Crítica de Doctor Strange por Obscuritas
Redactada: 2024-05-03
Cuando supe de la existencia de esta película tuve ciertos reparos. No es que conozca mucho en general sobre comics, pero de este señor no había oído hablar en la vida, y en pleno boom del UCM, cuando veía todas las películas y estaba todo el hype de los superhéroes, antes de que se desinflara, esta película tenía una pinta muy diferente a todas las demás. Es una película para, aprovechando ese tirón, acercar al público a un personaje bastante más desconocido que Capitán América, Thor y compañía.
Y menudo acierto. No sólo supuso un soplo de aire fresco, sino que presentó a uno de los personajes más poderosos del UCM y personalmente uno de los que más me gustan ahora y al que más ganas tengo de seguir viendo.
Al principio, Stephen Strange es una mezcla entre Tony Stark y Bruce Wayne, podrido de dinero y de éxito como neurocirujano, rodeado de decenas de relojes, un apartamento increíble y un coche aún más impresionante, y también tiene mucho de Sherlock, del Sherlock que nos trajo precisamente el propio Benedict Cumberbatch, brillante, arrogante y con dificultades para relacionarse con el resto de los mortales. Pero la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, y hasta para los más exitosos hay palos, y cuanto más arriba estás, más dura es la caída.
Es cuando intenta solucionar las consecuencias de esa caída cuando empieza lo gordo. Ya antes de conocer a Strange habíamos visto una muestra de lo que nos esperaba, con esa pelea del principio y la dimensión espejo en todo su esplendor, pero luego nos darán una pequeña muestra del multiverso, aunque todavía habría que esperar un tiempo para conocerlo más en profundidad. También nos presentarán una de las gemas del infinito.
No deja de ser una película más de orígenes, pero con hechiceros, magia, reliquias, dimensiones, fuerzas oscuras y guerras místicas. Y, sobre todo, con unos efectos que quitan el hipo, que desde el principio ya despliegan en todo su esplendor, visualmente es una gozada y no puedes apartar los ojos de la pantalla. Pero también tiene mucha culpa el pedazo de reparto con el que cuenta la película, empezando por supuesto por Benedict Cumberbatch, pero también Tilda Swinton, Chiwetel Ejiofor, Benedict Wong, Rachel McAdams y, por supuesto, el gran Mads Mikkelsen.
Y sí, también cuenta con el humor marca de la casa, pero muy bien medido y no resulta forzado ni estridente, son pinceladas aquí y allí que rebajan la tensión en algunos momentos. En general es más oscura que la mayoría de películas del UCM, tiene un tono muy diferente, y eso se nota.
Y menudo acierto. No sólo supuso un soplo de aire fresco, sino que presentó a uno de los personajes más poderosos del UCM y personalmente uno de los que más me gustan ahora y al que más ganas tengo de seguir viendo.
Al principio, Stephen Strange es una mezcla entre Tony Stark y Bruce Wayne, podrido de dinero y de éxito como neurocirujano, rodeado de decenas de relojes, un apartamento increíble y un coche aún más impresionante, y también tiene mucho de Sherlock, del Sherlock que nos trajo precisamente el propio Benedict Cumberbatch, brillante, arrogante y con dificultades para relacionarse con el resto de los mortales. Pero la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, y hasta para los más exitosos hay palos, y cuanto más arriba estás, más dura es la caída.
Es cuando intenta solucionar las consecuencias de esa caída cuando empieza lo gordo. Ya antes de conocer a Strange habíamos visto una muestra de lo que nos esperaba, con esa pelea del principio y la dimensión espejo en todo su esplendor, pero luego nos darán una pequeña muestra del multiverso, aunque todavía habría que esperar un tiempo para conocerlo más en profundidad. También nos presentarán una de las gemas del infinito.
No deja de ser una película más de orígenes, pero con hechiceros, magia, reliquias, dimensiones, fuerzas oscuras y guerras místicas. Y, sobre todo, con unos efectos que quitan el hipo, que desde el principio ya despliegan en todo su esplendor, visualmente es una gozada y no puedes apartar los ojos de la pantalla. Pero también tiene mucha culpa el pedazo de reparto con el que cuenta la película, empezando por supuesto por Benedict Cumberbatch, pero también Tilda Swinton, Chiwetel Ejiofor, Benedict Wong, Rachel McAdams y, por supuesto, el gran Mads Mikkelsen.
Y sí, también cuenta con el humor marca de la casa, pero muy bien medido y no resulta forzado ni estridente, son pinceladas aquí y allí que rebajan la tensión en algunos momentos. En general es más oscura que la mayoría de películas del UCM, tiene un tono muy diferente, y eso se nota.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Sentimiento
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Duracion
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Credibilidad
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Fotografía
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Dirección
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Comentarios
Ay, qué fallo, es que como eso también lo escribo a mano me he comido la barrita jajaja. Muchas gracias por el aviso ;)