Crítica de El precio del poder por AdrianStark

Esta es la película que encumbró a Al Pacino, pues de todos sus papeles ninguno a conseguido la trascendencia que ha tenido Tony Montana. Y es que se han realizado muchas películas sobre el crimen organizado, sobre el mundo de la mafia y la Cosa Nostra, y los inicios de los grandes capos, pero esta es una historia de orígenes original y con personalidad propia. Tenemos a Montana como un exiliado cubano, que llega a Miami con una mano delante y otra detrás, pero con una ambición desmedida y una meta muy marcada. Sabemos que el Montana tuvo que ser un pieza en Cuba y eso se nos va mostrando a medida que comienza a aceptar trabajillos en los bajos fondos para ir escalando puestos dentro del crimen organizado. Lo interesante del asunto es que esta historia nos muestra como un don nadie, con todo en su contra, puede abrirse camino hasta la cima tragando todo lo posible hasta que se le presente la gran oportunidad. Punto para Pacino por desarrollar a un peón que le echa mucha cara al asunto, pues no tardará en intentar ligarse a la mujer de su jefe o birlare el puesto en el negocio de la droga. Además, la duración de la película nos permite conocer a un Tony en el poder, como este le afecta, como lo conseguido le sabe a poco y como su imperio comienza a derrumbarse, demostrándonos perfectamente cual es el precio del poder. El personaje de Pacino sabe ganarse las simpatías del público, pese a que en ningún momento tratan de endulzarnos su carácter y su mala actitud, acompañándole en todo momento atentos a sus logros y derrotas, desde la nada hasta la cima y hasta su insalvable final: El mundo es tuyo.