Hay películas que, ya sea por su impacto en el mundo del cine o por su repercusión en la cultura popular, son capaces de trascender el debate que cualquier obra conlleva acerca de su calidad y, sin dejar lugar a discusión, alcanzan la categoría de míticas. De films de culto. 'Blade Runner', dirigida por un Ridley Scott que ya había revolucionado el género de la ciencia ficción con su también memorable 'Alien', es uno de esos casos y además lo es por méritos propios.

La película, ambientada en un futuro donde la ingeniería genética ha permitido crear robots prácticamente indistinguibles de los humanos —los llamados Replicantes— nos transportaba a un distópico y futurista universo nunca antes visto en el cine; uno cuya estética, ambientación y temática influyó no solo en la introducción del género cyberpunk en la cultura popular, sino también en la creación de innumerables obras de ciencia ficción, tanto en formato audiovisual como en papel, que retomarían esos tintes filosóficos y existenciales acerca de qué es lo que realmente nos define como especie y como individuos. Nos presentaba también esa simbología que posteriormente volveríamos a ver cientos de veces acerca del concepto de los dioses creadores: los humanos, como dioses imperfectos, creando seres a su imagen y semejanza para luego intentar deshumanizarlos ante la amenaza de que estos, en un desesperado intento por buscar un propósito para sus vidas, llegasen a alcanzar e incluso superar a sus creadores. El temor a crear algo que esté más vivo que nosotros mismos. ¿Quién es menos humano entonces?

Su ritmo algo pausado quizás no sea del gusto de todo el mundo, pero no cabe duda de que 'Blade Runner' es una enorme experiencia tanto a nivel audiovisual —destacando su impresionante diseño de producción y la fantástica banda sonora de Vangelis— como argumental. Para el recuerdo quedarán algunos de sus ya icónicos momentos (imperdible el archiconocido monólogo final de Roy Batty), la hipnotizante estética de esa decadente ciudad de Los Angeles o su descorazonadora (y quizás profética) visión sobre la condición humana. Merecido estatus de clásico absoluto para una película única que marcó a varias generaciones, que asentó las bases para todo un género y que ha logrado resistir el paso de los años de manera envidiable para, muy probablemente, seguir resistiéndolo durante mucho más tiempo.

No soy seguidor de la ciencia ficción, pero si una película está bien realizada o tiene ese "algo" especial. entonces si , hay que intentar verla. En éste caso, es un clásico del que se suele hablar bien en general, y había que quitarse esa curiosidad.

Creo que empieza, bien , interesante, ese inicio de la investigación en busca de estos hombres y mujeres, y en el que te quedas algo embobado viendo como es esa atmósfera que rodea todo. Después de ese buen arranque, si que ha habido una parte en la que se me ha hecho más cuesta arriba, más lenta, en concreto cuando consigue encontrar a la chica de la serpiente, y empieza ese amorío, con una escena que quizás no estaría bien vista hoy en día, por ese empujón y ese momento en el que parece forzada la situación. . Después de ese rato que he comentado, cuando vuelve a lo que es la investigación, vuelve a mejorar, hacia ese final, un tanto atípico que le deja a uno pensando y tomar sus propias teorías.

Lo mejor sin duda es en el apartado técnico y visual, esos efectos especiales para su época, así como la creación de esos edificios , vehículos, vestimenta, etc. Cuenta con buenos diálogos y en especial esa escena final que es ya mítica. Buena actuación de Harrison Ford, y de allá donde esté Rutger Hauer.

