
Rob Stewart
Himself
Ópera prima del reconocido fotógrafo y biólogo marino Rob Stewart. Se trata de un documental que ofrece una visión de los tiburones que nada tiene que ver con la imagen ofrecida por la mítica película de Steven Spielberg, que hizo de este animal un monstruo, para el imaginario colectivo, que podía y debía ser eliminado sin piedad. Rob Stewart cuenta cómo los tiburones han sobrevivido a varios cataclismos de la Tierra, hasta qué punto son necesarios para mantener el equilibrio y cómo, sin embargo, están en peligro de extinción. Rodado en aguas con gran población de tiburones como Cocos Island, Costa Rica, las Galápagos y otras muchas localizaciones, trata también de la explotación y captura de estos animales y de la corrupción que se deriva de los beneficios de su pesca y de la terrible práctica del aleteo.
Un excelente documental del gran Rob Stewart, quien dedicó toda su joven vida a concienciar al mundo sobre la importancia de los tiburones en nuestros océanos. Nuestra supervivencia depende de ello, entre otros factores, por supuesto... Lo vemos junto al famoso Paul Watson. Juntos libran una batalla que no está exenta de riesgos.
¿Qué es exactamente « Tiburón, en las garras del hombre» (o «Sharkwater»)? Un documental. Y espero que esta simple palabra no os haga retroceder asustados, porque os perderíais algo increíble.
Además de los preceptos de humanidad y ecología que nos transmite este documental, es sobre todo una eficaz sensibilización sobre los tiburones. El animal se desmitifica de una vez por todas. No, no es una criatura sanguinaria sedienta de sangre. No, no ve mal bajo el agua. No, no hay que hacer mucho ruido para ahuyentarlo cuando se acerca a ti. Y no, no mata a cientos de personas cada año por pura crueldad.
« Tiburón, en las garras del hombre » nos habla del tiburón tal y como es, en toda su verdad: un animal grandioso, que ha sobrevivido a todas las extinciones de especies que ha sufrido la Tierra, un depredador perfecto ante el cual el ser humano, al fin y al cabo, no es gran cosa. Este animal nos lleva a cuestionarnos sobre nosotros mismos ante todo.
Hay tres inmersiones en « Tiburón, en las garras del hombre ». La primera inmersión es contemplativa, sumerge al espectador en magníficos paisajes marinos y oceánicos donde los tiburones conviven con otras especies y se alimentan, de acuerdo con su lugar privilegiado en la cadena alimentaria, que los convierte en los dioses de este mundo acuático. La segunda inmersión es militante, confronta al espectador con una realidad poco mediática, con gran apoyo de testimonios y secuencias tomadas en vivo; una inmersión en el horror, en la barbarie humana, lejos de los clichés asociados a la representación tradicional de los tiburones como monstruos sanguinarios. La tercera inmersión es autocentrada, relata el amor que el director Rob Stewart siente desde pequeño por los tiburones; una inmersión que se asemeja a un culto a la personalidad con múltiples ralentizaciones, planos excesivamente estetizados y escenificaciones ridículas. No se puede reprochar a un documental comprometido que sea demostrativo; sin embargo, cuando la demostración toma la forma de un ajuste de cuentas a golpes de coral, hay un problema.
Este documental sigue siendo, sin embargo, una acusación sin concesiones contra la locura humana, esa locura que empuja al hombre a medirse con los dioses con aletas sin comprender que su ridícula lucha tiene consecuencias para la supervivencia de la biodiversidad y para la supervivencia de nuestra especie. «Nos creemos dioses, cuando no somos más que una banda de primates desbocados».
Corre a ver esta documental . Está tan bien orquestado que se olvidará de tener miedo.
Reto:
¿Qué es lo que más te ha gustado? Todo. Este documental merece ser conocido por concienciar sobre la preocupante desaparición de estas especies marinas. En él se ofrece información sobre los tiburones y su papel esencial en el ecosistema marino, sobre la percepción errónea que se tiene de estos implacables depredadores, sobre los problemas internacionales del incumplimiento o la ausencia de normas de pesca, sobre el tráfico de aletas de tiburón y sobre la corrupción de los Estados debido a las inconmensurables sumas de dinero que generan las mafias de este mercado... En resumen, los temas más diversos se articulan armoniosamente en torno a los tiburones y su alarmante desaparición. Porque ese es el objetivo de este documental: alertar. Los tiburones están en peligro de extinción, pero, al ser percibidos como monstruos, la sociedad no se moviliza en su defensa.
¿Qué es lo que menos te ha gustado? El director confunde la toma de conciencia con la toma de rehenes, nosotros, los espectadores, somos sus cautivos, y los numerosos paneles de texto sobre fondo negro agredan la vista, lo que demuestra una falta de confianza en las imágenes y las secuencias mostradas. La paradoja que subyace en todo el largometraje reside en su voluntad de derribar su estatus de superhombre al tiempo que traza el retrato de un dios protector, el propio director.
¿Qué título alternativo le pondrías?
Me parece haber visto un lindo pececito
Sorprendente documental que de primeras pensaba que iba a ir por unos derroteros, un documental enseñándonos la riqueza marina y la gran variedad de tiburones por el planeta, pero luego gira en un documental de denuncia sobre la caza furtiva, abusiva e injustificada de los tiburones en algunos países como Costa Rica y Ecuador.
Consigue poner los puntos sobre las íes de forma muy contundente, mostrando la crudeza de una caza brutal de los tiburones y mostrando las consecuencias de este descontrol que los gobiernos no solo no lo impiden si no que se llegan a lucrar con ello.
