No se puede negar la originalidad que tiene en su juego de estructura/montaje 'Dos en la carretera', y esto le aporta una frescura y dinamismo que hace que la película sea facilísima de ver. Sin embargo, no me satisface tanto parte de su tramo final ni su resolución, aunque esto no evita que la película deje un buen (y agrio) sabor de boca.

No ha estado mal, y según como he leído por ahí, fue una sorpresa en su época por la forma de desarrollar la historia, y una vez que la ves, lo entiendes todo, pues si bien, esa fórmula sea normal hoy en día, seguro que requirió su buen trabajo para llevarlo a cabo.

- Las diferentes etapas en pareja.

Vamos a poder ver la relación de una pareja a lo largo de un tiempo, que se va intercalando y podrás ver la evolución de ella. Durante ese tiempo, pues se podrá apreciar momentos felices, no tan felices, etc. Además, ocurre unos momentos cómicos, en los que también destacaría, como ha comentado una compañera, es a la pequeña Ruthy, esos minutos con su familia y con estos protagonistas, son bastante destacables.

Es entretenida , aunque si que hubo ratos que se me hizo más pesada, pero eso venía acompañado de según la etapa que se contaba pues ello se me hacía más o menos amena. Tiene unos diálogos interesantes, y OjO al vestuario y accesorios que nos va mostrando la señora Hepburn, no tiene desperdicio, se nota ese toque modernista para la época.

Si que se me hace "raro", ***contenido con spoilers***

Hay buenas actuaciones en general, en la que destaca ese dúo, con Audrey Hepburn y Albert Finney. Me quedaría más con ella, me pareció que estuvo por encima. Y que más decir sobre esta mujer, últimamente estoy viendo películas suyas, y es un placer verla desenvolverse.

Estupenda aproximación a las luces y sombras de la pareja y del matrimonio utilizando un formato de escenas desordenadas que abarcan 10 años de la vida de ambos, bueno de los viajes en coche que ambos realizan juntos en ese tiempo por la Riviera francesa.
Formalmente, la película es la adaptación hollywoodiense de las propuestas de la, por entonces, vigorosa nouvelle vague, proponiendo un viaje emocional a través de las vivencias de la pareja en torno a las carreteras francesas, de forma desordenada, pareciera que aleatoria y utilizando múltiples elementos (fundamentalmente, la apariencia de Audrey Hepburn, su ropa, sus peidandos) para que no nos perdamos en ningún momento.
La película se mueve con soltura entre la comedia y el drama ofreciéndonos una visión privilegiada de las razones de la crisis matrimonial, pero también de las razones por las que siguen juntos después de tantas dudas.
Las interpretaciones son estupendas y la química entre ambos es indudable (se rumoreó la existencia de romance entre ambos durante la filmación, pero vaya usted a saber, que las productoras son muy bichos a la hora de promocionar). La fotografía y puesta en escena, la música de Mancini, los secundarios... todo conforma un conjunto muy disfrutable que, junto con los inteligentes diálogos que nos dejan auténticas joyas, se ha venido considerando como uno de los más lúcidos retratos de la vida matrimonial.
Por último, no os perdáis los dos o tres minutos en los que está en pantalla Jaqueline Bisset. ¿Se puede estar más bella? No es de extrañar que poco después se convirtiera en estrella.