Críticas de Following

Película corta de pocos minutos, algo más de una hora pero con una curiosa historia de ladrones de guante blanco. De primeras parece que va a ser un auténtico tostón en el que nos van a contar la vida simplona de un escritor, este escritor sigue siempre a ciertas personas para crear personajes para sus historias y un buen día uno de esas personas que persigue se da cuenta y entabla conversación con él invitándole que haga lo que él hace que es robar de forma limpia y sin grandes daños, y así es como ambos se convierten en una curiosa pareja de ladrones, en esta historia aparece como la tercera en discordia una mujer y se creará un auténtico entramado de engaños y traiciones que os sorprenderá.

En un ambiente algo clásico rodado en blanco y negro con diálogos en muchos momentos con cierta profundidad transcurre una historia que parecía tremendamente aburrida en un curioso entramado de engaños.

Las actuaciones de los tres protagonistas, Jeremy Theobald, nuestro escritor entrañable, Alex Haw el ladrón de guante blanco que invita a nuestro entrañable escritor que robe con él y Lucy Russell la rubia explosiva y tercera en discordia hacen una muy buena actuación con una gran conexión entre ellos se podría decir que es una trío casi teatral.

Muy buena historia de Chirstopher Nolan que recomiendo porque no es muy larga y tiene un final muy sorprendente y por supuesto con un buen guiño a Batman.

El intrigante debut de Christopher Nolan te deja con ganas de más, presentando una historia única y enigmática que muestra el talento y el potencial del cineasta. Aunque puede que no posea la gran escala o complejidad de las obras posteriores de Nolan, la película establece los elementos temáticos que se convertirían en sellos distintivos del director, como la exploración del tiempo, la identidad, la obsesión y las difusas líneas que separan la realidad de la ilusión.

Seguimos la vida de un escritor anónimo, interpretado por Jeremy Theobald, que empieza a tener la peculiar costumbre de seguir a desconocidos por las bulliciosas calles de Londres. Su obsesión voyeurista le lleva a encontrarse con Cobb, interpretado por Alex Haw, un enigmático ladrón que le atrae a un mundo de crimen y engaño.

Uno de los puntos fuertes de Following es su estructura narrativa no lineal. Nolan entrelaza hábilmente diferentes líneas temporales, creando una estructura en forma de puzzle que mantiene al público atento y haciendo cábalas. La narración fragmentada añade una capa de misterio y suspense, revelando gradualmente las conexiones entre los personajes y sus motivos.

Jeremy Theobald dota al protagonista de una mezcla de vulnerabilidad y curiosidad ingenua mientras que Alex Haw aporta un encanto enigmático a su personaje, infundiendo a la película un aire de imprevisibilidad. Toda la película va trazando una cuidada tela de araña donde el espectador no va a lograr descubrir ni la araña ni la mosca hasta el final.

El ya latente genio de Nolan logra que olvides que es una primera película con un presupuesto ridículo y personalmente me ha resultado maravilloso ver esas calles de Londres atestadas de gente en un blanco y negro de lo más sugerente.

Un maravilloso descubrimiento, mucho más que recomendable.

El primer largometraje de Nolan, y ya apuntaba maneras con ese don de dejar con el culo torcido al espectador y sin saber cómo acabará la historia hasta el último minuto, literalmente.
1h de película totalmente recomendada.

La primera película de una de las leyendas del cine, que todavía permanece en activo para muchos años mas de películas.

Aquí se puede ver el gusto que le tenía a Batman y que posteriormente dirigiría. También su gusto por el buen cine y principalmente por Kubrick. Y lo prioritario, el uso del tiempo que tiene como autor en todas sus películas que vendrían después. En esta ocasión el maravilloso montaje que se divide prácticamente en 3 partes y como al final acaban uniéndose. Suena algo similar a lo que haría años después con Dunkirk.

Habiendo visto toda su filmografía hasta ahora no le he puesto menos de un 8 a ninguna, esperemos que siga su leyenda, solo puedo decir que espero ansioso su próxima película.

Muy buena pelicula en la que con poca "cosa" te hará sentir tanto, además por su duración, se te pasará super rápido.