Documentales como estos son necesarios para mostrar una atrocidad sin control, porque puedo entender que se realicen capturas de tiburones, para beneficio del ser humano, pero de esta manera tan descontrolada y sin escrúpulos no tiene ninguna justificación y es necesario que la gente lo sepa, que sea una denuncia publica donde incluso ponga colorados a muchos gobiernos, me ha llamado la atención que incluso barcos españoles están involucrados en esta caza furtiva, porque el barco que va a la caza de estos pesqueros cada vez que inhabilita a uno de estos pesqueros pone su bandera y su nombre en una de las paredes del barco como medalla conseguida y se ven que hay dos barcos españoles que han sido interceptados por ellos.
Ritmo fantástico, consigue que poco a poco el documental vaya atrapando al espectador con esta denuncia necesaria y con imágenes reales de estos pesqueros furtivos, muchas de las imágenes indignan.
Por supuesto que es un documental centrado en la denuncia de esta caza, pero también intenta limpiar la mala imagen que tienen los tiburones como cazadores de seres humanos, también intervienen cuatro tontos asiáticos mostrando su estupidez humana, está claro que el documental quiere dejar en mal lugar a estas personas y darle una imagen de personas analfabetas y sin escrúpulos, unos bárbaros en toda regla.
En definitiva, documental muy necesario, puesto que esta información es muy desconocida para el gran público en general, buena denuncia y sin ninguna duda, consigue que la gente sea consciente de este problema que afecta no solo a la fauna marina sino a todo el ciclo de la vida del planeta Tierra.
Desafío especial verano 2025:
¿Qué es lo que más te ha gustado? La feroz denuncia que realiza mostrando imágenes incluso algo duras.
¿Qué es lo que menos te ha gustado? Que haya empezado dando un rodeo para llegar a lo que realmente quería, no hace falta dar ese rodeo, se puede tirar directamente por la calle del medio para hacer la denuncia.
¿Qué título alternativo le pondrías? El ser humano, el depredador del mar.
Sharkwater: the truth will surface es una película documental que por algún motivo en España se llama Tiburón, en las garras del hombre.
Estamos ante un documental de Rob Stewart, que ha venido a destruir el mito creado por la película de Steven Spielberg y el ruido social, sobre la peligrosidad de los tiburones. (Hasta el propio Spielberg ha lamentado el impacto negativo de su película sobre la imagen de los escualo).
Pues soy un apasionado de los documentales de naturaleza en general y soy un enamorado de los tiburones, así que el tema de este documental me gusta mucho.
En el documental nos cuentan la importancia de los tiburones en el ecosistema marino, básicamente son los reguladores que mantienen el equilibrio en el mar, pero también nos cuenta por qué tiene ese mal nombre, además del negocio que hay detrás de su captura. Nos irán salpicando con datos de por qué no deben tener tan mal nombre. "Las maquinas de refrescos acaban con más vidas que los tiburones".
Además, nos muestra la lucha activista de Rob y su equipo para tratar de revertir esa fama y la excesiva caza de los tiburones.
Aprovecho esta crítica para contar una anécdota: Una vez, siendo relativamente pequeño y viendo no se qué película, digamos realista, de tiburones (Open Water, quizá), recuerdo preguntar que por qué los tiburones no se los habían comido ya. La respuesta que me dieron fue tan explicativa como gráfica: "los tiburones no son pirañas".
¿Qué me ha gustado? El mensaje: los tiburones no son los animales marinos sádicos que se han pintado. Además, seguramente ha venido a recordar a más de uno la sopa de aleta de tiburón, que hace 20 años era normal verla en restaurantes chinos y, por fortuna, parece haber caído en el olvido. Al menos por aquí cerca.
Muy curioso también ha sido ver la guía de comportamiento ante un tiburón del año del catapúm. Cómo cambian los tiempos.
¿Qué no me ha gustado? Por decir alguna cosa, la calidad de imagen. Acostumbrado a documentales más recientes, se nota el paso de los años en estas imágenes.
También ha habido cierto momento en que me ha parecido un poco repetitivo.
Título alternativo:
"Tiburón: desmontando un monstruo", pero también me vale "Cazadores de tiburones: deseando un Sharknado".
Quien me iba a decir a mí que acabaría viendo documentales otra vez y en junio, me traen recuerdos lejanos al margen de esto el documental canadiense sharkwater dirigido por el fotógrafo y director rob Steward he de decir que me ha sorprendido para bien desde luego es mejor que otro que vi no hace tanto.
El documental busca plasmar un enfoque o punto de vista alejado de lo que tenemos respecto a los tiburones uno de los grandes depredadores del océano.
Entre sus puntos fuerte esta la presencia de buenas imágenes y fotografías de dicho entorno así como la labor de investigación llevada a cabo que es notable.
Recomiendo verlo en la hora de la siesta si no te gusta te servirá para dormir pero si te gusta conseguirás evitar a Morfeo y de paso tener un momento entretenido y de información interesante.
Qué es lo que más te ha gustado?
El estilo narrativo es fluido y claro sin desviarse del foco del documental es bastante ilustrador y es de agradecer ese enfoque.
¿Qué es lo que menos te ha gustado?
El comienzo es un poco sensacionalista a mi parecer buscando la atención inmediata pese a que luego el documental corrige un poco esta percepción que me dio.
¿Qué título alternativo le pondrías?
Tiburón, de depredador a presa o tiburón, aleteo final este me convence más.
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