Crítica de Code 8 por Pinwi

Código 8 es una película de acción e intriga, protagonizada por Robbie Amell y Stephen Amell.

En un mundo en el que humanos y mutantes conviven, estos últimos son perseguidos por una policía cada vez más mecanizada y prefieren vivir en el anonimato. Además existe una droga cada vez más extendida, el psyke, que es médula ósea de estos mutantes.
En este contexto, nuestro protagonista es uno de esos mutantes, y necesitará hacer malas acciones para conseguir dinero y ayudar a su madre.

Pues se ha quedado en un casi. Leo mi sinopsis, y tenía buena pinta hasta que llego a la trama principal.

Tiene sus X-Men low cost (ya no sólo es que haya mutantes, es que están perseguidos y hay robots tras ellos, igual deberían pagar derechos), tiene su pequeña trama de robos, tiene sus entretenidillas escenas de acción, esa policía mecanizada que me ha recordado a robots como los de Appleseed o Chappie, su investigación policial, pero no llega a romper con nada, no alcanza ninguna rama con tantas que tiene en la que destaque o realmente merezca la pena.
Pero al menos si es cierto que tantos frentes abiertos ayudan a que siempre esté pasando algo, sin entrar en repeticiones, en una película que dura poco más de hora y media.

Todo lo que he mencionado lo tenemos en pequeñas dosis, en un conjunto que bueno, habrá quien le vea el punto, pero si me preguntan, no es mala, pero me quedo en 'meh'. Es un "bueno, da pie a continuar, y si han aprendido un poco, les puede salir algo decente en una secuela", pero esta, se queda un poco floja.

Además, por muy buena gente que sea, igual yo tengo mal fondo, pero si tengo poderes, por muy discreto que quiera ser, algún uso le encuentro. Aunque sea un trabajo en el que me pueda ser útil y así ser muy bueno, pero algo de uso le saco, no me los guardo para no usarlos.