Aquí tenemos una joyita cuya existencia ignoraba de los inicios de Nolan, en la que ya apuntaba maneras, si es que me encanta este director y especialmente su manejo del tiempo.
Que no os engañe el título ni la sinopsis, ya que la trama de esta breve historia pronto se va por otros derroteros e intentará confundirnos con la ausencia de una línea temporal continua, pero no es para tanto, ya que estando atentos es fácil entender los diferentes momentos en los que transcurre la acción fijándonos en los detalles (vestuario, peinado...).
El uso del blanco y negro le da un aire de película clásica que no está nada mal, y el final no decepciona y seguro que no lo verás venir. Mantiene el suspense y la curiosidad en todo momento y al durar poco más de una hora es muy digerible, para aquellos a quienes otras películas del director se les hacen bola por su densidad y su larga duración. A mí me ha gustado mucho (tampoco esperaba otra cosa siendo de Nolan).

Following nos presenta a Bill, un aspirante a escritor que se dedica a seguir a personas aleatorias por la calle para coger ideas para sus novelas. Yo pensaba que la película iba a centrarse en este suceso únicamente, pero la cosa cambia rápidamente cuando Bill conoce a una de las personas a las que ha estado siguiendo. A partir de este punto, Following se convierte en una trama de ladrones que acabará de forma inesperada.

Siendo una obra de Christopher Nolan (la primera, en realidad), no es de extrañar que lo más reseñable de Following sea la narración cinematográfica. En este caso, las escenas saltan de un momento temporal a otro sin ningún tipo de reglas. Es decir, todas las escenas están desordenadas (a diferencia de, por ejemplo, Memento, que tiene las escenas en el orden opuesto pero sigue estando de forma lineal). De esta forma, le espectadore está constantemente intentando crear un sentido lineal de lo que está viendo. Puede sonar muy complejo, pero personalmente me ha resultado sencillo entender qué escenas iban detrás de qué escenas (el corte de pelo y las magulladuras han ayudado bastante).

Me ha gustado que la película no se limite a intentar impactar con su forma, sino que tenga una trama interesante que juegue también al engaño. Me gustaba ver cómo Bill iba aprendiendo poco a poco el oficio de ladrón, pero no me esperaba que todo fuera un gran complot para que Cobbs se salvara de la cárcel. Y mucho menos que fuera a matar a la chica.

Qué puedo decir, a mí las películas de Christopher Nolan siempre me acaban gustando.

"Following" es la opera prima del director, ahora ya consagrado, Christopher Nolan. Una cinta independiente y muy personal, el propio Christopher Nolan se ocupa de la producción, dirección, guion y hasta fotografía, y en la que su tío, John Nolan, hace un cameo.

Nolan solo necesita una hora para contarnos la historia de "Following", un thriller muy interesante, con una narrativa no lineal, y con los giros de guion necesarios para generar intriga y sorpresa. Inevitable ver en esta película las bases del estilo de Nolan como director. Aunque el ritmo me ha parecido un poco lento en algún momento, la trama es lo suficientemente intrigante como para mantenerte enganchado, y el guion está muy bien escrito.

En cambio, lo que no me ha convencido es el técnico. Nolan escoge una cinematografía en blanco y negro para acentuar su estilo neo-noir, y rodarla en 16 mm con planos siempre cercanos. Todo muy cuidado y artístico, pero la verdad es que el propio Nolan hace de camarógrafo, y simplemente usa la luz natural, todo para ahorrar en costes en esta producción propia. Así que este punto no se lo compro.

En cualquier caso, en "Following" Christopher Nolan ya presenta sus dotes y su potencial para crear una historia original, compleja e intrigante.

Nolan demuestra que ya en sus inicios tenía 'duende'.
El público en general va de listillo e intenta adelantarse a los acontecimientos para luego explicar que ellos lo pillaron antes. Por supuesto yo estoy suscrito a esta costumbre. Y los directores también quieren jugar.
Comparti piso con un personaje con el que no se podía ver nada porque a la media hora te contaba quien era el asesino o de que iva el cotarro y no fallaba, que pelmazo.
Hitchcock explicaba que le encantaba jugar con el espectador, como un mago escondido detalles y mostrándote una mano para que no vieras que hacia con la otra.
Así conseguir dirigir al espectador a tu antojo que al fin y al cabo ese es su trabajo.
Eso nos presenta Nolan en su opera prima, y utiliza lo que llamo un 'Rulfo' para jugar a Pedro Paramo con guión no lineal a tres tiempos entrelazados. Ahora síguelo si puedes,,,,
Te llevará hasta el final de este noir en blanco y negro con muchos aires de retro.
Y destella un aroma a Hitchcock, Truffaut, y Kubrick que demuestra que detrás hay un gran aprendiz.
Recomiendo echarle un vistazo a los primeros cortos de este señor, a más de uno le sorprenderá las influencias con las que se mueve.

