian en el resultado). Fantasía, amistad, superación, paz y amor por la naturaleza; elementos siempre presentes en los trabajos del director japonés y que aquí se conjugaron a un nuevo nivel para concebir una película que ningún aficionado al cine de animación se debería perder.