Crítica de La naranja mecánica por MrPenguin

Adaptación de la novela homónima de Anthony Burgess de la mano de Stanley Kubrick, que firmó la que posiblemente sea la película más controvertida de su carrera. De hecho, estuvo prohibida durante casi 30 años en Reino Unido, lo cual resulta irónico para una película que nos presenta una sociedad distópica marcada por el autoritarismo. La sucesión de imágenes perturbadoras y repletas de violencia sin filtro causó un gran revuelo en su momento y todavía a día de hoy sigue siendo una película cuyo visionado resulta desagradable para muchos.

Pero hablamos de Kubrick, y es evidente que tras esa fachada de ultraviolencia gráfica se escondían numerosas lecturas que siguen dando para análisis 50 años después. 'A clockwork orange' explora cuestiones sociales y políticas atemporales, utilizando como herramienta el método ficticio Ludovico como representación de un poder ajeno al individuo que tiene la capacidad para transformarlo en una marioneta (un ser mecanizado por dentro en contra de su propia naturaleza, una naranja mecánica). Se abordan temas como la legitimidad de la violencia (el Estado y las autoridades pueden emplear la fuerza porque tienen legitimidad para hacerlo, pero el individuo no), la opresión social, el sexo como instinto que prevalece en una sociedad donde las relaciones humanas se han debilitado o los límites éticos de suprimir la voluntad y el libre albedrío en favor de conseguir un bien mayor.

Tomando la película como mero entretenimiento, pues eso ya por gustos, hay quienes la aborrecen y no pueden soportarla y quienes la aman. A mí me dejó pegado a la pantalla de principio a fin la primera vez que la vi (y sin necesidad de que me sujetasen los párpados con ganchos) y lo sigue haciendo a día de hoy. Es cierto que es cruel y retorcida, pero también lo es la vida y solo por todo el jugo que se le puede sacar a esta naranja creo que es una película que cualquier aficionado al cine debería ver sí o sí.

PD: Perdonadme la parrafada, mis drugos. Luego nos piteamos unos fuegodoros, yo invito.