Following es una película de intriga, y primer largometraje con Christopher Nolan en la dirección, y más funciones tras las cámaras.

Un hombre que pretende ser escritor, y con demasiada curiosidad por la gente, se dedica a observar a transeúntes por la calle, hasta que un día es una de esas personas que vigila, quien se fija en él.

Following ha sido una grata sorpresa, una joya oculta en el mundo del cine, con una optimización de recursos sobresaliente viendo el resultado. Unos personajes interesantes y un buen guion son el arma que usa esta película en la que nuestros protagonistas se dedican a vivir al filo de su "afición", creando un clima tenso bastante atractivo, casi agobiante (qué queréis que os diga, yo los veía hacer lo suyo, y me daba apuro), en una trama que se resuelve dejando todo perfectamente bien hilado, hilando cosas que uno no esperaba que hubiera ahí un hilo que hilar.
Además, Nolan también juega un poco con la confusión del espectador intercalando de vez en cuando escenas que ocurren después, o que ocurrieron antes, en una película cuya duración (no llega a 70 minutos) también juega a su favor, puesto que no le da tiempo a meter relleno alguno.

El formato en el que está rodada y el blanco y negro le dan cierto aire a película clásica que logra confundirte según la estás viendo, cuesta recordar que eran casi los 2000.

Lo que está claro es que Nolan ya apuntaba maneras, y que sólo necesita tres personajes principales y unas localizaciones sencillas, con un presupuesto muy reducido, para hacer esta joyita que me alegra haber descubierto. Va de aquí para allá en el tiempo para dejarte pinceladas y piezas para que seas tú quien vaya formando el puzzle en tu cabeza, y por muchos detalles que se puedan apreciar e ir comprendiendo, la trama se va complicando cada vez más y van surgiendo nuevos giros que hacen que no se vea venir por dónde va a salir todo.

Me ha recordado a otra película cuyo título no puedo poner porque sería spoiler de aquella pero en la que también parecía ser una persona quien engañaba/seguía a la otra y terminó siendo al revés.

Una grata sorpresa que demuestra una vez más que con buenas ideas no hace falta mucho más para hacer una buena película.

Modesta y a la vez prometedora ópera prima con la que un todavía desconocido Christopher Nolan, quien la concibió mientras aún cursaba sus estudios universitarios, se iniciaba en la dirección de largometrajes y, de algún modo, comenzaba a dejar las primeras pinceladas de lo que sería su particular estilo cinematográfico. No en vano, la base que daría lugar a su siguiente y exitoso trabajo —la memorable 'Memento'— ya se apreciaba aquí tanto a través del uso de la narración fragmentada, jugando a la desorientación en varios momentos, como de la exploración de uno de los temas fetiche del director: la identidad y la forma en la que esta puede ser moldeada. Tanto es así que la propia existencia de nuestro protagonista —un joven aspirante a escritor que se dedica a seguir a desconocidos por la calle para, según él, tomar inspiración en la construcción de personajes— acabará supeditada a la de aquellos en cuyas vidas se inmiscuya.

Rodada con tan solo seis mil dólares de presupuesto, en elegante blanco y negro y en formato de 16 mm, 'Following' tomaba ese original punto de partida para, de manera casi profética, acercarnos a ese otro gran concepto de "following" de nuestra época: el de las redes sociales. La falsa ilusión de conexión, los límites de la privacidad o ese inevitable sentimiento que nos lleva a compararnos y a alinearnos —o enemistarnos— con personas que ni siquiera conocemos son algunos de los aspectos que la película, siempre a medio camino entre el thriller psicológico, el cine negro y el relato de suspense, logra abordar en este inquietante retrato sobre la obsesión personal y la enorme capacidad de maleabilidad de la mente humana. Obviamente, y dada la escasa duración de la cinta —de apenas 65 minutos—, hay algunos puntos que podrían haberse desarrollado mejor, aunque eso no quita que estemos ante un absorbente, ingenioso y más que interesante debut con el que Nolan se presentaba al mundo y dejaba claro que, haciendo honor al título, era un director al que merecía la pena seguir.

La historia sigue a un joven escritor sin nombre que se dedica a seguir a extraños por las calles de Londres en busca de inspiración para su obra. Pero su inocente curiosidad pronto lo lleva a conocer a Cobb, un ladrón experimentado que lo introduce en el mundo del crimen y la manipulación.
La narrativa fragmentada de la película crea una atmósfera de tensión constante, y las actuaciones son excelentes, especialmente la de Jeremy Theobald como el protagonista. La fotografía en blanco y negro acentúa la sensación general de alienación y desapego emocional.
He leído criticas que la ponen con una trama confusa y que no llega a calar pero a mi parecer con una tan bajo presupuesto y llegar a realizar esto, me fascina y perturba que seguramente se me quedará en la cabeza durante mucho tiempo después de haberla visto.