La verdad, no se por donde empezar.
Me entra el pánico cuando tengo que escribir una critica sobre algo que me gusta mucho. Tiendo a no ser objetivo y me resulta una misión "casi" imposible.
quizás lo mejor sea confesar mi verdad. Blade Runner es posiblemente la mejor pelicula hecha hasta el momento. Y me duele decirlo porque hay muchisimas dentro de la lista de posiblemente mis mejores pero esta gana por todo lo que significo para mi alma cinefila.
Además coincidio en el tiempo con el visionado semanas antes de la Naranja Mecànica en un cine de sesión doble. Que tiempos aquellos donde los cines de barrio nos ofertaban un dos por uno. Y si la obra de Kubrick me dejó patidifuso, anonadado y estupefacto, la de Sir Ridley Scott me atrapó de tal manera en la butaca que consiguió que viviera los acontecimientos que sufre nuestro hastiado protagonista.
Para empezar con el repaso un sempiterno agradecimiento a Vangelis por aportar un enorme grano de arena al conjunto creando una banda sonora acojonante. Podria enumerar una buena parte de las piezas y de como acompañan a la atmosfera y marcan el tempo de la acción. Pero me pondria muy pesado, perfiero enumerar tanto los titulos iniciales, como los finales, como Love theme y la clasica One more kiss, dear. esta me recuerda en sus compases iniciales a Blue velvet que tan bien supo aprovechar Lynch. Y no me olvido de Blade Runner Blues y su arrastrado doloroso amor.
Esta basado (o como yo prefiero decir, hizo lo que le salio del pijo)en "Sueñan los androides con ovejas electricas". Un relato del casi inadaptable Phillip K. Dick. Por su complejidad en el relato a la hora de querer transmitir lo mismo en imagenes. Pero Ridley Scott se vistió de nuevo de Kubrick y se encargó de tenerlo todo controlado . Lo que le llevo a más de un conflicto con el personal por sus eternas sesiones de rodaje. Se cuenta que los técnicos se hacian camisetas expresando sus quejas ante la desatención del director a sus reclamas.
Hasta su protagonista no acostumbra a hablar bien de su experiencia con la filmación, no me extraña se pasa la pelicula entera apaleado. De hecho podria haberse titulado perfectamente - Todos contra Deckard.
Su mal rollito le ha hecho manifestar publicamente su agradecimiento a Villanueve por el remake para darle por ahi mismo a la original. Ni de la falta de química con la actriz Sean Young, pero, eso, lo cuentan las malas lenguas.
La cuestión es que nada de esto empañó el resultado final, en todas las casas cuecen habas que dice el dicho popular.
Retomamos los logros, la visión de la ciudad de Los Angeles en 2019 todavia recorre de vez en cuendo mis ensoñaciones. Los duelos, escogidos con sumo cuidado son una autentica delicia de produccion. De nuevo los claroscuros, la lluvia acida y el neon son un personaje más y la cargan de simbolismo. Ya conocemos la pasión de Scott por la fe. La mezcla entre sify y cine negro clasico le da ese alo de misterio y donde se esconderan pequeños trazos de terror para no permitir que relajes la retina.
Y es una obra de eterna reflexión, las dudas siempre existiran aunque encontremos al creador. Nosotros somos creadores y estamos cargados de ellas.
Este espectaculo tardo mas de una decada en ser reconocido por critica y publico tras el estreno de la version del director.
Porque recordemos que la productora impuso la innecesaria voz en off de Harrison Ford, y un final feliz aunque en este caso Scott supo dotarla de suficiciente dramatismo en su apoteosico duelo final y ya nos importa tres pimientos si se enrolla con la robota.
Por último la fotografia de Jordan Cronenweth quita el hipo, consigue un bafta y se le considera uno de los directores de fotografia más influyentes de todos los tiempos.
y paro aqui porque no se si entran tantas palabras en una critica.
Lo dicho, a disfrutarla.

Una de las grandes películas de culto del género que con el tiempo se ha convertido en un clásico de la ciencia ficción, especialmente influyente en su temática cyberpunk. Difícil empezar una carrera de mejor forma que haciendo 'Alien' y esta para marcar el género con dos hitos contemporáneos.

Una película poética y filosófica que quizás no entre muy bien en aquellos espectadores que busquen algo dinámico y con acción, pero que recompensará con creces a aquellos que se aproximen con la atención y paciencia que requiere. Además, se presta a revisiones gracias a sus capas y a sus múltiples versiones.