Crítica de El juicio de los 7 de Chicago por AdrianStark

Una película del genero biopic que ya de entrada cuenta con una de las mejores introducciones de la historia del cine. El juicio de los 7 de Chicago (8 en realidad) cruza muchas realidades paralelas e historias personales, donde el competente socioeconómico, cultural y hasta racial se entremezcla con las propias vivencias y circunstancias de los protagonistas. Es por esto que en vez de ir presentándonos a cada uno por separado y quizás con un exceso de “texto”, la película sabe hacer algo mas interesante y nos ofrece el “subtexto” en el que se mueve cada uno de estos personajes, siendo las cortas y dinámicas escenas del principio la que marquen el carácter de cada uno en función de las conversaciones y su relación con su núcleo mas cercano.

A partir de aquí entramos en una trama en media res, que debemos descubrir poco a poco a medida que avanza la historia y que nos guarda un par de momentos de sospecha y de sorpresa, que solo se pueden conseguir al no presentarnos de golpe todos los hechos al empezar. La película es en realidad bastante estática, pues el mayor peso se desarrolla en el juzgado o en interiores, recurriendo al flashback cuando es necesario retrotraerse al “incidente” que desencadena el juicio. No obstante los diálogos están tan bien escritos y son tan naturales que estas escenas no se hacen aburridas o cargantes. El contexto histórico también queda bien definido, y solo con un par de pinceladas, que de nuevo me llevan a pensar que en toda exposición debe primar el “mostrar” más que el “contar”. Para el recuerdo quedará el enfrentamiento verbal e ideológico entre el personaje de Sacha Baron Cohen (que esta que se sale y seguro que con el cambio de registro a sorprendido a mas de uno) y el personaje de Eddie Redmayne, encarnando esa rebeldía antisistema del movimiento hippie y el espíritu contestatario del movimiento universitario. Pura delicia.