Original película, es decir, original premisa con ese escritor que, en busca de inspiración empieza a seguir a gente al azar para descubrir sus vidas, y acaba por conocer a un ladrón con el que interactúa y su vida cambia para siempre; aunque no en sí la película.
Tiene un guión bueno, que es en lo que se basa la película, porque sólo interactúan tres personajes, sin momentos de acción pero que te mantiene tensa, con grandes interpretaciones de actores que no han tenido recorrido posterior.
Nolan se deja ver en los saltos temporales y ese desorden de escenas , empezó pronto Nolan con sus paranoias, algunos de ellos me dejaron un tanto descolocada, preguntándome como habíamos llegado hasta allí ( el prota sigue a uno y en la escena siguiente está tirado en el suelo, magullado, escupiendo un guante, y yo paré la peli y eché el metraje hacia atrás pensando que me había perdido algo ) y reconozco que vuelven confusa la historia. Yo soy más del estilo lineal, ¡qué queréis!.
Y ese final, en el que todo encaja y descubres la verdad, sin inventar la pólvora me parece muy bien traído, aunque carente de tensión porque creo que descubre las cartas muy pronto (la conversación entre el ladrón y la femme fatal adelante mucho el desenlace ) aunque la muerte de ella no la vi venir.
Para ser una película de bajísimo presupuesto, este está muy bien invertido. Si os gusta Nolan, vedla, y si no también.

Una notable película en blanco y negro con un guion perfectamente ejecutado, buenas actuaciones y ritmo harán de este thriller dramático digno de ver y disfrutar . La historia nos sitúa en la piel de un escritor joven sin trabajo que en busca de inspiración decide seguir a la gente por la calle por probar oye,por si suena la flauta y claro cuando se es amateur en algo pues no sale del todo bien. Es increíble lo que consigue nolan con 6.000 dólares y rodando los fines de semana, un genio puede que de las mejores que tenga.

Se trata del primer largometraje del director Christopher Nolan, que a pesar de ser poco conocido para el gran público, muchos espectadores siguen considerando Memento como la primera película del británico, éste consiguió hacerse un nombre en diversos festivales independientes, donde obtuvo numerosos premios y críticas elogiosas. Puede que fuera un éxito discreto a los ojos del mundo, pero no por ello dejó de ser el primer paso en el camino hacia una carrera internacionalmente aclamada. Como parte de esta retrospectiva sobre el padre de Inception e Interstellar, he aquí una reseña de Following, una película que merece ser vista al menos una vez en la vida, aunque sólo sea por los incondicionales del director. Una primera película llena de promesas, realizada con una inteligencia poco común, paradójicamente basada en una idea aberrante, hipotética, una idea que parece más una no-idea que otra cosa, con Following, el británico se hizo rápidamente un nombre, gracias sobre todo a una técnica de guion a la que era particularmente aficionado y que reutilizaría en otras películas (principalmente Memento, la primera parte de Batman Begins y El prestigio): la narración no cronológica. Desde los primeros minutos hasta el último, el guión evoluciona en una complejidad vertiginosa, disponiendo su información como un niño sabio construiría una bola de nieve para una posible batalla, con un cuidado metódico, temiblemente inteligente y taimado, combinando efecto acumulativo y perfectibilidad. Christopher Nolan elige a un quidam (un cualquiera) como blanco de su manipulación, un personaje-herramienta cuyo vacío existencial le lleva a seguir a la gente que le rodea... Es difícil idear un marco más absurdo, más tenue, con tan poco en juego narrativamente. Y, sin embargo, a medida que Following se revela al público, su futilidad se convierte en algo totalmente distinto, transformándose de un thriller fuera de fase -esquizofrénico, dirían algunos- en una pequeña joya de guión diabólica y emocionante. El objetivo es sencillo: el guión y, por tanto, la película cuentan una historia que no sigue en absoluto el orden establecido por el tiempo. Así, acabas con una secuencia que tiene lugar antes que la que la precede en el montaje. Es un proceso bastante tortuoso y arriesgado al que el espectador no está especialmente acostumbrado, y que puede asustarle y hacerle perder el interés por la película. Es un peligro con el que tropezó principalmente Following, sobre todo con una historia tan poco inspiradora (un escritor perdido que se divierte siguiendo a desconocidos por la calle y se convierte en ladrón a su pesar) y unos personajes marginados en favor de la propia historia (sólo uno de ellos tiene nombre). Al principio de la película, el resultado es aún más frustrante: una secuencia de escenas aparentemente inconexas que terminan abruptamente con un fundido en negro. Pero el uso de este tipo de narrativa permite a Christopher Nolan complicar una historia sencilla sobre el papel, y jugar tanto con su protagonista como con el espectador, como ya hizo con su cortometraje Doodlebug. En retrospectiva, Following podría verse como la anti-Inception (la última película de Nolan se apoyaba inicialmente en una masa de información, para acabar en la banalidad... a diferencia de Following, que, apoyándose en su premisa engañosa, se divierte haciéndonos perder el equilibrio poco a poco), y, sin embargo, responde a las mismas exigencias estructurales y narrativas: apostar por la fábula a toda costa sin abandonar el ritmo y la forma. Creo que me estoy repitiendo como el ajo cuando digo que Following es un thriller laberíntico que obliga al espectador a encajar las piezas de un rompecabezas para poder reconstruir la historia en su cabeza, hasta el más mínimo detalle, y quedar impresionado por una revelación final, un giro que no se vio venir a pesar de una sinopsis básica. Nolan cuenta esta película interactiva a su manera, pero nunca deja al espectador al margen proporcionando planos intercalados, imágenes subliminales que indican su importancia para la historia (primeros planos de un objeto, una secuencia que se detiene en la mirada de un personaje...). Es un efecto de puesta en escena clásico, pero que, no obstante, despierta la curiosidad del espectador sobre la historia y le permite intentar construirla por sí mismo antes de que le sea revelada. Y del mismo modo que te dejas llevar por la trama y las pistas que Nolan va lanzando, acabarás atrapado en el juego igual que el protagonista. A menudo se considera a Christopher Nolan un excelente narrador (esta película y su montaje lo demuestran) y no un director excepcional que recurre a efectos memorables, Following será capaz de convencer a los más reticentes sobre su cine. Si bien es cierto que aquí el director se limita a filmar y seguir a sus actores (muy buenos, por cierto), el hecho de que haya elegido el blanco y negro también ayuda a engañar al espectador. Por supuesto, confiere a la imagen cierta clase, pero el formato también da a la historia un aire de los años 50, hasta el punto de que el espectador puede encontrarse perdido en cuanto a la época en la que se desarrolla la película. Aunque la película parece ambientada en el presente (no hay más que ver la ropa y los decorados), el blanco y negro da la impresión de que Following traslada al espectador a la época de la Ley Seca, derivando su historia hacia un ambiente más bien mafioso, con decorados lujosos y retro (un club, un piso chic), objetos antiguos (una máquina de escribir) y una rubia a lo Hitchcock (peinado y ropa de época) al servicio de una historia de gánsteres. Es una apariencia fílmica sencilla en la que el espectador se sumerge, sin darse cuenta de que está ante una ilusión, acabando tan ingenuo e impotente como el héroe de la historia. A pesar de que Following prefiere detenerse en su investigación y no en la historia de los personajes, que sólo sirven como peones en el desarrollo del guión, Christopher Nolan entrega una primera obra sencillamente sobrecogedora por su maestría, al tiempo que impone su estilo de guionista. Un exitoso debut para el hombre que se convertiría en el director de Hollywood más aclamado del siglo XIX. Imprescindible ver esta película.

Bill es una especie de flaneur creepy que se dedica a observar y vigilar a gente que ve por la calle para tener ideas para sus historias, ya que es un aspirante a escritor. A partir de ahí la cosa se va liando y se ve envuelto en una trama de robos y asesinatos que no es exactamente lo que parece.

Es un filme amateur grabado en blanco y negro y con muy pocos recursos. Se nota, aunque también es un buen ejemplo de maximizar tus recursos para hacerlo lo mejor posible, con un guion que pretende confundir al espectador y meter algunos giros curiosos. Me alucina cómo en una peli amateur de una hora de duración ya se le ven las costuras a Nolan con ese afán de pretenciosidad que lo acompaña siempre. También está bien para comprobar que nunca ha sabido escribir personajes femeninos y no ha querido aprender a hacerlo en ningún momento de su carrera.

Me parece una historia correcta, que se hace fácil de ver por su corta duración, pero que tampoco creo que sea para tanto. Creo que gustará mucho a les fans de Nolan especialmente completistas que lo flipan con cualquier cosa del director, ya que aquí está, digamos, su esencia primigenia.